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Julieta Grajales desnuda su pasado y viste de nuevas experiencias su futuro

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Comenzó siendo estilista debido a que su entorno familiar se dedica a esa actividad. Algunos de sus tíos son propietarios de ese tipo de negocio tan visitado por las mujeres desde siempre. “Empecé desde muy chica y yo pensé que llegaría a ser una estilista profesional”, comenzó contando Julieta Grajales.

En busca de su preparación profesional, sus tíos la enviaron a realizar algunos cursos en la capital mexicana patrocinados por importantes marcas de la industria de la belleza. “Y además tuve la oportunidad de viajar a Barcelona, España para hacer un curso en colormetría y yo juraba en ese entonces que esa sería mi carrerra. Pero a los 23 años, a pesar de que me gusta el estilismo y el arte en general, no me veía haciéndo eso, así que me puse a estudiar mercadotecnia”, agregó Julieta, de 30 años de edad.

Pero su decisión le duró poco, porque de pronto le díó por probar suerte en el mundo del espectáculo. “Así que me salí de mercadotecnica y comencé a tomar talleres de actuación”, dijo.

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Eso de querer estar en los escenarios y las cámaras, no surgió de la noche a la mañana, porque en uno de esos viajes a la tierra del equipo de Lionel Messi y Gerard Piqué, Julieta le dio por asistir e interesarse en el teatro, pues unos amigos que estaban vinculados al medio la invitaron a participar en talleres de arte dramático. “Y así empecé, pues me dije ‘esto me encanta’”.

El gusanito de la actuación comenzó a hacer estragos en su interior y sin darse cuenta, Julieta ya estaba actuando en el escenario de la vida, porque mientras hacía el papel de estilista, en su interior escondía a una talentosa actriz. Así que comenzó a estudiar actuación en la Ciudad de México el método de Lee Strasberg, que René Pereyra traía desde Nueva York. Un taller, la llevó a otro y otro a otro hasta que fue a parar a manos del reconocido Luis Felipe Tovar y más tarde bajo las órdenes de Fernando Piernas y Corazza, además de poder realizar clases abiertas en el Howard Fine en la ciudad de Los Ángeles, CA.

Pero su llegada a Los Ángeles, no fue muy fácil como parece. Julieta primero tuvo que vivir experiencias extremas del otro lado de la frontera, una de ellas fue la que vivió en Tijuana. “Cuando llegué a Tijuana tenía 20 años de edad. Literalmente yo me independicé de mi familia a los 18 años. Vivía con mi mamá, que era súper estricta conmigo, no me dejaba salir y yo era muy rebelde. Mi mamá un día me dijo que si no me gustaba las reglas de la casa, ‘entonces vete’. Y le tomé la palabra”.

Con decisión, Julieta se fue a casa de unas amigas en Tijuana, ciudad fronteriza donde había vivido su mamá y sus tíos cuando eran chicos. “Nunca pensé que iría a parar allá, donde terminé trabajando en una estética, pero como yo me sentía muy atraída por el arte, se me ocurrió entrar a trabajar como stripper en un club, donde me hacen un casting y quedo elegida”, recordó.

¿Y cómo no iba ser elegida con esa figura? La verdad, Julieta confesó que le causaba mucha curiosidad ese mundo. “Porque yo nunca había entrado a uno (Night Club). Tenía curiosidad porque en el interior de la república (mexicana) son diferentes a los que pueden haber en Estados Unidos donde (las chicas) hacen como un baile y un show donde les avientan dinero, es algo más artístico. Pero yo bailé en uno que se llamaba ‘Bolero’, el único lugar donde lo hice y donde no quería que mi familia se enterara. Aunque yo no lo veía malo, lo cierto es que venía de un pueblo donde existe una moral muy puritana”, dijo.

Aunque esta actividad es considerada un taboo, Julieta lo sentía como algo artistico. “Desfilaba en ropa interior y una vez hice topless y ya. Estuve durante varios meses bailando en Tijuana, hasta que me fui de ‘road trip’ por Ensenada, Rosarito y La Rumorosa para conocer mi país hasta que me regresé a la ciudad de México a hacerle caso a mis papás”, comentó esta amante de los deportes acuáticos, el gimnasio y el mar.

