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Heart, Joan Jett y Cheap Trick mostraron sus credenciales históricas en el Forum

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En estos días, todas las huestes rockeras de esta parte del mundo parecen estar hablando de los conciertos ofrecidos por la reunión parcial de Guns N’ Roses en el Dodger Stadium. Pero hay mucho más en los ámbitos del género guitarrero y, por supuesto, público con otros intereses.

Ese es el caso de la presentación recién ofrecida por Heart, Joan Jett y Cheap Trick, quienes empezaron a trabajar al menos una década antes que los citados GNR y que unieron ayer esfuerzos debido a que los tres fueron incorporados en los últimos tiempos al Salón de la Fama del Rock, pero que para muchos tienen también un carácter legendario, aunque no hayan alcanzado quizás el status de ‘monstruos’ de la misma década como Led Zeppelin, Deep Purple o Black Sabbath. En todo caso, al menos una de estas agrupaciones -Heart- dejó en claro que pertenece a las grandes ligas mientras cerraba las actividades de anoche en el renovado Forum de Los Ángeles.

No todo fue maravilloso en su set, empezando por una sección media en la que insistieron en tocar unas baladas acústicas realmente anodinas -como “These Dreams” y “Two”- que, para nosotros, desdibujan su legado, y que llegaron acompañadas por imágenes particularmente cursis en la pantalla gigante que se había montado al fondo del escenario (y que no mostró nunca tomas de los músicos, lo que le complicaba probablemente las cosas a quienes se encontraban en la parte trasera del enorme auditorio).

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Por suerte, los trámites empezaron mucho mejor, al mando de esa clase de hardrock que tan bien le sale a esta banda encabezada por las hermanas Wilson (Ann y Nancy), primero con una encendida versión de “Wild Child”, un ‘cover’ del poco conocido combo británico Romeo’s Daughter que sonó muy bien, y después con una contundente versión de “Magic Man”, un clásico de clásicos que fue incluido en el primer álbum de Heart, de 1976 -y uno de sus mejores, sino el mejor-.

Fue de ese mismo disco que se extrajo más tarde “Crazy on You”, seguida de inmediato por “Barracuda”, la pieza más conocida de la agrupación (vino en su tercer disco, el de 1977) y otro claro ejemplo de que, cuando se conectan a las distorsión, estas señoras (ambas tienen más de seis décadas de vida) son todavía capaces de rockear de modo realmente espectacular, sobre todo en el caso de Ann, quien a pesar de elecciones estéticas que para muchos no serían del todo convenientes (llevaba un amplio vestido rojo digno de una ocasión completamente distinta), cantó maravillosamente, incluso cuando le tocó interpretar otra balada, pero una que, en este caso, sí resulta impactante y que, bajo su interpretación, nos puso incluso la carne de gallina: “Alone”, una pieza original de I-Ten (otro proyecto desconocido) que también es entonada por Celine Dion, pero que se internacionalizó realmente de este modo.

Debido a la disposición del cartel, ningún acto contó con una extensión excesiva de tiempo sobre la tarima, pero Heart tuvo al menos la posibilidad de ofrecer un ‘bis’ que aprovechó completamente para rendirle tributo a Zeppelin, la banda que más huella ha dejado en las Wilson; y aunque terminar un espectáculo de estadio con dos ‘covers’ puede parecer un recurso barato, lo cierto es que este grupo (cuya formación actual se completa con músicos relativamente nuevos) se ha ganado a pulso el derecho de hacer algo semejante con los temas de Page y Plant, por lo que sus rendiciones de “Immigrant Song” y “Stairway to Heaven” fueron de lo más celebradas.

La que tocó con menos agresividad fue Joan Jett; no sabemos si fue porque la edad le está pasando finalmente la factura a la cantante y guitarrista oriunda de Pensilvania (aunque tiene 57 años, nueve menos que la impresionante Ann), o simplemente porque no se encontraba en una de sus mejores noches (la vimos hace unos años en el Grand Prix de Long y nos impresionó mucho más), pero sentimos que, en desmedro del carisma que mostró en todo momento, le faltó energía a su repertorio y a su voz, sobre todo cuando se considera que es catalogada como la madrina del punk.

No hubo nada negativo con los temas mismos, eso sí, que tomaron vuelo desde temprano con “Bad Reputation” (los más jóvenes la recordarán por su uso en la serie televisiva “Freaks & Geeks”), incluyeron hasta dos piezas de su banda de culto The Runaways (“Cherry Bomb” y “You Drive Me Wild”), contaron con la presencia de al menos dos composiciones de su producción en estudio del 2013 (“TMI” y “Any Weather”, esta última coescrita por Dave Grohl) y no dejaron de lado ‘hits’ de la talla de “I Love Rock’n’Roll”, “Crimson & Clover” y “I Hate Myself for Loving You”.

Pese a que la muy estimable Jett se ha convertido en un icono indirecto de la comunidad gay y de algunas dignas causas marginales, su decisión de incluir en el ‘set’ un ‘cover’ de Gary Glitter (“Do You Wanna Touch Me”) podría ser considerada inconveniente, debido a que el autor de la misma canción fue condenado recientemente por ser un pedófilo contumaz y, a estas alturas, parece existir incluso un consenso sobre la necesidad de boicotearlo.

El show se inició muy temprano, antes de las 7, con Cheap Trick, lo que la quitó al cuarteto de Illinois la posibilidad de tocar ante una casa llena; pero, en cambio, sus músicos ofrecieron una sesión impecable, con un Robin Zander que exhibió un estado vocal mucho mejor del que le escuchamos hace unos cuantos meses -también en el Grand Prix de Long Beach-, y un Rick Nielsen simpatiquísimo que fue completamente capaz de reproducir los pegajosos ‘riffs’ y los entretenidos solos de temas tan emblemáticos y tan rockeros como “I Want You to Want Me”, “Dream Police” y “Surrender” (todos ellos en la onda del power pop), a los que se sumó una sentida interpretación de la popular balada “The Flame” y un encantador ‘cover’ de “I’m Waiting for the Man” de Lou Reed, entonado por el bajista y también miembro original Tom Petersson.

Pese a que todos estos tipos ya están bastante mayores, es interesante ver cómo el espíritu juvenil que siempre los distinguió se ha mantenido de un modo u otro, y notar también que el sentido de la moda de Zander, con sombreros especiales y atuendos de todo tipo, ha influenciado directamente a -¿quién más?- Axl Rose de GNR. De ese modo, lo que pasó durante la jornada de ayer en el Forum pudo no tener el mismo nivel de intensidad ni el volumen de lo que se apreció días antes en el lugar de los Dodgers, pero no se puede negar su atractivo ni la influencia que han tenido los artistas que participaron en ella en las sucesivas generaciones.

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