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Esta exposición muestra el fascinante recorrido artístico que David Bowie hizo por la Ciudad de México

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Desde el 27 de enero hasta el 15 de junio, el Forest Lawn Museum de Glendale (1712 S Glendale Ave, Glendale, CA 91205) estará presentando “David Bowie: Among the Mexican Masters”, una colección de 37 fotografías que fueron tomadas en 1997, durante la única visita que hizo el cantante británico a la nación vecina con el fin de ofrecer una presentación en vivo.

Pero no se trata de imágenes registradas en el concierto, sino de algo mucho más original y llamativo, ya que estamos ante una sesión en la que el ídolo -cuyo primer aniversario luctuoso fue el pasado 10 de enero- aparece retratado durante un recorrido de tres días que lo llevó a conocer las obras de los grandes maestros y las pirámides de Teotihuacán.

Además, las mismas tomas fueron hechas por Fernando Aceves, un fotógrafo capitalino que, hace más 25 años, empezó a trabajar de cerca con artistas de esta talla, tanto anglosajones como locales (menciona incluso a Juan Gabriel y a Luis Miguel), y que no había mostrado todavía esta colección de manera completa en ningún lado.

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“Recuerdo haber estado atraído por lo visual desde chico, debido a mi gusto por el cine; pero después eso se combinó de algún modo con la música que empecé a escuchar, por lo que, siendo adolescente, comencé a asistir a los conciertos llevando una cámara”, recordó Aceves ante nuestra grabadora. “Después conocí a los promotores de shows y, más adelante, a los ejecutivos de las compañías de discos, lo que me permitió fotografiar a los Rolling Stones, uno de los puntos más altos de mi carrera”.

La base de la sesión que se mostrará en L.A. fue el deseo de Bowie de graficar un acercamiento personal a las obras de Diego Rivera, Frida Kahlo, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros que lo llevó a varias galerías y a la famosa Casa Azul de Coyoacán, con el fin de escribir un artículo destinado a una revista de arte que nunca llegó a publicarse.

“Este fue el acercamiento de un hombre universal a nuestro legado, un abrazo de dos culturas en el que el cantante no se limitó a posar al lado de los cuadros y los ambientes, sino que se integró y se mimetizó con ellos”, agregó el fotógrafo. “El resultado luce como si hubiera sido muy preparado, pero fue todo lo contrario; no se trataba de fotografía publicitaria, y Bowie me dijo que, cuando viera algo interesante [en cada lugar visitado], le avisara para que hiciéramos la toma”.

Pese a que el intérprete de “Starman” era a todas luces un tipo misterioso que llegó a jugar durante su etapa inicial con una imagen de tipo extraterrestre, Aceves lo recuerda como “un hombre sencillo con un profundo interés por nuestra cultura”.

“En un momento dado, cuando estábamos frente a un mural de Rivera, un guardia me dijo que no podía usar flash pese a que hicimos todo con luz natural, y Bowie se volteó hacia mí y me dijo: ‘Yo ya sé que tú no necesitas el flash’”, rememoró Aceves. “Después, en la casa de Frida, una guía le sugirió que se tomara una foto sentado en una pequeña pirámide que estaba en el jardín, y él le respondió: ‘Habrá que preguntarle a Fernando si le parece bien’”.

Como es ya sabido, el 2016 fue un año particularmente fatídico para muchos músicos de renombre; entre sus víctimas se encontraron Bowie y Juan Gabriel, con quienes Aceves trabajó de cerca. “Sentí mucha consternación; era algo que no entendía, porque nunca antes en mi carrera me tocó ver a tanta gente famosa morir en un solo año, sobre todo cuando a varios de ellos les quedaba todavía mucho por delante”, precisó nuestro entrevistado. “Lo que pasó en el calendario pasado siempre va a ser un misterio para mí”.

Claro que, a diferencia de la persona común y corriente, este fotógrafo tuvo la oportunidad de conmemorar la partida de estas figuras no solo a través de las canciones que dejaron, sino también revisando las sesiones que él mismo les hizo. “Finalmente, la fotografía es el acto de inmortalizar a las personas, de dejar constancia de su paso por el mundo, y en el caso de los iconos, de perennizarlos; es una labor que va más allá de lo editorial y que puede ser muy emotiva”, enfatizó Aceves.

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