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‘Spectre’ no es la mejor entrega del 007, pero sí una de las más divertidas y espectaculares

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Desde su llegada como intérprete del espía británico James Bond gracias a la película “Casino Royale” (2005), el actor inglés Daniel Craig pareció dejar en claro que su versión de las aventuras creadas originalmente por el escritor Ian Fleming iba a tomar una ruta mucho más seria que la de sus antecesores.

Esa fue la mejor carta de presentación de su aproximación al agente 007, así como una que le dio legitimidad a la sexta encarnación del personaje, apoyándose en la dureza aparentemente natural del intérprete y en un deseo de apartarse del humor inmediato. Pero “Spectre” es la cuarta entrega de Craig como Bond, y de nueva cuenta, la fórmula se ha alterado.

A pesar de que el director de este filme es Sam Mendes -es decir, el mismo del episodio anterior, “Skyfall” (2012)-, el tono varía drásticamente, ya que si dicha cinta resultaba incluso siniestra debido a la contundente intervención del villano encomendado a Javier Bardem, esta asume una vertiente mucho más ligera y despreocupada, hasta el punto de parecer a veces una parodia de la saga o, simplemente, un homenaje intencional a las viejas películas, aunque incluya algunos detalles bastante llamativos sobre el origen del protagonista.

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Esto se debe sobre todo a la presencia de una trama clamorosamente sencilla para los parámetros recientes en la que 007 entra en la clandestinidad luego de que su grupo es proscrito por un nuevo jefe; su meta, por supuesto, es perseguir a unos tipos que vienen causando destrozos a largo del planeta, y que terminan perteneciendo a la asociación criminal que le da su nombre a la cinta.

De ese modo, la trama se desarrolla del modo esperado, con viajes a diferentes países en los que habrá tanto enfrentamientos descomunales como encuentros amatorios apasionados (la francesa Léa Seydoux, la italiana Monica Bellucci y la mexicana Stephanie Sigman son de la partida), hasta el punto de que los clichés del género llegan a adquirir unas proporciones que no pueden ser casuales, mientras que Craig y sus acompañantes destilan un sentido del humor inesperado ante los antecedentes de la serie.

Por ese lado, quienes esperaban otro capítulo intenso y oscuro se quedarán con los crespos hechos, lo que no quiere decir que “Spectre” falle en el área del entretenimiento, porque a pesar de que sus dos horas y media de duración nos parecieron demasiadas, el resultado es siempre entretenido y posee unas escenas de acción que no por excesivas resultan menos impresionantes.

Y ese mismo rubro, definitivamente esencial para la saga, tiene ahora un atractivo específico para los espectadores mexicanos, ya que la habitual escena de apertura -que en este caso es magnífica- se desarrolla en medio del DF durante la celebración del Día de Muertos, magnificada y convertida en pintoresco telón de fondo para un feroz combate entre Bond y un villano italiano, a bordo de un helicóptero fuera de control sobre la multitud que llena el Zócalo.

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