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Benny Ibarra protagoniza el acto más extremo del circo Ringling

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Al verlo en acción, se siente por un momento que los superhéroes son reales. Y es que Benny Ibarra -no, no es el excantante de Timbiriche- deja a todo el mundo boquiabierto con un acto que, a pesar de su brevedad, luce altamente atlético y ferozmente arriesgado.

Este lo lleva de manera individual a brincar alrededor de dos círculos de acero que él mismo pone en constante movimiento y que alcanzan alturas considerables…. sin arneses ni redes que lo protejan en el caso de una caída que parece siempre inminente.

“Pertenezco a la cuarta generación de una familia de artistas de circo, aunque originalmente éramos trapecistas”, le dijo a HOY Los Ángeles el oriundo de Ciudad de México, de 31 años, que se incorporó en enero pasado al Ringling Bros. and Barnum & Bailey.

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“Mi papá fue el que empezó a hacer este acto, que llamamos el péndulo de acero, pero lo hacía de una manera menos atrevida, mientras que yo decidí llevarlo a un límite más extremo, más alocado”, agregó. “Esto se practica normalmente entre varias personas, pero yo lo hago a solas e introduzco cosas incluso más peligrosas que ellos”.

Aunque su padre le enseñó los rudimentos de esta disciplina, Ibarra llegó al nivel que tiene actualmente por cuenta propia, practicando a veces con compañeros que se interesaban en lo mismo (y a los que terminó superando).

“Me he dado dos o tres golpazos y una vez me lastimé la cabeza, pero no me he roto nada hasta ahora”, afirmó. “Es un acto que requiere muchísima sangre fría, porque tienes menos de un segundo para decidir lo que tienes que hacer en cada momento”.

El acróbata asegura que, una vez en el péndulo, se transforma en otra persona, porque se olvida de cualquier problema cotidiano que pueda tener para concentrarse por completo en su rutina, que a diferencia de las melodías del pop que acompañan al resto del espectáculo, viene acompañada por sonidos más pesados.

“Me gusta mucho el rock tipo metal, por lo que al hacer esto, siento como si estuviera en un concierto; cuando el público se ‘prende’ mucho con el acto, me dan ganas de brincar más y de hacer incluso más trucos de los que estaban previstos”, aseguró el amante de Metallica, Slipknot y Rammsteim.

En la edición actual del Ringling, los dos actos de mayor riesgo se encuentran en manos de latinoamericanos, porque aparte de Ibarra, hay un chileno llamado Taba Maluenda que se encierra en una jaula con 17 y hasta 18 tigres a los que, a diferencia de otros circos, no se les lima o se les quita los colmillos ni las garras, como lo comentó nuestro entrevistado.

“Yo también hice de chico cosas con animales, pero esto me gustó más”, recordó el robusto deportista. “Requiere de mucho ‘cardio’ y de un régimen alimenticio especial, aunque puedo comer de todo, porque lo que hago necesita de cierto peso para poder mover el péndulo”.

Ibarra se encontrará de gira hasta el mes de diciembre, cuando podrá tomarse un respiro para pasar las fiestas con su esposa y sus hijos: dos niñas de 9 y 4 años y un varón de 2. “A mis hijas les da mucho miedo lo que yo hago, pero al más pequeño le fascina; sólo quiere ver videos míos, no caricaturas”, nos dijo el entrevistado con orgullo.

Sin embargo, cuando le preguntamos si pensaba subir al pequeño al péndulo en un futuro inmediato, lo pensó dos veces. “Cuando estoy arriba, sé lo que hago; pero cuando veo a un familiar haciendo algo parecido -porque mi hermana y mi hermano también son personas de circo-, me pongo muy mal”, confesó.

Aunque los planes avanzados para eliminar el uso de elefantes en los circos no lo afectarán, Ibarra tampoco se siente entusiasmado con el hecho. “Los animales siempre han sido una tradición en este espectáculo”, afirmó; y cuando le señalamos que vimos a miembros de PETA protestando a la entrada de la función a la que asistimos, comentó que “ellos exageran o están mal informados”.

“El maltrato a los animales en los circos es algo que pudo existir en alguna época y en algunos lugares, pero no está bien que los justos paguen por los pecadores”, aseguró. “En este circo se invierten millones de dólares para alimentar y cuidar a los animales, y estos tienen veterinarios disponibles las 24 horas del día y los 7 días de la semana”.

En todo caso, él mismo piensa seguir en lo suyo “hasta que Dios me dé licencia”, aunque espera retirarse del péndulo antes que su padre, que tiene 51 años “y lo sigue haciendo por pura diversión”.

Finalmente, siente que los comentarios anti-inmigrantes que circulan por ahí no tienen sentido cuando hay personas latinas como él y como Maluenda que ponen literalmente en riesgo sus vidas para entretener a los estadounidenses.

“Nos traen porque somos buenos y hacemos lo que hacemos con mucho gusto, por lo que es muy triste enterarse de que hay sujetos que hablan mal de un país entero, con todo lo que luchamos y con todo lo trabajadores que somos”, concluyó.

CIRCUS XTREME

Cuándo y dónde: Citizens Business Bank Arena, Ontario (del 17 al 21 de Julio). Honda Center, Anaheim (del 24 de julio al 2 de agosto)

Admisión: De $22 a $70

Inf.: ringling.com

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