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Álex Cuba participa en los Grammy tras celebrar a San Valentín en L.A.

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Nació en Cuba, habla como cubano y su música tiene una profunda impronta cubana, pero vive desde hace casi dos décadas en Canadá, debido a una relación romántica con una mujer de ese país que se prolonga hasta el día de hoy y que se ha plasmado constantemente en su obra, incluyendo a su más reciente lanzamiento, “Healer”, que se encuentra nominado en la categoría de Mejor Álbum de Pop Latino en la ceremonia del Grammy que se llevará cabo el próximo lunes.

“Healer” es el quinto álbum de su discografía personal, luego de un trabajo inicial al lado de su hermano, con quien conformó el dúo de los Hermanos Puentes (es decir, su apellido verdadero); y es uno que tiene todavía la mayoría de sus letras en español, fuera de algunos cortes bilingües y del título general en inglés, que fue colocado por el artista debido a que le gustaba el modo en que suena la palabra y al hecho incuestionable de que esta lengua es una parte importante de su vida.

“Me gustaba más que ‘curador’, y va de la mano con ese concepto que yo tengo sobre que la música, cuando es positiva -como la que yo hago-, tiene esa clase de poder”, le dijo el cantautor a HOY durante una visita a nuestra redacción. “Al comienzo, pensé que estaba viviendo dentro de una burbuja de felicidad artificial, porque el mundo tiene de todo; pero después me di cuenta de que esta es mi personalidad”.

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“Yo hago música por la positividad [sic]; si estoy ‘bravo’ [molesto], no se me ocurre agarrar la guitarra, porque no me apetece la música, pero cuando estoy contento, las canciones llegan a mí”, prosiguió. “Es lo opuesto de lo que le pasa a alguien como Manu Chao, quien ha dicho que si está alegre le provoca irse a un bar”.

En medio de sus percusiones tropicales, Cuba mantiene el estilo acústico de siempre, y su voz se conserva igualmente en un cauce apacible y conciliador. “Tengo la influencia de héroes -por llamarlos de algún modo- a los que siempre estuve expuesto, como Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, así como toda la vieja trova cubana que va desde María Teresa Vera hasta Singo Garay”, recordó. “También fui instrumentista -bajista de jazz-, y todo lo que escuchas ahora es el resultado de mis aventuras musicales”.

Para Cuba, el amor ha sido un motor esencial desde que entabló una relación sentimental con la anglosajona Sarah Goodacre, con quien lleva casado cerca de veinte años. “La conocí cuando andaba de gira en Canadá con mi hermano; pasé dos años en Cuba con ella y después decidimos volver a Canadá, un lugar donde me siento como en casa, porque pese a la diferencia del clima, soy de Artemisa, un pueblo cubano, y también vivo en un pueblo canadiense”, precisó. “La verdad es que, fuera de mis padres, no extraño a la isla, aunque eso se puede deber a que, a diferencia de otros, puedo volver cuando quiero”.

La pareja tiene tres hijos, entre los 9 y los 19 años de edad, y Cuba justica su prolongada relación (inusual en el medio artístico) debido a decisiones personales. “Todo empieza con una buena elección y se extiende a mantener esa confianza inicial; por mi parte, he hecho lo necesario para sostener una relación, es decir, ser leal, porque llega un momento en que se produce toda la fantasía del escenario y los fans te vuelven loco”, confesó. “Lo que me ayudó muchísimo fue separar mi vida como esposo y como padre de mi carrera, por lo que tengo incluso un nombre artístico que no es el real”.

Como buen cubano que es, y a pesar de que sus letras no tocan nunca el asunto de la política, Cuba se ha visto permanentemente expuesto a preguntas sobre los extensos desacuerdos entre su patria y los Estados Unidos, que incluyen ahora interrogantes sobre el futuro de la isla en vista de la apertura anunciada por el todavía presidente Barack Obama.

“Cuba ha estado tratando de mantener su soberanía; que lo haya logrado o no, o que el sistema haya funcionado o no, es otra cosa”, reflexionó. “Lo que va pasar es que los americano se van a ‘cubanizar’ y van a empezar a hablar como nosotros. No; es una broma. No sé lo que va pasar; es muy temprano para saberlo”.

“Pero la verdad es que muchos artistas cubanos preferimos evitar esto porque andamos cansados de hablar del tema y cansados de la política, ya que siempre nos preguntan sobre ella”, enfatizó. “Yo, mi parte, siempre me he desvinculado de esos asuntos, tanto en la isla como fuera de la misma”.

Lo que le interesa ahora mismo es ver cómo le va el lunes, en vista de que tiene a contendientes tan grandes como Ricky Martin y Alejandro Sanz. “La ventaja mía es que mi disco es el único que tiene canciones en dos idiomas”, dijo. “Vamos a ver qué pasa con eso”.

Antes de eso, celebrará el Día del Amor en nuestra ciudad acompañado de su esposa, quien lo ha acompañado hasta aquí -se sentó a su lado durante la entrevista- y que normalmente no tiene la oportunidad de celebrarlo, porque su marido anda usualmente en algún paraje distante cantándole a otras parejas.

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