Anuncio

John S. Baird asumió con éxito las riendas de la entrañable ‘Stan & Ollie’, nominada a los Globos de Oro

Share

Se encuentra ya en la cartelera estadounidense “Stan & Ollie”, una encantadora recreación de la etapa final de la carrera de la legendaria pareja de comedia que se conoce en Latinoamérica como “El Gordo y el Flaco”, y que, por el momento, le ha dado una nominación a los Globos de Oro a uno de sus protagonistas en la categoría de Mejor Actor de Musical o Comedia.

Aunque el centro de atención de la cinta son naturalmente los actores que hacen de estos personajes de la vida real, es decir, John C. Reilly (el nominado) y Steve Coogan, los buenos resultados de la producción dependen también en buena medida de la labor de John S. Bird, quien se había encargado anteriormente de trabajos muy diferentes, como “Filth” y “Cass”, donde se contaban historias vinculadas a la violencia y al crimen.

“Quería hacer algo completamente distinto a lo que había hecho antes, porque sabía que si seguía en esa ruta, me iba a quedar atorado en ella por el resto de mi carrera”, nos dijo el realizador escocés durante una reciente entrevista. “Pensé que si los actores aceptan trabajos que son muchas veces opuestos, yo también tenía el derecho de hacerlo”.

Anuncio

Otro factor que lo impulsó a encargarse de esta cinta fue el aprecio que sentía por los comediantes retratados. “Cuando tenía 8 años, hice para la escuela una presentación en la que salí disfrazado de Stan Laurel”, recordó. “Mucha gente no conoce a estos personajes simplemente porque sus trabajos no se ven más en la televisión, y eso hace que sea importante recordarles lo grandes que fueron”.

Aunque asegura que no es necesario tener un conocimiento previo para disfrutar de un film en el que se habla básicamente de dos amigos colocados en una situación extrema que deben superar para mantenerse unidos, Baird recuerda que se hizo un gran trabajo de investigación con el fin de respaldar el guion escrito por Jeff Pope (“Philomena”).

“Hablamos con gente que los había visto en vivo, nos reunimos con la nieta de Stan y vimos material de entrevistas que se les hicieron; para el resto, usamos libertades artísticas”, describió el cineasta. “Sabíamos que no estábamos haciendo un documental, sino una dramatización; lo que es importante es que las decisiones que tomas no comprometan la integridad de la propuesta, que no alejen a los fans que son esenciales para que algo así funcione”.

“Stan & Ollie” lleva una clasificación PG, ya que habla de unos comediantes que no fueron precisamente conocidos por tener escándalos sexuales o de drogas. “Es una cinta delicada, lo que no quiere decir que ellos fueran unos ángeles”, retomó Baird. “A los dos les gustaba tomar y fumar, Stan estuvo casado cinco veces y Ollie tres, y a Ollie le fascinaban las apuestas. Ese no era el punto de nuestra historia, pero creo que encontramos un balance adecuado para no mostrarlos como seres humanos inmaculados”.

Por el lado del conflicto (un elemento indispensable para la creación de un drama narrativo), hay momentos que responden a las libertades creativas que se mencionaron más arriba, como algunas discusiones de las que no se tiene registro pero que pudieron haberse dado.

“De todos modos, elegimos centrarnos en la parte final de sus carreras porque esa tuvo de por sí desafíos, los mismos que se convierten en conflictos y por lo tanto en drama”, dijo el director. “En esos momentos no tenían dinero, se encontraban alejados de la cima de la popularidad y estaban siendo aquejados por problemas de salud”.

Baird recuerda que, al principio, Reilly (que por el momento es el más beneficiado en términos de reconocimiento) se mostraba reacio a aceptar el rol por la responsabilidad que este implicaba, pero que finalmente decidió hacerlo porque le daba menos miedo encargarse personalmente del asunto que dejarlo en manos de otro.

“Me di cuenta de lo mucho que él quería a Ollie, y fue maravilloso que aceptara porque era nuestra primera opción, como lo fue también Steve [Coogan]”, aseguró. “Sentimos que, aparte de sus cualidades personales, la combinación de los dos era la ideal, porque son actores que han hecho muchas interpretaciones físicas, tienen casi la misma edad, son de las estaturas adecuadas y uno es estadounidense y el otro británico, como los personajes reales”.

“Pusieron sus almas y sus corazones en esto, y merecen todos los reconocimientos que se les puedan dar”, agregó. “Cuando los ves, sientes que estás viendo a Laurel y Hardy, y ese es el mejor cumplido que puedes tener”.

Anuncio