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La mezcla tentadora: la novedosa fórmula para dejar de procrastinar las cosas que odias hacer

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¿Qué es esa insoportable cosa que “debes” hacer pero que sigues posponiendo?

Todos tenemos algo que procrastinamos: eso que nos va a tomar mucho tiempo o aquello que es difícil y aburrido. Lo dejamos para último minuto o simplemente no lo hacemos.

Pero ¿qué pasaría si logramos motivarnos para hacer esa tarea deprimente en paralelo con algo que realmente disfrutamos?

Investigaciones sobre este tema sugieren que combinar las cosas que nos gusta hacer con las que debemos hacer, puede ser un muy buen truco para enfrentar nuestros objetivos.

Se trata de un método llamado “la mezcla tentadora”, que se refiere a juntar dos cosas distintas que pueden ser complementarias.

“Solo me permito ir a un tratamiento cosmético cuando simultáneamente puedo avanzar en mi trabajo, en mi caso, revisar un documento”, dice Katherine Milkman, profesora de Economía Conductual en la Escuela The Wharton de la Universidad de Pennsylvania y coautora de de un estudio sobre el tema.

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“Para otra persona podría ser ponerse al día con los correos que no ha leído o copias de informes que debe leer para el trabajo”.

Otro ejemplo puede ser que vayas a tu restaurante favorito, pero con un colega conflictivo, o con alguien que estás obligado a ver, como un pariente.

En resumen, es unir algo que te gusta con algo que no te gusta, dándote un incentivo para hacer algo que prefieres postergar.

Quizás puede ser la discusión de temas financieros con tu pareja, pero en una salida de noche fuera de casa, dice el escritor sobre finanzas personales, Scott Pape.

O hacer una tarea rutinaria mientras haces el deporte que te gusta, como hace Bri Williams, fundador de la firma sobre economía conductual Patterns en Melbourne, Australia.

Una estrategia de compromiso

Hacer ejercicio es, en ocasiones, una tarea considerada como rutinaria, entonces Milkman lo usó como parte de su experimento.

Ella invitó a estudiantes a hacer ejercicio mientras escuchaban audiolibros muy adictivos como “Los Juegos del Hambre”.

Un grupo, que sólo podía acceder al libro cuando estaba en el gimnasio, fue 51% más propenso a hacer ejercicio, mientras que el grupo que podía leer el libro donde quisiera, fue 29% más propenso a ir al gimnasio.

Aunque los efectos del experimento fueron disminuyendo con el paso del tiempo, al final del estudio, el 61% de los participantes tomó la opción de acceder a los audiolibros exclusivamente en el gimnasio a modo de incentivo.

Pareciera que la técnica funciona mejor para la gente que está muy ocupada, que tiene muchas cosas que hacer, dice Milkman.

Es como una estrategia de compromiso, un acuerdo formal para alcanzar los objetivos. Por ejemplo, un premio o un castigo por completar o fallar en terminar una tarea.

Puede ser un helado después del gimnasio. Pero, Milkman, dice que la “mezcla tentadora” es muy distintas a otros compromisos que han sido propuestos con anterioridad.

La diferencia es que con esta estrategia hay que juntar dos tareas que se puedan desarrollar al mismo tiempo, dice el experto en liderazgo Bri Williams.

¿Y las desventajas?

Williams dice que hay un riesgo de echar a perder la satisfacción que te provoca hacer lo que te gusta, por el hecho de juntarlo con algo que te disgusta.

Podrías terminar dejando de hacer las dos cosas. O podrías hacer el trabajo rutinario con algo que quieres hacer, como comerte un helado, y al final terminar comiéndote dos”.

¿Podría “la mezcla tentadora” hacer que terminemos odiando lo que nos gusta”. Posiblemente, dice Milkman. Depende de qué tan desagradable sea la tarea complementaria que te has propuesto hacer.

“La posibilidad es bastante real. Si te presionas demasiado, la estrategia no funcionará. Solo la hemos probado con aquellas cosas que son desagradablesen un término medio”, dice Milkman.

“Entonces, es una pregunta abierta. Necesitamos hacer más investigación para responderla”.

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