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¿Cuál es el secreto para tomar una decisión exitosa? Los consejos basados en el póker de una excampeona

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¿Crees que tomas malas decisiones en tu vida?

Tal vez tendrías que darle una oportunidad al póker.

Pero no para echar todo a la suerte en el juego de cartas, sino para aprender a tomar decisiones rápidas, armar estrategias y hacerle frente a la incertidumbre.

Así lo expresa la exjugadora profesional de póker Annie Duke, quien recientemente publicó el libro Thinking in bets: making smarter decisions when you don’t have all the facts (Pensando en apuestas: cómo tomar decisiones inteligentes cuando no tienes todos los datos).

“La mayoría de las decisiones que tomamos en la vida suceden en un entorno como el póker”, le dice la estadounidense a BBC Mundo.

“Hay muchas cosas ocultas a la vista, mucha información que no tenemos o no conocemos y cuando se trata de predecir el futuro, la suerte también interviene”, tanto en el juego como en la vida, añade.

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Elementos clave

Annie Duke comenzó su carrera como jugadora de póker profesional cuando era muy joven y se impuso, entre otros, en el Torneo de Campeones de World Series of Poker en 2004 y el Campeonato estadounidense Heads-Up Poker en 2010.

Pero antes de eso, obtuvo un doctorado en ciencia cognitiva por la Universidad de Pensilvania, Estados Unidos.

Y esos conocimientos los empezó a aplicar con sus alumnos en las clases de póker en 2002.

“El póker es un lugar único para observar y entender el proceso de la toma de decisiones ya que tiene todos los elementos”, señala Duke.

Y de entre ellos, la incertidumbre es fundamental.

Según la consultora y estratega en la toma de decisiones, la incertidumbre tiene dos fuentes.

La primera es la información oculta,ya que “no puedes ver las cartas de otros jugadores y eso también coincide en la mayoría de las decisiones que tomas en la vida”.

Y la segunda es la suerte, porque “cada vez que hacemos predicciones sobre el futuro, la suerte puede intervenir. No sabemos cuál será la próxima carta”.

Por ello, los jugadores tienen que desarrollar estrategias para hacer frente a la información que desconocen, señala Duke, y eso podría aplicarse a la vida real.

Apuestas

Las dos primeras acepciones del diccionario de la Real Academia Española para el verbo apostar están relacionadas con el juego y la pérdida o ganancia de dinero.

Pero en la quinta opción, la RAE lo define como “depositar su confianza o su elección en otra persona o en una idea o iniciativa que entraña cierto riesgo”.

“Por eso tendemos a pensar que apostar está siempre relacionado con el sentido de jugar dinero en el casino. En el póker puedo tener información de mi oponente y por eso puedo apostar por él o contra él”, dice Duke.

Para esta exjugadora de póker que se retiró en 2012, podemos pensar que la apuesta es un conjunto de creenciaso pensamientos que fueron cuidadosamente reflexionados y que te llevarán a tus objetivos con la mayor probabilidad.

Blanco o negro

Uno de los problemas a la hora de tomar decisiones es pensar en blanco y negro o en correcto e incorrecto, opina Duke, quien además fundó la organización How I Decide (Cómo decido) para ayudar a los jóvenes a desarrollar el pensamiento crítico y la capacidad de tomar decisiones.

“Si hacemos una predicción sobre el futuro, ¿cómo puede ser blanco o negro? Estamos pensando en el futuro, por lo que no tenemos un conocimiento perfecto sobre cómo serán las cosas y la suerte siempre puede intervenir”, opina.

Pero lo que destaca Duke es que ese conjunto de creencias es parte de nuestra identidad, que podemos sentir amenazada cuando nos enfrentamos al procesamiento de información nueva.

“Si creemos que algo es correcto o incorrecto, cuando procesamos información nueva que es contraria a eso que pensamos vamos a rechazarla”, asegura Duke.

“Pero si sabemos que nuestra opinión sobre algo está en el medio y alguien nos ofrece información diferente, estaremos más abiertos a ella. Y eso nos permitirá pulir y mejorar nuestras ideas”, agrega.

¿Cuál es el secreto para tomar una decisión exitosa?

Según la autora, hay dos aspectos que nos pueden ayudar a tomar mejores decisiones:

  1. No perseguir estar en lo correcto, sino ser preciso. Si creemos que somos dueños de la verdad, haremos todo lo necesario para probar que estamos en lo correcto siempre. Nos rodearemos de personas que estén de acuerdo con nosotros. Pero si buscamos ser precisos, eso nos llevará a ser más abiertos a la hora de recibir opiniones diferentes y nuestras creencias se perfeccionarán.
  2. Buscar personas que piensen distinto. Será de mucha ayuda encontrar gente con diferentes opiniones, perspectivas e ideas que esté dispuesta a compartirlas. Con las ideas que consideramos indiscutiblemente correctas solemos ser muy parciales. Por eso, es de mucha ayuda formar grupos que nos complementen ante ideas que nos son desconocidas o cuando estamos siendo parciales en la toma de una decisión.

“Si te pones como propósito cambiar tu opinión sobre algo todos los días—y no me refiero a que tengas que pasar del blanco al negro—, te convertirás en una persona con mayores habilidades para tomar decisiones”, sugiere Duke.

Según la especialista, este proceso lo puede hacer cualquiera y solo se precisan dos personas que estén en desacuerdo y una tercera que actúe como juez.

Por lo tanto, se puede llevar a cabo en círculos de amigos, compañeros de trabajo, etcétera.

Otro aspecto fundamental según Duke es no tener miedo a decir “no estoy seguro”.

“La mayor parte del tiempo no solemos estar seguros. Y si lo hacemos saber, eso invita a otras personas a decir lo que piensan y saben. Eso puede generar información valiosa que puede ayudar a tomar una mejor decisión”.

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