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La vez que conocí a Hugh Hefner y visité la exótica Mansión Playboy

Playboy Mansion, resdencia en la que vivió hasta los 91 años el magnate Hugh Hefner.

Playboy Mansion, resdencia en la que vivió hasta los 91 años el magnate Hugh Hefner.

(GABRIEL BOUYS / AFP/Getty Images)
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Aquella no fue la primera vez que visitaba la Mansión de Playboy, pero fue una de las que no podré olvidar.

En esta ocasión, fue a principios de año cuando tuve la suerte de ser testigo del primer capítulo de “American Playboy”, la serie inspirada en la vida de uno de los hombres más envidiados por los caballeros, el magnate de las “conejitas” Playboy, Hugh Hefner.

La cita estaba organizada por Amazon, la red de TV streaming encargada de llevar a las pantallas digitales este atractivo show. Como en todas las ocasiones en que he podido visitar la propiedad, había que llegar primero a un estacionamiento de la Universidad de California, en Westwood.

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En ese lugar, todos los afortunados invitados teníamos que ser transportados en “shuttles” privados hacia la famosa Mansión, ubicada en una zona residencial de Holmby Hills, lo cual hacía imposible que un vehículo particular pudiera estacionarse a las afueras del lugar.

Al llegar, subías a una especie de rampa, que es la entrada principal a la propiedad valorada en... bueno, ya les contaré eso más adelante. Algo que nos llamó la atención a todos, es que teníamos el asombro dibujado en nuestros rostros. El lugar mostraba un enorme terreno de 5 hectáreas, donde además de la belleza natural, se encontraba una cancha de tenis y un zoológico con diversos tipos de aves exóticas e innumerables especies de monos.

Una vista de la Mansión Playboy.

Una vista de la Mansión Playboy.

(GABRIEL BOUYS / AFP/Getty Images)

Por todas partes, te encontrabas con anuncios que alertanban a los visitantes de lo que podían esperar ver, entre ellos, los de “Playmates Jugando”. Eso sí que puso a sonreír a los presentes.

Y es que entrar a la propiedad es como internarse en una jungla, pues se trara de un lugar repleto de áreas verdes y el destino final es la imponente y legendaria Mansión Playboy.

Ahí puedías ver un cementerio de animales, de los que algún día habitaron el lugar, una flamante alberca (piscina) y el famoso Grotto de la Mansión, una especie de cueva en donde, me enteré, se han practicado un gran número de orgías. Ese lugar es uno de los más exóticos espacios que forman parte de este fantástico lugar.

La Mansión cuenta con 12 habitaciones, todas con sus respectivas camas enormes, 21 baños, un cine privado con muchas butacas, un gimnasio donde se mantienen en forma las conejitas y en ropas muy ligeritas y una envidiable biblioteca, la cual fue adquirida por el anfitrión de las elegantes batas por 1 millón de dólares hace 45 años. Ya te imaginarás cuál es el valor actual.

Hoy, el dueño del lugar es su vecino, un billonario griego llamado Daren Metropoulos, quien compró la propiedad en el 2016 por la módica suma, ahora sí te cuento, de 100 millones de dólares. ¡Y sí que los vale!

La condición para que se diera la compra-venta fue que Hugh permanecería viviendo en la Mansión hasta el día de su muerte. Ese momento llegó la noche del 27 de septiembre y murió en compañía de su gente más cercana, así que Daren se mudaría en cualquier momento. ¿Será que también heredará a las conejitas? Ya me perdí de nuevo.

En fin, estando en la entrada del lugar, nos invitaron a pasar al lobby principal. Tres hermosas conejitas nos dieron la bienvenida. Con sus sonrisas angelicales y sensuales personalidades, nos invitaron a beber lo qué quisiéramos. Y también unos bocadillos antes de darnos acceso a un salón privado, donde bajo una luz muy tenue y las esculturales siluetas de las ‘playmates’, nos mostrarían el primer capítulo de la serie.

El lobby de la Mansión Playboy de Hugh Hefner en Beverly Hills, California.

El lobby de la Mansión Playboy de Hugh Hefner en Beverly Hills, California.

(GABRIEL BOUYS / AFP/Getty Images)

Antes de que apagaran las luces por completo, aprovechamos para capturar el momento con la cámara de mi celular, mientras admirábamos los cuadros y la memorabilia que adornaban el lugar, así como el gran jardín que se podía visualizar desde la entrada y en donde más tarde disfrutaríamos de una excitante e inolvidable fiesta con todos los juguetes.

Se supone que ese día, Hugh asistiría al “screening” privado, pero nos dijeron que no se sentía bien. En su lugar estaba su hijo Cooper (el actual presidente de Playboy Enterprises) quien se encargó de darnos la bienvenida y hasta nos agradeció la presencia. Lo que no sabía, es que los agradecidos éramos nosotros por estar ahí a la vez que nos dijo que esperaba que la proyección fuera de nuestro agrado.

