Anuncio

Pipo Rodriguez busca su propio camino con un estilo distinto al de Los Ángeles Azules

Share

Pese a su aire juvenil, Pipo Rodríguez no es un rostro nuevo en el mundo de la música. De hecho, a lo largo de seis años, fue el vocalista principal de Los Ángeles Azules, una legendaria agrupación de cumbia con la que grabó siete álbumes entre el 2011 y el 2017.

Se trató sin duda de una excelente preparación para la aventura que acaba de aprender. “Ya tenía esa necesidad de hacer mis propias composiciones, mis propios mis arreglos; lo platiqué con ellos y lo tomaron bien, por lo que terminamos en buenos términos”, nos dijo recientemente el cantante. “Todavía nos vemos y nos saludamos. Para mí, fue una bendición estar con ellos, y es algo que siempre voy a agradecer”.

El primer esfuerzo discográfico de Rodríguez como solista es “Cumbia sin fin”, que se encuentra disponible desde este viernes y que incluye algunas colaboraciones importantes, como la que se da con la famosa Alejandra Guzmán y la que se produce con la aclamada banda local La Santa Cecilia.

“La primera se llama ‘Cariñito corazón’ y es un tema nuevo de Alejandra que ella misma compartió conmigo; ¡imagínate una fusión de cumba con rock y tantito pop!”, se entusiasmó el cantante. “La otra es ‘La negra’, que formaba ya parte del repertorio de La Santa Cecilia; al momento de escoger [el repertorio], me encantó la voz de [la cantante] Marisoul, y tuvimos muy buena química al grabar esta versión”.

También hay dos ‘covers’ inesperados: uno de “Matador”, pieza original de Los Fabulosos Cadillacs, y otro de “Labios compartidos”, de Maná. “‘Matador’ es un clásico; me lo imaginé hecho en cumbia y ha tenido muy buen resultado, mientras que la de Maná surgió porque nos parecía interesante hacer una versión de algo que venía del pop”, describió nuestro entrevistado.

Aunque Rodríguez no se ha desvinculado del género que practicaba con los Ángeles Azules, lo que muestra en esta placa adopta un estilo más personal, lo que era una necesidad en la búsqueda de una identidad propia pero presentaba obviamente riesgos en vista de la devoción que provoca su anterior agrupación.

“El estilo de ellos es muy peculiar, muy bonito, pero yo quise hacer algo más juvenil sin perder la base tradicional”, explicó el cantante. “Por eso, empleamos sintetizadores y guitarras eléctricas”.

“Es una responsabilidad muy grande mantenerse en el gusto de la gente”, prosiguió. “Hay comentarios de todo tipo y yo respeto la opinión del público, pero en los shows que he hecho he tenido una respuesta súper positiva; el primer tema que promovimos, que se llama ‘La rempujadera’ y fue escrito por Reyli Barba, es incluso coreado en las presentaciones que ya he tenido”.

Sea como sea, el disco tiene también piezas que se alejan del comercialismo bailable para incursionar en terrenos más lentos y sensibles, como es el caso de “La pagarás”.

“Claro, también hay canciones así, porque yo soy muy romántico; pero creo que ni siquiera esos regresan al estilo de mi agrupación anterior, porque se inclinan más al pop”, retomó Rodríguez. “Yo soy compositor, y ese tema es mío, al igual que el que da nombre al disco, y que es completamente instrumental, porque mi voz ya está en todos los demás. Lo cierto es que este trabajo tiene de todo: para que lloren, para que bailen y para que se vayan de fiesta”.

Rodríguez, que vive en Ciudad de México, se encuentra planeando una gira que lo traerá próximamente al Sur de California, y ahora mismo alista presentaciones en Bolivia y Argentina, lo que habla bien de la popularidad de la cumbia pese al éxito todavía imbatible del reggaetón.

“La cumbia no va a desaparecer, y eso se nota en los bailes; hay público para todo tipo de música”, enfatizó el artista. “Yo creo que todos nacemos ya con un ‘chip’ que nos hace levantarnos cada vez que escuchamos una cumbia”.

Anuncio