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Una exposición local demuestra que las momias originales no fueron egipcias, sino andinas

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Como lo señala Jacob Bongers, consultor de curadoría de la exposición “Mummies: New Secrets from the Tombs”, las momias de Egipto son sin duda las más celebradas y conocidas en el mundo occidental; y no faltan razones para ello, porque el nivel de sofisticación de sus presentaciones y de los elementos que las rodeaban siguen siendo impresionantes. Pero lo cierto es que el proceso de elaboración intencional de las mismas y de los rituales que las acompañaban se originó al otro lado del mundo.

Más precisamente, lo hizo en los territorios actuales de Perú y Chile, durante la era prehispánica, hasta 2,000 años antes que en los dominios de los faraones, gracias a la cultura Chinchorro, que a pesar de no ser un estado avanzado, contó con unos procesos mortuorios sumamente avanzados que se plasman en esta exhibición, presente en el Museo de Historia Natural del Condado de Los Ángeles hasta el 14 de enero y dividida justamente en dos partes: la dedicada a estas culturas y la que se aboca a los egipcios.

“El hecho de que la muestra se inicie con ellas es intencional, para probar que los pobladores andinos hicieron antes que nadie momias, es decir, personas con tejidos de piel preservados, sin depender de las condiciones del medio ambiente”, nos dijo Bongers. “Para conservar a sus muertos, los chinchorro les sacaban los órganos y les colocaban palos, pigmentos rojos y barro, además de adornarlos con pelucas; no se trataba únicamente de meterlos en una tumba y ya”.

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Tras ello, la exhibición se extiende a culturas posteriores, como Paracas, Nazca, Chancay y Wari, cada una de ellas con características propias. “Uno de los aspectos más interesantes es la diferencia de la relación entre los vivos y los muertos que estas culturas tenían con los egipcios; para los egipcios, la momificación era un acto necesario para que los muertos llegaran al ‘otro mundo’, mientras que para la gente de los andes, según las crónicas españolas, las momias estaban biológicamente muertas, pero no socialmente, porque las sacaban en procesiones, les colocaban textiles y máscaras para que pareciera que estaban vivas y hasta les daban de comer, con lo que cumplían incluso funciones políticas”, agregó el curador.

Además de cráneos reales que fueron sometidos a una pintoresca deformación ritual con el uso de tablas y otras herramientas, la muestra incluye la reproducción de un entierro de la cultura chancay, en el que se aprecian varios fardos funerarios sobre los que figuran ‘cabezas falsas’ y muchas prendas de vestir, así como ofrendas ceremoniales de maíz y frijoles. Más allá, una vitrina exhibe a unos muñecos de cerámica que ofrecen aparentemente la popular chicha de jora, hecha con alcohol fermentado, y al lado, se aprecian otros elementos que se colocaban con las momias, como hojas de coca e instrumentos musicales.

La exposición se abre con la presencia de una impresionante momia (esta vez egipcia) cuyos vendajes se han extraído y que aparece por ello descubierta, para mostrar el modo en que se las estudiaba durante el pasado. Actualmente, hacer algo así es inconcebible, sobre todo porque se cuenta con complejos escáners como el que se halla también en la exhibición. “Ahora se puede ver lo que hay al interior de una momia digitalmente, sin tener que afectarla ni desenvolverla”, dijo Bongers, para mostrarnos luego unas pantallas del museo en las que se aprecian los resultados de estas indagaciones.

Por supuesto, luego de ver esto, el visitante pasa a la sala contigua, llena de momias egipcias que no se encuentran expuestas, pero que llegan dignamente representadas por una larga y colorida serie de ataúdes y sarcófagos. “Esta es una muestra itinerante del Museo Field de Chicago, y me parece sumamente interesante que se la haya dividido de este modo, porque le permite a la gente hacer comparaciones entre culturas que no tuvieron ningún contacto y que se encontraban en regiones geográficas absolutamente diferentes, pero que estaban involucradas en prácticas espirituales muy similares, aunque con significados distintos”, agregó el joven asistente.

Bongers, que nació hace solo 26 años en San José, California, no es peruano ni latino, sino de ascendencia holandesa; pero fue ese mismo lado el que lo llevó a interesarse en la arqueología gracias a la influencia de su abuelo, un ávido seguidor de la cultura romana que, durante la adolescencia, lo llevó a realizar su primera excavación en Portugal, donde encontró una antigua moneda de los mismos romanos.

Luego de eso, Bongers estudió en la Universidad del Sur de California con un profesor especializado en culturas sudamericanas, y eso lo llevó posteriormente hasta allá, primero al desierto de Atacama y luego al Valle de Chincha, a unas tres horas de Lima. “Es un lugar fascinante, porque se encuentra todavía rodeado de un gran misterio y plantea muchas preguntas que se deben resolver”, dijo con entusiasmo el curador, que anhela convertirse en maestro tras terminar la carrera que sigue actualmente en la Universidad de California Los Ángeles (UCLA).

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MUMMIES: NEW SECRETS FROM THE TOMBS

Cuándo: Hasta el 18 de enero

Dónde: Museo de Historia Natural. 900 Exposition Blvd., Los Ángeles

Admisión: De $10 a $22

Inf.: 213.763.3466

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