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Paquita La del Barrio, un fenómeno que arrasa en Los Ángeles

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De pocas palabras, pero sólidas convicciones personales, Paquita La Del Barrio se ha ganado la adhesión de muchas mujeres en un proceso que la dimensiona como una especie de fenómeno social y se fortalece de concierto en concierto de canción en canción.

“Me gusta porque me gusta; y porque tiene fuerza en lo que dice”, afirma Candelaria Jiménez, una de sus tantas admiradoras, quien viajó desde Santa Ana para estar presente en el Microsoft Theatre de Los Angeles, en cuyo escenario la artista mexicana recibió, además de estruendosos aplausos, los musicales parabienes de otras cantantes en el evento que se anunciaba como la celebración de sus 45 años de carrera profesional.

“La sigo por su carisma. Es muy simpática. Y porque nos defiende a nosotras”, exclama alegremente la guatemalteca Lupe Silva, residente de South Gate, que junto a cuatro amigas dejan la impresión de haber hecho más de algún brindis en el bar del teatro.

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Mientras una la empuja para seguir caminando hacia el estacionamiento, otra que no alcanza a dar su nombre prefiere cantar los versos de un “Tres Veces Te Engañé” que sus amigas corean a todo pulmón.

Por la expresión de sus rostros, por sus ademanes, por el volumen de sus voces y hasta por su forma de caminar la salida del recinto difiere radicalmente del ingreso.

Llegaron vivaces, pero más o menos serias, haciendo ordenadas filas para mostrar sus tickets y tomándose los ‘selfies’ de rigor frente al letrero luminoso que anunciaba el espectáculo.

Acompañadas de sus amigas o parientes, salen “cambiadas” como nos lo destaca Rosalía Acevedo al admitir que le fascina el repertorio de la artista por esos duros mensajes “en contra de ellos”.

Esa es la clave del éxito de Paquita La Del Barrio. Su presencia las transforma. Su pasiva militancia “en contra de ellos” se activa. Se mueven muchos resortes emocionales y la noción de “los inútiles” a quienes dedica algunos de sus temas se convierte en bandera de una causa muy femenina.

Por eso la estructura del público que la sigue con religiosa fidelidad es mayoritariamente femenino. A vuelo de pájaro, según lo que observamos, la relación hombre-mujer en este caso debe haber sido de siete a tres a favor de ellas.

Con cierta resignada filosofía y al ver el frenesí y el ensordecedor griterío de tantas damas durante el concierto, Manolo Durán, un señor de mediana edad, compartió su reflexión del momento preguntándose “a ver cuánto les dura”.

Gilberto Alarcón, esposo de una silenciosa Ana que no quiere opinar, señala que esa categoría de “los inútiles” que hay en sus canciones le divierte mucho. Reconoce, asimismo, que la artista “canta muy bien las rancheras, sobre todo una que se llama ‘Juro que no volveré’ y que parece que es de Juan Gabriel. ‘Acá entre nos’ es otra de mis favoritos. Paquita la canta mejor que Vicente”.

Sin embargo, lo cierto es que el repertorio desplegado en el Microsoft Theatre con el respaldo musical de un buen mariachi, igual que en sus grabaciones, es reto y desafío, ataque, argumento y estocada a fondo contra “los inútiles” por el contenido de temas como “Viejo rabo verde”, “Las mujeres mandan”, “Invítame a pecar”, “Pobre pistolita’ y su emblemática y arhifamosa “Rata de dos patas”.

Tan internacional que se conoce en toda América Latina y hasta en España, este último es como un himno para muchas espectadoras que abrazadas y envalentonadas se van cantándolo de vuelta a sus casas.

Otra opinión interesante es la de Elizabeth, de origen zacatecano, quien señala que “Paquita tuvo el mérito de traer el arrabal mexicano al corazón del centro de Los Angeles”.

En esta especial presentación celebrando sus 45 años de trayectoria también hubo sorpresas a raíz de la participación (en orden de aparición) de Ana Victoria, la hija de Diego Verdaguer y Amanda Miguel; Diana Reyes, Graciela Beltrán y Marisela.

Con Ana Victoria la homenajeada hizo un dueto y cantaron juntas la tradicional composición de Manuel Esperón “No Volveré”, en una interpretación que puso a vibrar a la audiencia.

Con Diana Reyes interpretó otra canción de agresivo mensaje: “Me saludas a la tuya”, de Manuel Eduardo Toscano.

Uniendo su voz a la de Graciela Beltrán cantó “Se me olvidó otra vez”; y junto a Marisela ofreció una emocional versión de “Amor de los dos” y en forma extraordinaria, ya que al parecer, no estaba pogramado el clásico “Volver, volver” de Fernando Z. Maldonado que muchos en la audiencia corearon de pie.

En su despedida Paquita La Del Barrio evocó al gran José Alfredo Jménez al recrear los versos de “Gracias” una composición con que ella identifica y esta vez la hizo llorar por la intensa emoción de un mensaje que en parte dice:

“Gracias.¿¿Cómo puedo pagar ¿que me quieran a mí por todas mis canciones... He ganado dinero ¿para comprar un mundo ¿más bonito que el nuestro. ¿¿Pero todo lo aviento¿porque quiero morirme ¿como muere mi pueblo.¿¿ Yo no quiero saber qué se siente tener ¿millones y millones”.

De pocas palabras

Al ser entrevistada por HOY tras la conclusión de su concierto Paquita La Del Barrio todo lo que nos dijo se resume en contadas frases: “Esta noche me pareció muy bien, porque de mi público puedo esperar mucho. ¡El público está conmigo! Este concierto fue más largo porque mis compañeras estuvieron conmigo. Estoy muy emocionada. Elegí la canción ‘Gracias’ para cerrar porque se refiere a nosotros, a la vida de los artistas. Dice lo que nos espera”.

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