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Los muertos vivientes y el feminismo le brindan novedad a esta inusual adaptación de un clásico literario

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Para Burr Steers, hacerse cargo de la adaptación cinematográfica de “Pride and Prejudice and Zombies” (“PPZ”) era un reto de lo más interesante, porque hasta antes de esto, el director estadounidense se había dedicado a hacer películas ubicadas en nuestra época, mientras que el nuevo proyecto, basado en una popular novela del 2009, era una parodia del libro clásico de Jane Austen que se desarrollaba en Inglaterra a inicios del siglo XIX.

“De todos modos, mi primera película [la celebrada ‘Igby Goes Down’] mostraba también a un personaje que se encontraba incómodo en una sociedad determinada, y lo cierto es que además de ser director, yo soy actor, es decir, una faceta que sí me ha permitido participar en proyectos relacionados al terror”, nos dijo Steers.

Desde que George A. Romero empezó a hacer producciones sobre muertos vivientes, se impuso la norma de elaborar escenas extremadamente sangrientas para mostrarlos tanto devorando a sus víctimas como siendo destrozados por sus cazadores humanos; pero esta cinta tiene una calificación de PG13, lo que planteaba sin duda un reto.

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“No hay ninguna regla específica sobre lo que se puede mostrar y lo que no, por lo que tienes que arriesgarte un poco y probar distintas cosas”, retomó el cineasta. “Al final tuve que cambiar un par de cosas, porque de otro modo la cinta hubiera sido R, pero no fue algo que a mi concepto comprometiera la integridad del trabajo”.

Otra diferencia importante con ‘la norma’ de los muertos vivientes modernos es que los de este filme hablan y se mantienen conscientes, lo que podría disgustar a los puristas. “Lo que hizo Romero se aplicaba muy bien a los años ’60, pero en este caso, yo no tenía que seguir ninguna de esas reglas, porque los zombis en esta historia son de un periodo muy anterior, lo que nos ubicaba en un universo alternativo y nos daba una libertad muy especial”, dijo Steers.

Además de la introducción de este elemento externo en la trama, “PPZ” cuenta con una faceta muy novedosa: el uso de artes marciales. “Es curioso, porque también tenemos momentos fastuosos de bailes de salón, y me di cuenta desde el comienzo que desarrollar escenas de acción y de violencia es algo parecido, en el sentido de que tienes que crear una coreografía”, retomó el realizador. “Además, me ayudó mucho haber escrito el guión, porque en ese momento ya estaba pensando el modo en que lo iba a filmar”.

“PPZ” tuvo que atravesar un proceso largo y complicado antes de llegar a las salas, y en todos esos años, cambió muchas veces de director; inicialmente, se supone que la película iba a ser hecha por David O. Russell (“American Hustle”), y luego pasó consecutivamente a manos de Mike White (“Year of the Dog”) y Craig Gillespie (“Million Dollar Arm”), entre rumores que hablaban de otros grandes realizadores. Todo esto podría haber sido intimidante para Steers, pero él lo ve de otro modo.

“Lo que se quería hacer antes con la historia era muy diferente, y una vez que yo terminé mi guión con mi propia visión de las cosas, conseguimos el reparto en muy poco tiempo”, aseguró. “En este negocio, siempre estás en competencia, por lo que no puedes preocuparte de quién vino antes que tú; y la verdad es que, hasta ese momento, nadie había presentado realmente una idea clara de cómo desarrollar esta historia”.

En “PPZ”, la heroína clásica Elizabeth Bennet es interpretada por Lily James, protagonista de la reciente versión en carne y hueso de “Cinderella”; pero, en este caso, el personaje de la bella actriz británica se encuentra lejos de ser sumiso y delicado, ya que si bien pertenece a la aristocracia, desafía las normas establecidas y, encima de todo, es una implacable cazadora de zombis que se vale de una espada y de las artes marciales para lograrlo.

“Lily posee una técnica increíble como actriz, pero además de eso, es muy apasionada y muy emotiva, lo que me parece una combinación perfecta”, dijo Steers. “En cuanto al lado feminista del personaje, me parece que se trata de una tendencia que se está imponiendo cada vez más, porque el público en general quiere ver a más mujeres fuertes en la pantalla; y es algo que da además la oportunidad de hacer que los relatos viejos luzcan como nuevos”.

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