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Adriana Barraza camina firme, sin egos y dando lecciones de vida

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No es usual que tres telenovelas se estrenen un mismo día y eso es lo que estará ocurriendo este proximo 19 de julio, cuando a las 8p.m. se estrene “Silvana sin lana”, a las 9p.m. llegue “Sin senos sí hay paraíso” y a las 10p.m. debute “Señora Acero 3: La Coyote”. “Así que imaginate tú, es un ‘martres’ lleno de emoción, de risas y será un gran momento para nosotros y para Telemundo”, comienza contando la destacada actriz Adriana Barraza en su visita a Los Ángeles.

Barraza, reconocida directora, actriz y maestra de actuación, nominada al Oscar de la Academia por su papel de Amelia, una nana en “Babel” (2006), del director mexicano Alejandro G. Iñárritu, ahora regresa a la pantalla chica en un papel estelar en la telenovela “Silvana sin lana”, donde le da vida a Trinidad Altamirano de Rivapalacios, una mujer de abolengo que se niega a vivir su nueva realidad llena de carencias económicas. “Trini” es la mamá de “Chivis” y la abuela de las hermanas Villaseñor.

La telenovela está protagonizada además por Carlos Ponce, Maritza Rodríguez, Marimar Vega y Alexandra Pomales, quienes comparten con Barraza en esta comedia romántica, donde su personaje de “Trini” le hará reír con sus ocurrencias, mientras el verdadero yo de Barraza nos hace un análisis de lo que hoy en día es su vida, la misma en la que aprende a seguir luchando contra el cáncer, ayudando a otras personas y compartiendo los mejores momentos con sus seres queridos y elogiándo a su amigo, Alejandro G. Iñárritu, entre otras cosas.

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¿Cómo ve realmente usted a su personaje?

“Trini” es una mujer con unos sentimientos muy lindos, pero ella nació en una cuna de oro y cuando vé que ha bajado todos los escalones de la vida y tiene que vivir en un barrio muy popular, pues la verdad que le cuesta bastante trabajo [aceptarlo]. Pero ella trata de seguir su manera de pensar hasta el final. Es una mujer graciosa y simpática, clasista, pero muy buena onda.

¿No se parece en nada a usted “Trini” Altamirano de Rivapalacios?

Bueno, yo soy Virgina Maria Teresa de Los Ángeles Barraza González y más o menos nos vamos llevando, pero no se parece en nada a mí, te lo juro que no. Tampoco pienso como ella, pero como actriz, mi obligación es darle la razón a mi personaje, no juzgarlo y tratar de hacerlo lo más verídico y lo más honestamente posible.

¿Se imagina usted en una situación como la de ella?

No me lo imagino, ya me ha pasado. Imaginate tú, tengo 60 años y me ha pasado de todo. Afortunadamente, porque creo que lo que nos pasa en la vida, no hace ser las personas que somos y creo que todos los reveces que me ha dado la vida, incluido el cáncer que estaba yo operándome, pues ha resultado ser todo un aprendizaje. Y es un regalo, porque yo creo que Dios te dá [algo así] para que aprendas de ello.

¿De qué manera la afectó la noticia de su enfermedad?

Primero que nada, una tiene que dar gracias a Dios de que la brincaste y sobre todo, de que sobreviviste. Sigo muy bien, me hago mis estudios. Y con esto aprendes a vivir mejor, aprendes que lo que hiciste mal con tu cuerpo, puedes [compartirlo y] ayudar a otros. Usualmente uno pretende cuidar a otros y descuida a su propio cuerpo, su alma, su espíritu, su mente. Y hoy yo trato de cuidarme integralmente lo mejor posible.

¿Ayuda usted a otras personas que lamentablemente también padecen de cáncer?

Sí, es una obligación de mi parte, por lo pronto, tratando de concientizar a otros. El primer examen que uno hace antes de llegar a un cáncer terminal es el autoexamen y hacerte tus estudios cada año es obligación de todos los que padecen esta enfermedad y recordarles a todas las mujeres que deben hacerse el autoexamen.

Pasando a otro tema, ¿lleva usted una vida de diva o estrella de Hollywood en la vida real?

Fijate que no (ríe). Hoy en día la palabra diva está tan distorsionada, porque en los años 50, una diva era un ícono, alguien inalcanzable, no alguien que llegue tarde a se porqte mal, no necesariamente. Hoy en día el titulo de diva se lo dan a alguien que le dan permiso para ser grocera o por sentirse que está por encima de alguien. Aforunadamente, mi vida la he llevado trabajando todos los días y si algo me ha enseñado esta vida que no se gana nada si no lo trabajas.

