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Shakira seduce al Estadio Azteca de CDMX

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Agencia Reforma

Hace 23 años, cuando Shakira lanzaba su tema "Estoy Aquí", no se imaginaba que en su futuro este sería un himno de reafirmación y confianza.

La sensual estrella colombiana la esgrimió como una armadura anoche en el Estadio Azteca, como parte de El Dorado Tour, su sexta gira mundial. Fue su primera canción y funcionó como declaración y manifiesto.

Porque la carrera de Shakira estuvo en jaque hace unos meses, cuando la atacó una hemorragia en sus cuerdas vocales. Y tiempo antes, cuando una crisis creativa y la crianza de sus dos hijos con el futbolista Gerard Piqué hicieron pensar que no volvería a los escenarios. Aquí está.

El Azteca, un escenario donde pocos se atreven (por ahí U2, Paul McCartney), adoró a la barranquillera de 41 años desde un inicio. No importó que ella saliera con más de una hora de retraso por una lluvia que nunca se fue del todo.

La primera de dos fechas capitalinas fue la más concurrida del tour, con localidades agotadas: 49 mil personas, muchas de ellas pintando el lugar con impermeables.

Shakira, una de las grandes mujeres del espectáculo de Latinoamérica, sonrió, lanzó besos y bailó de manera inagotable. Su carisma, un huracán. Sus caderas, relámpagos. Lo demostró en "Loba", donde puso a todos a aullar.

"Gracias por estar aquí a pesar de la lluvia. Si hoy estoy aquí es por ustedes, porque los milagros existen. Quiero agradecerles por haber estado allí, todo este tiempo, en las buenas y en las malas, en los momentos más felices y en los más difíciles", dijo la Embajadora de la UNICEF, algo mojada, pero feliz.

Lleno principalmente de mujeres, y de grupos de amigas, el de Shakira fue un show que paseó por sus raíces más de cantautora rockera ("¿Donde Estás Corazón?", "Inevitable"), de seductora ("Underneath your Clothes") y su nueva cara, más urbana ("Perro Fiel", "Chantaje").

Sus fans querían imitar sus movimientos pélvicos. Pero ella, que se enfundó en pantalones que parecían pintados y mostró vientre, es la reina. Tanto que no necesitó de ningún equipo de bailarines para apoyarla en el entarimado.

Con siete años de ausencia en México, la producción estuvo acorde a su estatus de diva mundial: fuegos artificiales y rayos láser que volvían mágica la velada. "Cuánto tiempo. No saben la emoción que siento de tenerlos cerca", dijo.

Fue su voz, sin embargo, la que no dejó las certezas de otros tiempos: a veces tímida, titubeante. Parecía que se estuviera protegiendo, y no era para menos: no estuvo seca más que en la primera canción. A nadie le importó. Las gradas temblaban cada que ella cantaba y se contoneaba.

ASÍ LO DIJO

"Estoy muy feliz de estar aquí en México porque este país también es mi casa".

Shakira, cantante

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