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Escenario de lujo para ‘la música que más amamos’

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Inaugurado en 1922 por ese escenario han desfilado muchas leyendas de la música incluyendo representantes de todos los géneros, desde el clásico de las orquestas sinfónicas hasta el pop y el jazz, y desde Los Beatles hasta Luciano Pavarotti.

Por eso la celebración anual del festival Mariachi USA, ya en su 28va. edición, adquiere inusitada importancia. El Hollywood Bowl, por su historia y por su presente, es otra cosa: símbolo de Los Angeles, faro del buen gusto, un lugar de refinado prestigio, ideal para ver y aplaudir lo mejor de lo mejor.

Esta vez, por ser la víspera del 4 de Julio, el evento fue grandioso. Iniciándose con una sobria interpretación del Himno de Estados Unidos a cargo del Trío Ellas y Marisol “La Marisoul” Hernández, vocalista de la Santa Cecilia, hizo un despliegue musical tan amplio que pasó por las tradicionales rancheras de José Alfredo Jiménez y ancló, como homenaje a la nación en su aniversario patrio, en el foxtrot bailable de Glenn Miller.

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Detalles como éste son los que atraen al público que cada año establece un rotundo “sold out” copando la capacidad del Bowl hasta lo más alto de sus aposentadurías, allá arriba en el cerro que corona su audaz diseño arquitectónico.

De sorpresa en sorpresa esta edición ofreció varias. Y de peso. Entre ellas la vigente presencia de agrupaciones fundamentales: el Mariachi Sol de México, de José Hernández; Los Camperos, de Nati Cano; Los Reyes, Oro, y el Nuevo Tecalitlán, de Guadalajara, que pertenece a toda una dinastía jaslisciense con cuatro Martínez en su formación, Fernando, Alejandro, Luis y Angel.

Fue éste quien acuñó una frase inolvidable al proclamar frente al público que la del mariachi en general, es “la música que más amamos, porque es la más nuestra”.

Una vez concluido el show, tras la plasticidad de los fuegos artificiales, en declaraciones exclusivas para HOY reiteró que “no es solamente para escucharla; sino para sentirla, porque entra por los oídos pero se percibe orgánicamente, en todo el cuerpo”.

“El estilo original del mariachi viene de Jalisco”, explicó, algo en lo que mucha gente está de acuerdo, sobre todo en Estados Unidos a través de sus actuales pioneros, entre ellos José Hernández, cuya dedicación a la música también tiene carácter familiar dinástico e igual abarca entre tres y cuatro generaciones.

En materia de sorpresas se destacaron los homenajes espontáneos que emocionaron a los artistas y al público, como sucedió a raíz de la simple interpretación de “Querida” y “El Noa Noa”, temas originales de Juan Gabriel que derivaron en un multitudinario encendido de celulares como tributo al desaparecido ídolo.

Lo mismo ocurrió cuando se cantaron algunas de las rancheras más representativas de José Alfredo Jiménez, como “Llegó borracho el boracho’ y “En el rincón de una cantina”. Se demuestra así que los grandes creadores, aunque físicamente idos, siguen vivos en su obra.

Fue igualmente imposible no asociar el nombre de Ramón Ayala (y su compositor Freddie Martínez) cuando el Mariachi Los Reyes interprretó “Tragos de amargo licor”, un tema que siempre “prende” a la audiencia y hace que mucha gente se ponga de pie para hacer un coro que suena y resuena en altos decibeles.

En el terreno de las sorpresas una de las grandes ovaciones de la noche fue para el arpista Marcos López, del Mariachi Oro, todo un virtuoso de su instrumento y un verdadero showman por sus repentinos cambios de posición en el centro del escenario.

Utilizando la letra de varias canciones muy tradicionales uno de los momentos más simpáticos del festival fue la representación de una típica serenata donde coincidían dos galanes y el contrapunto que se produjo entre ellos y las damas receptoras de sus sentimientos amorosos

Con la participación directa de Rodri Rodríguez, fundadora y organizadora de Mariachi USA, “la cubana más mexicana” según su propia definición, este segmento incluyó canciones alusivas al choque emocional que suele darse entre hombres y mujeres, como “Aquellos ojos verdes”, “Amorcito corazón”, “Ella”, “No me amenaces” y otras que culminaron con un veredicto favorable a las damas y la tajante frase de que “hasta el hombre más hombre se agacha y se humilla por un gran amor”.

El repertorio que se presenta en cada edición de Mariachi USA “es una decisión de equipo, en que todos los grupos se ponen de acuerdo y cada quien trata de ofrecer algo diferente”, señaló José Hernández, quien junto a sus músicos le rindió un homenaje especial a Javier Solís y además exploró géneros como el country, el big band y lo operático al interpreter el ‘Libiamo ne’liete calici”, el brindis de La Traviata cantado en perfecto italiano.

Apelando al folklore latinoamericano esta vez también hubo espacio para la música cubana con la presencia de San Miguel y su promisorio éxito “Un poquito de amor everyday”, que tiene un ritmo de contagiosas consecuencias e hizo que varias parejas se atrevieran a bailar.

Inevitable por la profusión de propaganda política en las calles alrededor del Hollywood Bowl, la actual situación estadounidense estuvo ausente dentro del recinto, aunque en el back stage en diálogo con HOY Stephanie Amaro, un de las integrantes del Trío Ellas, recordó que su cumpleaños personal es el 4 de julio pero esta vez “por lo que está pasando en el país no tiene mucho interés en celebrarlo”.

Aparte del show pirotécnico habitual con que se cerraba Mariachi USA en su 28 aniversario muchos espectadores enronquecieron cantando junto a los mariachis reunidos en pleno canciones tan queridas y versionadas como “El Rey” y “Volver, volver”, y el infaltable “Son de la negra”, gracias a cuya atávica fuerza numerosos espectadores comienzan a planificar su asistencia al festival del próximo año, siguendo así una tradición local que llena de orgullo a miles de personas de origen mexicano orgullosas de que la música que más aman se apodere bajo las estrellas veraniegas de este mágico escenario de lujo.

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