Ese pasado aventurero de Julieta más tarde fue descubierto por la prensa amarillista mexicana cuando ella comenzó a tomar nombre en el medio artístico, pues a los 24 años obtuvo su primer papel en “Vidas Robadas” de TV Azteca tras un arduo proceso de selección. “Tuve el apoyo del director, pero me tocó una productora que me trataba horrible, me juzgaba y fue justo cuando salió este rollo de la bailada”, recordó tras la entrevista que le hizo Ventaneando.

Julieta estaba para ese entonces en su momento de reconocimiento, hasta que alguien descubrió su pasado oculto. “Y surgió como un chisme, casi como que lo satanizaron. Y fue ahí cuando se enteró mi familia e hizo el drama de la vida. ¿Y sabes? hoy lo cuento de una manera muy digerible, ya a mis 30 años me siento una mujer muy segura de mi misma, madura internamente, porque sé que al final vivimos en una sociedad llena de prejuicios, donde está muy señalado el cuerpo de la mujer, el desnudo y al final hasta satanizan ese concepto de la mujer. Hoy ya no me importa lo que la gente piense de mi. Es como quitarte las cadenas y ser tú misma”, expresó y acotó que todo eso la ayudó a darse mayor valor que nunca.

Sin arrepentimientos

Para Julieta, sin temor a equivocación, la vida se vive una sola vez. ‘No me arrepiento de nada y justamente eso me ha hecho ser la mujer que soy. El poder ser un poquito más humana , entender a la gente, no juzgar. Y como yo vengo de una faamilia un poco moralista, entiendo cuando te cuesta ganarte la vida, es entonces cuando te pones en los zapatos de las otras personas. Por eso hoy no me cuesta contárte mi vida, porque antes no podía ni hablarlo. Entendí y me enorgullece haber pasado esa etapa”.

Desde entonces, Julieta ha seguido adelante y fue llamada a participar en otras producciones de la cadena Azteca con “Lo que callamos las mujeres”, posteriormente entró a trabajar en el circuito teatral y su talento la llevó a participar en la serie de MTV “Niñas Mal 2”. Así llegaraon también las propuestas para posar para revistas para caballeros como Maxim, entre otras.

Luego Telemundo le dio una oportunidad con debutar com “Rosa Diamante”, “La impostora” y Mundo Fox con “Maldita Tentación” en el papel de Violeta.

Hoy, Julieta Grajales sigue ganando popularidad en Estados Unidos con su papel de la sensual Regina en la Súper Serie “El Chema” de Telemundo, donde encarna a la mujer de “El rojo” (Fernando Noriega), una seductora chica que al princiipio deslumbra con sus atributos a UN narcotraficante mayor que ella (Julio Bracho), pero termina enamorada de un narco en ascenso que se convierte en el amor de su vida y padre de sus dos hijos.

“Admiro ese personaje porque está lleno de valentía en medio de una sociedad machista, donde ella sabe que es dueña de su propio cuerpo y esto hace lo que ella haga lo que le pega la gana sin darse sin medir las consecuencias”.

Pese a la rebeldía de su personaje y considerando lo rebelde que Julieta fue en el pasado, ella prefiere no compararse con Regina, quien termina inesperadamente en toda esta historia. “Porque yo nunca sacrificaría mi libertad por dinero, ni estaría con nadie por conveniencia, perefiero mil veces que las cosas me cuesten a mí”, comentó esta joven soltera que hoy día no tiene un Romeo a la vista.

“No, no tengo pareja y la verdad no pienso ahorita en tener una famiia. Pero si tengo un hijo, será a los 39, 40. Y espero que sea cuando esté equilibrada emocionalmente’, dijo y luego agregó entre risas “es que la verdad yo no me llevo bien con eso del amor”.

Más allá de lo sentimental, Julieta dice que sigue tomando experiencias nuevas como una manera de seguir mejorando en la actuación y en su vida personal, porque ahora mantiene en paralelo la actuación con sus estudios de licenciatura abierta en psicología.

Nada mal para esta “Niña bien”.

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