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4 preguntas para entender qué pasa en Irán, a una semana del inicio de las protestas

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A una semana del inicio de las protestas en Irán que dejaron al menos 22 muertos, la calma parece ir retornando poco a poco al país.

Por segunda noche consecutiva no se reportaron grandes manifestaciones contra los líderes del país.

Los medios estatales han estado divulgando imágenes en vivo de otro día de manifestaciones progubernamentales de decenas de miles de personas.

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Las protestas empezaron el 28 de diciembre en la ciudad de Mashhad, la segunda mayor, en medio del descontento por la caída en los estándares de vida y la situación económica en Irán, pero se extendió a varias partes del país.

El jefe de la influyente Guardia Revolucionaria declaró el miércoles la derrota de la “sedición” en el país.

Respondemos cuatro preguntas sobre la situación.

1. ¿Qué está pasando?

Las manifestaciones comenzaron a raíz del descontento por el alza de precios y la corrupción, pero se tornaron más políticas.

Se trata de la mayor demostración de disidencia de Irán desde las manifestaciones masivas que pedían reformas políticas en 2009.

En algunos lugares se han escuchado consignas a favor de la remoción e incluso de la muerte del líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei.

2. ¿Qué tiene que ver la política externa iraní?

Un factor común en los lugares donde se han desarrollado manifestaciones es el clamor para que termine el gobierno clerical.

También hay mucho inconformismo por las intervenciones de Irán en el extranjero.

En Mashhad, algunas personas gritaban: “No Gaza, no Líbano, mi vida por Irán”, una referencia a lo que los manifestantes dicen ha sido el foco del gobierno en el extranjero y no en lo que debiera ser una prioridad: los asuntos internos.

Irán es una fuente de ayuda militar clave del presidente de Siria, Bashar al Asad.

A Teherán se le ha acusado de proporcionarle armas a los rebeldes hutíes que luchan contra la coalición, liderada por Arabia Saudita, en Yemen. El gobierno lo ha negado.

3. ¿Cuál ha sido la reacción desde adentro y en el extranjero?

Las autoridades iraníes culpan de la inestabilidad a lo que denominan como antirrevolucionarios y agentes de las potencias extranjeras.

Y aunque el presidente Hassan Rouhani ha dicho que las protestas representan “una oportunidad, no una amenaza”, también prometió medidas enérgicas en contra de los infractores de la ley.

La Guardia Revolucionaria prometió responder con “puño de hierro”.

Su general Mohammad Ali Jafari dijo el miércoles: “Hoy podemos decir que este es el final de la sedición del 96”, refiriéndose al año actual, 1396, en el calendario persa.

“La preparación para la seguridad y la vigilancia de las personas” había llevado a la derrota de los “enemigos”, apuntó, y que los guardias solo habían intervenido de manera “limitada” en tres provincias.

Agregó: “Hubo un máximo de 1.500 personas en cada lugar y el número de agitadores no superó las 15.000 personas en todo el país”.

El ayatola culpó abiertamente a “los enemigos de Irán” por los disturbios.

Estados Unidos apoyó las protestas. El presidente, Donald Trump, afirmó: “Regímenes opresivos no pueden durar por siempre y llegará el día en que el pueblo iraní enfrentará una opción. El mundo está viendo”.

La cancillería iraní calificó los comentarios “oportunistas y engañosos”.

4. ¿Qué puede pasar?

El descontento es real, generalizado e incluso justificado: una investigación del servicio persa de la BBC encontró que, en promedio, los iraníes se han empobrecido un 15% en los últimos diez años.

Pero las protestas, por lo general, se han limitado a grupos relativamente pequeños de hombre jóvenes que demandan el fin del gobierno religioso.

“Pero no hay un liderazgo evidente, pues las principales figuras de la oposición o bien han sido acalladas durante mucho tiempo, o están en el exilio”, explica la periodista de la BBC Kasra Naji.

Para el editor de la BBC para Medio Oriente, Jeremy Bowen, no hay razones para creer que Irán está a las puertas de otra revolución.

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