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Guillermo del Toro asegura que su nueva cinta es un preludio de la era de Trump

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En “The Shape of Water”, la cinta que se estrena hoy en salas de Los Ángeles y que se expandirá a nivel nacional a partir del 22 de diciembre, el aclamado director mexicano Guillermo del Toro muestra un romance aparentemente imposible entre una mujer muda (interpretada por Sally Hawkins) y un humanoide anfibio (encarnado por Doug Jones).

Los críticos de cine más reconocidos, que celebran con efusividad la película, han reconocido las alusiones que esta tiene a situaciones de intolerancia habituales pero exacerbadas por la administración estadounidense actual, hasta el punto de que no han faltado comparaciones entre el siniestro personaje interpretado por Michael Shannon (quien hace de un funcionario gubernamental de los ’60 que desprecia tanto a la criatura extraña como a las clases trabajadoras y a las minorías) y el sujeto que ocupa en estos días la Casa Blanca.

Durante una entrevista con HOY Los Ángeles, Del Toro reconoció las coincidencias, pero señaló a la vez que el guión del filme, escrito por él mismo al lado de la estadounidense Vanessa Taylor, se encontraba terminado mucho antes de que Donald Trump asumiera el poder.

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“La película habla de principios y de ideas que pueden estar ahora mismo en boca de todos, pero no es una película del momento, aunque habla de la actualidad en el sentido de que, si eres un inmigrante o perteneces a una minoría de cualquier tipo, vas a mirar las cosas con una claridad dolorosa”, nos dijo el realizador tapatío radicado en el Sur de California. “Yo mismo soy uno, y siento que lo que se está produciendo en estos días es consecuencia directa de algo que ha existido desde hace mucho tiempo”.

Fuera de sus connotaciones políticas, “The Shape of Water” llama la atención por el cuidado que pone en los personajes femeninos, en consonancia con una sensibilidad que Del Toro ha mostrado específicamente en sus trabajos más personales desde que hizo la aclamada “El laberinto del fauno” (2006).

“En realidad, es una idea que tengo desde mi primera película, ