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Chiquis presentó su nuevo disco, pero hubo que cruzar un río para estar a su lado

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La locación elegida por Chiquis Rivera para la fiesta destinada a celebrar el lanzamiento de su segundo álbum, “Entre botellas”, parecía ideal, porque se trataba de un amplio rancho californiano (más precisamente, el Pérez de la ciudad de Sylmar) rodeado de bellas montañas cubiertas de vegetación.

El único problema era que la fecha coincidía con la tardía temporada invernal de lluvias que hemos venido experimentado en esta parte del mundo, la misma que puso las cosas difíciles desde que, alrededor de las 6 de la tarde, los representantes de la prensa y los invitados llegaron hasta la entrada del lugar, donde el acceso estaba interrumpido por un espontáneo río de caudal considerable surgido a consecuencia del agua que caía desde los cielos en una región de mayor altura.

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Los que tenían carros realmente grandes y poderosos atravesaron el enorme charco sin demasiados problemas, pero los mortales que andábamos en vehículos más modestos pensamos que no íbamos a poder llegar a la cita, hasta que varios de nosotros fuimos rescatados por una camioneta que llevaba productos alimenticios y que nos permitió superar el obstáculo a través de una experiencia que, por unos instantes, recordó las vivencias de quienes cruzan la frontera ayudados por “coyotes”, con todo el respeto que se merecen esos inmigrantes y con lo breve que fue nuestro pesar al lado de que ellos tienen.

En todo caso, se trató de una aventura un tanto arriesgada en el sentido de que el pronóstico del tiempo anunciaba que llovería más tarde sobre el mismo rancho, lo que abría la posibilidad de que el río creciera y resultara imposible salir de la zona, sobre todo porque iba a ser de noche y no había iluminación eléctrica cerca de la calle. Por fortuna, la precipitación se inició tarde y fue bastante ligera, haciendo con ello que la salida fuera mucho menos complicada de lo esperado.

Sobre la tarima

Se trató del único error mayúsculo de los organizadores de la velada, ya que, por otro lado, la hija de Jenni no ofreció solo una breve conferencia de prensa (que pudo estar más ordenada, eso sí) y algunas entrevistas personales (como la que les ofreceremos más adelante por este medio), sino que se subió por cuenta propia al escenario (que contaba con muy buen sonido) para interpretar cinco temas de su flamante producción.

Hubo que esperar un poco para verla, porque el espectáculo comenzó con una animada actuación del Mariachi Los Reyes y, luego, le llegó el turno a un divertido preámbulo protagonizado por “La Chupitos” en el que hasta el dueño del rancho fue cuestionado por no poner “un pin… puente para cruzar el río”. La comediante aprovechó también la reciente visita de Donald Trump a Los Ángeles para asegurar que “ese gringo desabrido ni se me antoja”.

Volviendo a Chiquis, su música y su voz se escucharon antes de que pisara la tarima, porque empezó a entonar las notas de “Quisieran tener mi lugar” (una pieza que canta en el disco a dúo con su madre, por milagros de la tecnología) desde el llano cercano, mientras montaba temerariamente un caballo en medio del resbaloso lodo y la banda de estilo sinaloense hacía lo que le correspondía en las tablas.

Aunque se trató de un show breve, la muchacha tuvo hasta dos invitados especiales: el compositor Poncho Arrocha -quien la acompañó durante la interpretación del segundo sencillo “Vas a volver” y en la “Entre botellas”, una sentida canción que está dedicada a la madre de la protagonista de la velada- y Lorenzo Méndez, vocalista de La Original Banda El Limón, quien hizo lo propio cuando le tocó el turno a “Los chismes”, que él mismo canta a dúo en el disco.

Lo curioso es que el tema musical -una cumbia- habla de manera humorística pero a la vez realista de la conocida relación romántica entre los dos vocalistas, que como lo confirmó ayer la descendiente mayor de Jenni, ya se terminó. Chiquis nos contó después que la participación de Méndez en el escenario no estaba planeada, aunque el cantante bailó incluso con ella de manera alegre y, al final, ante la insistencia de la audiencia, le dio un “piquito” en la boca, despertando con ello toda clase de especulaciones.

La caída del agua se inició en medio del set, y lo hizo de manera torrencial, provocando que la cantante dijera: “Se vino la lluvia, pero cañón; no ma…”. Sin embargo, el diluvio no duró mucho, y no fue obstáculo para que el show se realizara del mejor modo posible, marcado por un buen dominio de escena de Chiquis y por el flujo de sus emociones (“si lloro, me entienden”, dijo antes de cantar “Quisieran tener mi lugar”; y al final, agregó “Ahí te va, ma”), apenas contenidas por el trago que le echó a una botella de tequila que le pasó uno de los asistentes (porque, después de eso, se limitó a tomar agua).

Los hermanos de Chiquis, que participan con ella en el exitoso ‘reality’ televisivo “The Riveras”, estuvieron presentes en la actividad, así como lo hicieron su tío Juan y su abuela Rosa. No vimos a su abuelo Don Pedro, pero la ausencia de su tío Lupillo no sorprendió a nadie, en vista de los conocidos desacuerdos que ha tenido con su sobrina.

También encontramos por ahí al programador radial y compositor Pepe Garza; a la expublicista de Jenni, Yanalté Galván; y, por supuesto, a la codiciada ‘rapera’ chicana Becky G, quien fue sin duda una de las más asediadas por los fotógrafos, pese a que tenía cerca de su mesa a un agente de seguridad que intentaba por todos los medios darle privacidad.

En sus palabras

Durante la conferencia, Chiquis ofreció detalles sobre la nueva producción, señalando que el contenido incluye referencias a sus relaciones sentimentales y, por supuesto, a su madre. “Me siento mucho más segura y madura que en el pasado, también en el plano vocal”, afirmó. “Guardé casi por un año el lanzamiento de ‘Quisieran tener mi lugar’, el tema que canto a dúo con mi mamá, porque quería tener antes dos sencillos que marcaran mi propio camino”.

Preguntada por el éxito de esta pieza y por lo que esto representa para las mujeres dentro de la escuela regional mexicana, dijo que “es muy difícil para nosotras sobresalir en un género que es dominado por los hombres. Mucha gente podría decir que esto se debe a mi mamá, pero al final del día, ella es la que le dio una plataforma a todas las mujeres que queríamos estar en este medio. Y claro, yo también he trabajado mucho para lograrlo”.

Por otro lado, comentó que la canción “Entre botellas” también está dedicada a Jenni, pero que como título del disco, habla “del modo en que nos sentimos a veces, con las emociones embotelladas; y es por eso que creamos un alter ego mío que se llama Valentina, que libera esas emociones. La música es mi terapia”.

Pese a que está contenta con todos los temas, comentó que le gusta particularmente “Lo que la vida me enseñó”, porque “han pasado muchas cosas en mi vida y es difícil confiar en la gente; es un desahogo”. Hablando de desahogos, es bueno saber que nadie se ahogó, porque la lluvia fuerte solo azotó el lugar por unos minutos; y la misma Chiquis minimizó sus consecuencias al asegurar que “fueron bendiciones del cielo”. Ojalá que así sea.

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