¿Pasando a otro tema, ¿Cómo influyó en usted aquella nominación al Oscar?

Todo lo que ha sido una cierta fama con la nominación al Oscar, que me llegó a los 50 (años de edad), por lo que yo ya había pasado mucho, así que hoy pienso que todo hay que ganárselo diario. Primero que nada, me dió la oportunidad, desde Cannes, de darme cuenta que los halagos que uno recibe es por ese fragmento de trabajo y que a veces la gente te abraza, te quiere, pero mas bien la gente está abrazando y queriendo a tu personaje, me dí cuenta y eso me sirvió, que si me abrazaba Brad Pitt o Angelina Jolie, o recibía elogios de Martin Scorsese era porque les había conmovido mi personaje, no era a Adriana Barraza. Me di cuenta que los actos son los que rebotan en las personas y por eso hay que tratar con mucho trabajo al ego, el ego puede ser un monstruo gigantesco horrible o puede ser alguien pequeño que te acompañe para sobrevivir.

¿Cómo la ve el público de su país?

Las personas que yo me encuentro en la calle, siempre se acercan con cariño y respeto. Si escribo algo (en las redes sociales) rrarmente recibo un comentario feo. Por lo pronto, nos vemos con mucho respeto mutuamente.

Lupe Ontiveros siempre se quejó que en sus 30 años de carrera, Hollywood le ofreció todo el tiempo papeles de nana y de servicio doméstico, ¿en su caso ha sido así?

Pues casi todas las ofertas han sido así. Pero he tenido de todo, en “Drag Me To Hell” (2009) era una mujer importante (Shaun San Dena) con una casota donde entraban los demonios, pero yo creo que en la época de Lupe Ontiveros, una maravillosa actriz y un ser divino, era diferente porque los actores latinos apenas entrábamos.

¿Cuál ha sido su más reciente papel?

He hecho personajes diferentes, pero me siguen ofreciendo papeles de las personas del servicio. La última película que hice fue “Cake” (2014) con Jennifer Aniston, donde era la señora del servicio, enfermera, chofer, cocinera y muy buena amiga de la protagonista.

Siendo usted miembro de la Academia desde hace 10 años, ¿cree que hay diversidad en las nominaciones al Oscar?

En la pasada edición no había ningún afroamericano y creo que tenían razón al quejarse. Desde que tenemos un espacio llamado la ‘diversidad’ nos están encerrando en un lugar diferente. Creo que sirvieron las protestas porque este año invitaron a muchas personas en México a ser parte de la Academia. Gael García y Diego Luna son miembros desde hace tiempo y Me parece muy bueno que se haya abierto en esta área y creo que que si finalmente, todos nosotros hacemos los productos norteamericanos está muy bien que se nos tome en cuenta.

Usted que ha trabajado con Alejandro G. Iñárritu, ¿cuál piensa que ha sido su secreto para el éxito?

No creo que sea un secreto, usted lo ve cuando disfruta de sus películas, la que sea, desde ‘Amores Perros’ (2000) hasta ‘The Revenant’ (2015), que es una maravilla. Su talento, es lo que lo ha hecho. A mí me enseñaron, cuando yo estudié dirección, que dirigir es un punto de vista de la vida, por eso es que todos podemos dirigir algo de manera diferente. Yo creo que el punto de vista de la vida de Alejandro es tan particular y tan especial que le llega a todo el mundo. Es un hombre que se reúne con personas de mucho talento. Es una persona que por dentro, te lo digo porque lo conozco y es alguien a quien quiero mucho, que tiene una compejidad muy bonita, pero sobre todo que le interesa mucho hablar del ser humano, quiere al ser humano, ama la espiritualidad y el esfuerzo del ser humano y la ayuda que un ser humano le puede dar a otros. Creo que en todas sus películas está eso. Siempre que hay una persona que te ayuda en el peor momento.

Hablando de ayuda, usted dirige, actua y enseña, ¿cuál faceta la apasiona más?

No, pues es como la comida, cuando me toca dar clases soy igual de apasionada, cuando dirijo tambien, ya no dirijo tanto porque luego me enfermo y cuando actúo también. Si como mexicano me encanta, si como japones, me encanta.

¿Qué consejos les da a esos jovenes que quisieran incursionar en el mundo del cine, la televisión y el teatro?

Que tienen que tener algo que los haga triunfar en cualquier profesión, que es disciplina, amor por lo que están haciéndo y estudios. Con esas tres cosas, no hay suerte que valga y sigan sus sueños. Para terminar diría una frase muy bonita de mi maestro Sergio Jiménez ‘quien no tiene fuerza para sostener un sueño, no tendrá fuerza para sostener su vida’.

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