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Con Panteón en el panteón, este fue un Día de Muertos digno de recuerdo

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La celebración oficial del Día de Muertos se produce hoy, pero el sábado pasado, nuestra ciudad vivió lo que sigue siendo uno de los festejos más memorables de la fecha gracias a una nueva edición de “LA Day of the Dead”, el festival de un día que se lleva a cabo en una locación irremplazable: el cementerio Hollywood Forever.

Aunque el evento se ha venido haciendo desde hace casi dos décadas y ha tenido ya en su tarima principal a varios artistas consagrados, lo de este fin de semana fue particularmente llamativo porque el acto central fue Panteón Rococó, una agrupación ‘chilanga’ que combina el punk y el ska y que, como era de esperarse, desató las primeras sesiones de ‘slam’ que se han realizado en este recinto, aunque, finalmente, el asunto no se salió de control, a pesar de que estábamos ante la multitud más grande que hayamos visto en un ‘LA Day of the Dead’.

También fue llamativo ver por primera vez a Panteón en medio de un cementerio. Pese a que la banda no practica precisamente un estilo musical siniestro y a que sus letras no se centran en los difuntos, su popular vocalista, el Dr. Shenka, recordó varias veces en sus discursos a quienes se han marchado y pidió que se les rindiera tributo a través del baile enérgico, que se desató de hecho ante la interpretación de temas como “Esta noche”, “Marcos Hall”, “La dosis perfecta” y “La carencia”.

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Es probable que las danzas violentas de los asistentes no terminaran convirtiéndose en caos gracias a las palabras conciliadoras del mismo Shenka, quien intentó que las cosas se mantuvieran en un cauce pacífico (“se trata de liberar energía y de saber que, si te caes, tu compa de al lado te va a levantar”, dijo desde arriba), pero que no dejó tampoco de lado los cuestionamientos a las personas que escuchan géneros comerciales y machistas como el reggaetón (“si tienes un novio así, te va a poner a lavar los trastes”, le advirtió a las ‘chavas’ presentes).

También llamó la atención el acto anterior, una colaboración entre el grupo Mexican Institute of Sound y el cantante y compositor Camilo Lara que, en medio de sus inclinaciones electrónicas, tomó frecuentemente vuelos rockeros y hasta socialmente críticos, como cuando le tocó el turno a la interpretación de la contundente pieza “México”.

Lara es un tipo carismático y divertido que, sin tener una gran voz, logró animar a la audiencia con sus invocaciones al movimiento, sus proclamas sobre la necesidad de votar en las elecciones que se aproximan, sus expresiones cómicas (“veo a mucha gente bonita pisando a gente que antes fue bonita”, comentó) y su manejo constante de un discurso bilingüe que resultó especialmente efectivo debido a que este evento es visitado actualmente por un gran número de anglosajones.

Antes de esto, el escenario principal fue ocupado por Hello Seahorse!, una interesante banda alternativa de CDMX cuyo set no pudimos ver por completo debido a que, como lo sabrán ya quienes hayan puesto un pie en este evento, el “L.A. Day of the Dead” es una actividad que convoca no solo a multitudes enormes a lo largo de un espacio igualmente grande (lo que hace difícil el desplazamiento), sino que cuenta con varios estrados donde se presentan artistas de diferentes géneros y, por supuesto, con una vasta y maravillosa exhibición de altares de todo tipo, distribuidos al lado de las tumbas. Por otro lado, los asistentes, disfrazados muchas veces con atuendos extraordinarios, son un espectáculo aparte.

De ese modo, nuestro recorrido nos llevó primero al escenario El Mosaico, donde tuvimos la oportunidad de ver al Grupo Folklórico Princesa Donaji, un colorido grupo de baile que usaba frutas como parte de su acto. Después llegamos al entarimado de El Fandango en su Esplendor, a tiempo para apreciar al Conjunto Tenocelomeh, un encantador trío jarocho en el que destaca el plácido sonido del arpa, y para sorprendernos ante la exposición aledaña de Piero F. Giunti, un fotógrafo que ha colaborado con nosotros y que demostró aquí su talento para las imágenes en blanco y negro de artistas famosos en situaciones vinculadas al Día de Muertos.

Finalmente, llegamos a la laguna que divide al cementerio y en la que, como es ya costumbre, se desarrolla un círculo tradicional de danzantes aztecas lleno de plumas, penachos y percusiones repetitivas que, a la luz de la noche, adquirió connotaciones fantásticas.

No logramos entrar a la exposición de arte que se hace todos años al interior de la Catedral debido a la fila descomunal que se encontraba a la entrada, donde vimos a muchos personajes inspirados en la cinta animada “Coco” y a varias ‘calacas’ travestis (porque esa es la nueva modalidad); pero no dejamos de lado nuestro paso habitual por la tumba de Joey Ramone, el guitarrista de los legendarios Ramones, que estaba más decorada e iluminada que nunca, y agregamos con emoción una visita al lugar de reposo eterno de Chris Cornell, el emblemático vocalista de la banda rockera Soundgarden, que falleció el año pasado y cuyo sepulcro lucía mucho más sobrio.

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