Al apargarse las luces, comenzó la función del capítulo inicial de esta producción que, sin duda, capturaría la atención de los amantes de esta franquicia y admiradores de las conejitas y por supuesto, de Hugh. Al terminar el capítulo, nos invitaron a pasar, ahora sí, al gran jardín de la parte trasera de la Mansión donde luego de tanto esperar, se “armaria” la gran fiesta.

Entre los invitados VIP pudimos ver a estrellas como el ganador del Oscar Jared Leto, al actor Orlando Bloom, al director Brett Ratner y al joven actor mexicano Diego Boneta, el mismo que veremos muy pronto interpretando a Luis Miguel en la serie de Netflix/ Telemundo.

Una fiesta muy exclusiva

Por donde miraran tus ojos, podías encontrar a las “conejitas”, quienes se retrataban con los invitados y sí tenías suerte, ellas te contaban una que otra historia de la mansión. Y como puedes darte cuenta, yo fuí uno de esos privilegiados y por eso hoy estás leyendo esta crónica.

Mucho se ha dicho y escrito sobre ese enigmático lugar y de las “conejitas” que han habitado esta Mansión. Hay que aclarar que no todas eran escogidas, solo un grupo seleccionado por el mismo Hugh lograban tener acceso a su habitación para compartir la cama del flamante magnate.

Hugh Hefner y sus 'playmates'

Hugh Hefner y sus ‘playmates’

(© Fred Prouser / Reuters / Reuters Photo)

Se dice que Hugh tenía sus reglas para aquellas que tuvieran el privilegio de ser escogidas. La primera es que deberían estar dispuestas a tener sexo los siete días de la semana y estar en la Mansión no más tarde de las 9 de la noche.

También, a cada una se les daba por semana la cantidad de mil dólares para que lo gastaran únicamente en ropa interior y les tenía prohibido dar entrevistas. Como recompensa al cumplimiento de las reglas, se dice que Hugh les pagaba todo tipo de cirugías, las que ellas quisieran.

De las celebridades que más acudían a las exclusivas fiestas que ahí se organizaban sobresalen los nombres de los actores Leonardo DiCaprio, Colin Farrell, Owen Wilson, Matthew Perry, el de director Quentin Tarantino, y entre las mujeres famosas, la controversial Paris Hilton y la eterna favorita de Hugh, la estrella de Baywatch, Pamela Anderson.

El cubanoamericano Pitbull fue escogido en el 2014 para ofrecer un concierto donde los invitados e invitadas lucían sus más llamativos y atrevidos pijamas. Di Caprio no se perdió esa fiesta, pues era uno de los pocos afortunados que Hugh le permitía quedarse a “dormir” en la Mansión acompañado, por supuesto, de las complacientes conejitas.

Y es que durante el año se celebraban muy pocas fiestas oficiales organizadas por Hugh, pero las pocas que se llevababan a cabo resultaban ser inolvidables para los invitados. Valentines, Halloween, Navidad y Año Nuevo, eran las fechas en que la Mansión abría sus puertas a los exclusivos afortunados.

El resto de fiestas las organizaban compañías privadas. Hugh rentaba el lugar para que esas empresas pudieran exhibir sus productos, desde lanzamientos de películas, discos o simplemente fiestas para sus fieles empleados. Hugh rentaba la mansión y el costo dependía del número de personas que acudirian.

A Hugh no lo pude ver esa noche de estreno, pero sí lo vi en una de las fiestas pasadas a las que acudí. En esa ocasión estaba acompañado por sus inseparables conejitas del momento que calentaba su cama: Holly, Kendra y Bridget. Todavía recuerdo el momento.

Esa noche, Hugh se mostró amable con los invitados y siempre estuvo dispuesto para compartir la foto del recuerdo, pero eso sí, para llegar a él primero tenías que someterte a un fuerte dispositivo de seguridad encabezado por enormes guardaespaldas.

Hoy, a horas de su partida, ya comentan que finalmente el dueño de la Mansión podrá habitarla, pero como estipula el contrato de venta, no podrá modificar, por varios años, la recamara principal de Hugh.

La esencia del creador del emporio de Playboy seguirá habitando esas paredes, aunque su cuerpo ahora vaya a rrposar al lado de la inolvidable Marilyn Monroe, pues Hugh había comprado con anticipación ese espacio en el año 1992 por la cantidad de 75 mil dólares en el Cementerio LA Westwood Memorial Park. Hugh sabía que al pasar a la otra vida, lo tenía que recibir una diva y qué mejor que la “diva de todos los tiempos”, quien fue su primera portada de Playboy en 1953.

El nuevo dueño de la Mansión ofrecerá muy pronto una gran fiesta en honor a Hugh, a la cual acudirán muchas celebridades quienes recordarán y celebrarán la vida del magnate de Playboy. Hoy estoy esperando mi invitación. Ojalá que no se les olvide.

Descanse en Paz Hugh Heffner.

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