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Diana Fuentes ondea su propia bandera

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Ella vive en San Juan, ciudad a la que se mudó hace unos cuantos años para estar al lado de su marido; pero eso no quiere decir que haya roto lazos con su Cuba de origen.

De hecho, su disco más reciente y más aclamado hasta la fecha, “Planeta Planetario”, está siendo distribuido allí por legendario sello Egrem, mientras que Sony Music se encarga de él en el resto del mundo; y en estos días, anda metida de lleno en una gira por toda la isla de Fidel.

Diana Fuentes tampoco olvida que el inicio de su carrera artística se produjo en La Habana gracias a la participación que tuvo en el emblemático grupo de fusión Síntesis, aunque lo suyo como solista se plasmó por primera vez en “Amargo y dulce”, el álbum que lanzó en el 2009, y que fue recién sucedido meses atrás por la segunda placa a la que nos referimos arriba.

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“Lo que pasa es que yo fui invitada a varios proyectos ajenos que me llevaban a viajar e hice incluso una película en Ecuador; como el proceso se estaba demorando tanto, decidí empezar a soltar las canciones en la radio o dejar que se filtraran por ahí, para que la gente se familiariza con ellas”, nos dice la cantante. “Además, tuve a mi primer hijo. Espero que el próximo disco no se tarde tanto como éste”.

Un aspecto particularmente interesante de “Planeta Planetario” es que el trabajo de producción se encontró en las manos del esposo de Diana, ni más ni menos que Eduardo Cabra, el célebre “Visitante” de Calle 13.

“Estoy super contenta de que lo haya hecho, porque le ha dado una perspectiva distinta a mi música; mi disco anterior era más pop y éste es más alternativo, porque a Eduardo siempre le llamó la atención que mis conciertos sonaban mucho más fuertes que mis grabaciones”, comenta.

La entrevistada asegura que el proceso se dio de modo natural, y no debido a un cambio forzado por la intervención del aludido.

“Lo que él hizo fue canalizar toda esa energía que ya estaba presente, explorar el histrionismo que tenía; me siento orgullosa de pertenecer al núcleo familiar de Calle 13, que ha marcado un momento importantísimo en la música latinoamericana, pero tengo mi propio estilo, y la labor de Eduardo como productor es sacar lo mejor de cada proyecto en el que trabaja”, agrega.

De ese modo, no cree ni siquiera que las partes ‘rapeadas’ del álbum dependan de lo que hace la banda de su pareja. “Yo no soy rapera; respeto mucho a los raperos, porque no es fácil lo que hacen”, señala. “No lo puede hacer cualquiera; es como el jazz, donde la capacidad de improvisación es muy importante. Lo que yo intento ahí es una manera más rítmica de cantar”.

“La cantante Diana Fuentes sigue un camino personal, pese a la fama de su esposo”

Otra diferencia con el trabajo anterior es que éste la da la oportunidad de probar suerte con inflexiones vocales más cercanas a las de la música tropical cubana.

“Eso tiene que ver con el trabajo investigativo que hicimos y con el modo en que he podido ver a mi país desde otra perspectiva”, señala. “También se relaciona a la posibilidad de haber encontrado una guía para hacer algo creativo con esos géneros y esos ritmos que han sido ya tan usados”.

“Y es que, por ejemplo, el tema ‘De Oriente a Occidente’ es una conga santiaguera con dancehall jamaiquino; ‘Otra realidad’ es un bolero con funk; y ‘Los caminos’ tiene tanto de afrocubano como de dub. Es una clase de fusión que disfruto mucho”, describe la joven artista, quien acudió incluso al dialecto yoruba en la pieza “Los caminos”.

Por el lado de las letras, hay mucho que se inclina hacia el tópico del amor y del desamor; y si bien ella misma ha reconocido que el tema que le da su nombre al disco está dedicado a Eduardo, no todo se basa en su vida.

“Muchas veces uso experiencias de familiares y de amigos, o simplemente decido escribir sobre algo y lo imagino”, explica.

Lo que sí falta en su repertorio son mensajes directamente sociales y políticos, lo que podría llamar la atención en vista de la conexión cubana y de su cercanía a Calle 13.

“Puede haber algo social en el sentido de que mis canciones plantean una filosofía de vida que puede influir en la sociedad, pero hoy mismo no me interesa lo político porque no me gusta escribir de cosas con las que no me siento segura, para que no me digan después que estoy equivocada”, afirma.

“En el caso cubano, hay muchas idelogías lamentablemente divididas que se basan en una falta de respeto; no hemos llegado a un acuerdo porque no respetamos que cada uno pueda pensar de modo diferente”, agrega. “Seguiré investigando sobre el asunto, y cuando tenga la necesidad de escribir sobre él, lo haré”.

Por supuesto, ella misma está muy consciente de los intentos de apertura que se han venido dando en el seno del gobierno estadounidense hacia su país, sobre todo después del histórico discurso de Obama que sigue causando polémica.

“Se está abriendo la posibilidad de cambios y eso es super importante y favorable para el pueblo cubano, aunque falta mucho por hacer”, enfatiza. “Pero el cambio más importante deber ser el interno, más allá de la apertura que pueda darse desde afuera”.

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