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Vive Harrison Ford en el presente

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El nombre de Harrison Ford evoca galaxias lejanas, aventuras de exploradores y un mundo de replicantes.

El es una de las estrellas más veneradas de su generación, esa que a sus 75 años llega a ganar mñas de 50 veces el salario de sus compañeros de reparto y pilota su propio avión.

Está en el corazón de Los Angeles para promover su última película, Blade Runner 2049 y, curiosamente, se explaya al hablar cuando por lo general es parco.

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Por su conversación se aprecia que en medio de la fama en la que vive casi desde sus comienzos con American Graffiti (1974), o de los cerca de 35 millones de dólares que dicen cobró por su trabajo en la última entrega en La Guerra de las Galaxias, ahora encuentra el placer en las cosas pequeñas.

“La fama te da la oportunidad de encontrar quien eres, que no es necesariamente el que la gente se imagina”, afirma el actor. No da más explicaciones. Sólo un guiño con el que se ríe de lo que considera una buena respuesta.

-¿Cuáles son esos momentos memorables que le hacen quien es?

“Recuerdo a mi tía entrando en mi habitación cuando tenía ¿tres años? Venía a decirme que tenía un hermano. No uno cualquiera. Mi hermano.

-Y, ¿más cercanos?

“Lo buenos que son los Globo de Oro para encontrar esposa” -se ríe (conoció a su actual mujer, la actriz Calista Flockhart, en la ceremonia de 2002).

-Y de paso llevarse un galardón a toda su carrera.

“Nunca se me ocurrió pensar que sería el único premio que recibiría”.

La actriz Ana de Armas cuenta que durante el rodaje de Blade..., Ford no dejó de contar chistes de perros para romper el hielo.

Incluso así de relajado, su vida personal queda fuera de la conversación más allá de mencionar a su tercera esposa o el momento más memorable de su vida, cuando la Asociación de la Prensa Extranjera en Hollywood le hizo entrega del premio Cecil B. DeMille a toda su carrera en 2002.

Y aunque se nota la amargura de una carrera tan popular pero poco premiada, sin un Oscar que llevarse a casa, Ford dice que no es nostálgico.

“Vivo en el presente y estoy feliz donde estoy”, asegura.

Est· básicamente reviviendo los clásicos que le dieron la fama, películas como ese nuevo Indiana Jones que tiene su estreno pendiente para 2018. Para entonces, habrá cumplido los 76.

“O los 51...”, bromea el astro parafraseando la respuesta del científico David Attenborough sobre su edad mental cuando cumplió los 92. “Y digo 51, porque quiero ser como él cuando sea mayor. Por lo demás, me siento a gusto. Soy feliz y estoy sano”.

Le gustarÌa trasladar este estado de bienestar más allá de su persona. Al medioambiente, algo que pelea desde la Fundación Conservation International.

“Una cosa está clara, la naturaleza puede vivir sin nosotros, pero el fin del medioambiente será nuestro fin”, recuerda.

En la misma frase también defiende el derecho de los seres humanos a los avances de la ciencia y un sistema sanitario para todos.

“Me gustaría ver una ciudad donde se haya solucionado el problema de los sin techo, donde exista un reparto más equitativo de oportunidades y donde no nos hayamos cargado el medioambiente”, resume de su deseo para un Los Angeles en el 2049 que se desarrolla la trama de la cinta y que probablemente no verá.

-Y en lo personal, ¿alguna petición?

“Ninguna. Me siento afortunado”.

No hace falta que lo diga. Se le nota más que la cicatriz de su barbilla. Sólo tiene un consejo que pasar a otras generaciones, a él se lo dijo el director y amigo Mike Nichols: “No dejes que te conviertan en un objeto. No creo que tenga que explicarlo”.

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