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Análisis: ¿Cuáles son las razones que han llevado a que ‘Roma’ encabece las nominaciones al Oscar?

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En el nivel más básico, lo que sucede con “Roma” parece un paso adicional en la conquista de Hollywood emprendida por tres directores mexicanos específicos: Alfonso Cuarón, Alejandro G. Iñárritu y Guillermo del Toro.

No es una apreciación inexacta, porque todos los citados, que son además grandes amigos y que se encontraron radicados durante varios años en la ciudad de Los Ángeles, han venido ganando de manera casi consecutiva los galardones principales en las ceremonias de premios más reconocidas, incluyendo obviamente al Oscar, cuya edición número 91 se lleva a cabo este domingo.

Pero “Roma” presenta varias particularidades que la distinguen de las cintas anteriores (“Gravity”, “Birdman”, “The Revenant” y “The Shape of Water”) y que la ponen en conexión directa con el público latinoamericano: más allá de que le ha dado nominaciones a los Premios de la Academia en las categorías de actuación a sus actrices principales, ambas mexicanas (Yalitza Aparicio como Mejor Actriz y Marina de Tavira como Mejor Actriz Secundaria), es una película en español que se desarrolla en México y que se vincula estrechamente con situaciones sociales que se vivían por allá a inicios de los ‘70.

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De ese modo, la historia ha tendido un firme puente no solo con la población de origen azteca, sino con la de distintos lugares del continente americano de habla hispana que pueden identificarse con lo que se cuenta, independientemente de las numerosas críticas hechas por aquellos espectadores que se aburrieron soberanamente al verla o que la consideran pretenciosa.

Sea como sea, el film presenta hechos estrechamente vinculados a la realidad capitalina de la época, como “El Halconazo”, una masacre de estudiantes aparentemente orquestada con la complicidad del cuestionado gobierno de Luis Echeverría; pero el ambiente de represión institucionalizada y de inestabilidad política, así como el asunto de las empleadas domésticas, han tenido resonancia en muchas personas latinoamericanas que han atestiguado situaciones semejantes o que viven en condiciones similares.

Notas del recuerdo

Otro punto de conexión inmediata con la audiencia latina es el empleo de una banda sonora incidental (es decir, que es escuchada por los personajes y no colocada posteriormente) en la que destacan artistas tan queridos como Leo Dan, José José, Juan Gabriel, Rocío Dúrcal y Javier Solís.

Por ese lado, el más beneficiado ha sido el argentino Dan, cuya pieza “Te he prometido” (escuchada por Cleo en medio de sus quehaceres) fue escuchada dos veces durante la ceremonia de los Globos de Oro que se transmitió a nivel mundial por la televisión mientras Cuarón subía al podio a recibir sus premios en las categorías de Mejor Director y Mejor Película en Lengua Extranjera, y que como nos lo dijo el mismo veterano de la música, incrementó de inmediato y de manera vertiginosa la popularidad de la pieza en las plataformas digitales.

Eso no quiere decir que “Roma” haya tenido un camino lleno de rosas. Y es que está lejos de ser una cinta ‘popular’ en el sentido de que, si bien tiene como protagonista a una empleada doméstica de evidente extracción popular, es un título con una profunda intención artística que se separa completamente de lo que podría hacer por ejemplo alguien como Eugenio Derbez, cuyas incursiones en el cine no dejan de lado las temáticas de inmigración y de desigualdades sociales, pero las manejan a través de fórmulas comerciales y hollywoodenses.

Sería interesante saber si la película ha tenido una buena recepción entre personas que concuerdan directamente con la identidad de Cleo, la protagonista. Se sabe que Tlaxiaco, el pueblo de Oaxaca del que proviene Aparicio (quien la interpreta), no tiene acceso a internet ni mucho menos salas de cine, por lo que la gente ha estado viendo ávidamente la película a través de DVDs; pero, claro, el interés en este caso es muy particular.

Es importante recordar también que aunque la cinta se exhibió en varias salas de cine, el impacto mayor que ha tenido responde sin duda alguna a su temprana inclusión en el servicio de Netflix, compañía que la produjo y que está haciendo Historia al convertirse en la primera plataforma de su clase en obtener estos reconocimientos pese a haber pasado por alto las reglas tradicionales de los exhibidores cinematográficos pertenecientes a las grandes compañías, quienes exigen que las películas que proyectan en sus salas no se ofrezcan a través de otros medios hasta que hayan transcurrido varios meses.

Imágenes de lujo

Fuera de los méritos de la película en sí, un aspecto particularmente interesante de “Roma” es el modo en que ha despertado involuntariamente una discusión sobre el racismo y los prejuicios culturales que parte de las numerosas expresiones de hostilidad hacia Aparicio, detalladas en el recuadro incluido en este mismo artículo.

En el plano cinematográfico (que es el que debería primar en estas ceremonia de premios), “Roma” ha impresionado de manera generalizada por la manera en que está hecha, ya que a pesar de ser una obra profundamente realista que se rodó en blanco y negro, recurre al fastuoso estilo visual demostrado ya por Cuarón en trabajos futuristas o de ambientación espacial como “Children of Men” y “Gravity”.

Y lo hace no solo en las tomas extensas y detallistas que lo han distinguido desde hace varios años, sino también en una fascinante reconstrucción de época que, como él mismo nos lo contó recientemente, recurrió a efectos digitales que ni siquiera se notan para borrar elementos demasiado contemporáneos de las calles y hacer otra clase de modificaciones.

Finalmente, en términos de alcance internacional, nada de lo dicho sería relevante si es que “Roma” no tuviera 10 nominaciones al Óscar y, además, no contara con tantas posibilidades de triunfo en varias de ellas, incluyendo a las de mayor peso.

Mucho que celebrar

Se da casi por sentado que ni Aparicio ni De Tavira se irán a casa con los trofeos que les corresponderían, aunque, en vista de todo lo que ha venido ocurriendo en las últimas semanas, se ha llegado a insinuar que la Academia podría premiar a la primera con el fin de apoyar una causa progresista.

Donde sí parece hacer consenso en cuanto a una victoria casi segura es en el apartado de Mejor Director; de hecho, a inicios de este mes, Cuarón recibió ya esa distinción por parte del Gremio de Directores (DGA), cuyos premios han coincidido casi siempre con los del Óscar en esta categoría debido a que muchos sus integrantes votan también en el evento de la Academia.

Cuarón tiene también serias posibilidades en la categoría de Mejor Fotografía, lo que sería también decisivo para él cuando se considera que este es el primer largometraje donde él mismo cumple ese papel (casi todos los demás que ha hecho tuvieron en el puesto a Emmanuel Lubezki, quien no se encontraba disponible en esta ocasión).

No se espera que logre lo mismo en el apartado de Mejor Guion, que muchos consideran la parte más débil de “Roma”; pero, en contraparte, existen también muchas posibilidades para él en el apartado más importante, el de Mejor Película, incluso cuando se considera que, el pasado mes de enero, el Gremio de Productores (PGA) le dio su máxima distinción (equivalente a esta categoría) a “Green Book”, una cinta que ha perdido mucha tracción en las últimas semanas.

Una victoria en este rubro sería absolutamente histórica en el sentido de que ninguna producción que no sea en inglés ha ganado hasta ahora el galardón correspondiente. La única duda por aquí es que la cinta está igualmente nominada como Mejor Película Extranjera, donde es sin duda la favorita.

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