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En un limbo los dreamers

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El miedo no ha mantenido callados a los 800,000 beneficiarios del programa DACA. Por lo contrario, la revocación de DACA que el presidente Donald Trump anunció en septiembre impulsó a varios “Dreamers” (soñadores) a salir de las sombras y compartir sus historias personales.

Algunos encontraron la manera de renovar sus permisos de trabajo antes de la fecha límite del 5 de octubre. En la actualidad, muchos están urgiendo al Congreso a diseñar una solución a largo plazo que dé respuesta a sus futuros inciertos.

Cuando el ex presidente Barack Obama lanzó el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés) mediante un decreto ejecutivo en el año 2012, esta medida se consideró como un parche o solución provisoria para el problema sobre la inmigración en su conjunto en Estados Unidos. Pero cinco años más tarde, Trump revocó el programa DACA, quitando repentinamente ese parche que protege a unos 800,000 Dreamers contra la deportación y les permite trabajar legalmente en el país. El programa DACA solo contemplaba a los inmigrantes indocumentados menores de 31 años al 15 de junio de 2012, que hubieran llegado a Estados Unidos antes de los 16 años y que residieran en el país de forma continua desde el 15 de junio de 2007. De esta manera, el programa protegía a estas personas contra la deportación y les permitía trabajar legalmente mediante permisos renovables por dos años.

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El presidente Trump le otorgó al Congreso un plazo de seis meses para diseñar una solución a largo plazo para los Dreamers. El Congreso, que se encuentra fuertemente dividido, tiene hasta el 5 de marzo para trabajar juntos por una política de inmigración, uno de los temas más difíciles en la política moderna.

Con la finalización del programa DACA, el futuro de los Dreamers continúa ubicándose en una zona gris. Los políticos intentan cumplir con la fecha límite establecida por el presidente y ofrecer algunas alternativas.

El 13 de septiembre, la líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el líder de la minoría del Senado, Charles Schumer, ambos demócratas, anunciaron que habían llegado a un acuerdo con Trump sobre los Dreamers. “Acordamos consagrar las protecciones del programa DACA convirtiéndolas rápidamente en ley, además de diseñar un paquete sobre la seguridad de las fronteras, exceptuando el muro, que sea aceptable para ambas partes”, señaló en una declaración.

A la mañana siguiente, Trump envió un tweet que decía: “Anoche no se llegó a un acuerdo sobre DACA”. Pocos momentos después, Trump hizo un seguimiento a su comentario con otro tweet en un tono más comprensivo: “¿Alguien realmente quiere echar a jóvenes buenos, educados, que han alcanzado metas y que algunos incluso son parte de las fuerzas armadas?”

Desde el comienzo de la presidencia de Trump, los Dreamers se han sentido en un limbo. Trump anuncia un día que va a revocar el programa y al otro día dice que los Dreamers no tienen nada de qué preocuparse.

La presión sobre Trump para revocar el programa se intensificó el verano pasado, cuando el procurador general de Texas, Ken Paxton, junto a otros nuevos procuradores generales republicanos amenazaron demandar a Trump si no revocaba el plan DACA a más tardar el 5 de septiembre, diciendo que DACA era un exceso del antiguo presidente Obama.

El tiempo sigue pasando y el futuro es incierto. Al menos 16 estados y el Distrito de Columbia han demandado al gobierno de Estados Unidos alegando que la administración de Trump violó la Constitución y las leyes con la revocación de este programa. La Universidad de California también presentó su propia demanda.

Asimismo, los senadores presentaron varias propuestas para sustituir al programa DACA, entre ellas, la Ley Dream reformada y bipartidaria que fue presentada en el mes de julio por los senadores Lindsey Graham, republicano de Carolina del Sur, y Richard Durbin, demócrata de Illinois. Esta ley reformada les otorgaba a los Dreamers una vía en etapas para obtener la ciudadanía y planteaba un margen restringido para cumplir con los requisitos, de manera semejante al programa DACA. Los senadores del Partido Republicano, Thom Tillis, republicano de Carolina del Norte, y James Lankford, republicano de Oklahoma, contrapusieron otro proyecto de ley más conservador, la Ley para el éxito. Esta ley ofrecía a los Dreamers residencia permanente, y con el tiempo, ciudadanía, aunque a través de una vía más larga en comparación con la Ley Dream reformada.

La mayoría de los Dreamers siempre ha considerado al programa DACA como poco más que una medida provisoria, dado que se estableció mediante un decreto ejecutivo y no una ley. Sin embargo, muchos creen que esta medida salvó muchas vidas. En esta edición, compartimos una amplia gama de perspectivas de los Dreamers. Algunos se acercaron a nosotros después de que usáramos las redes sociales para solicitarles a los miembros de la comunidad que compartieran sus historias. Nuestros jóvenes periodistas se pusieron en contacto con otras personas: vecinos, amigos y compañeros de escuela.

La fecha límite que se acerca inminentemente preocupa a todos los miembros de la comunidad de indocumentados, los que de una manera u otra, se sienten íntimamente conectados con este tema. Los beneficiarios del programa DACA se han favorecido con la capacidad de lograr una educación y percibir ingresos. Para muchos Dreamers, estas oportunidades han tenido un impacto positivo en sus vidas y las de sus familias. En general, la comunidad reconoce la importancia de mantenerse informado y considera el inminente final como un obstáculo en la lucha continua de sus familias, vecinos y amigos.

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* Yazmin Nunez es una antigua periodista del Pulso de Boyle Heights y una Dreamer. Cursa el cuarto año en la Universidad Estatal de California, Long Beach.

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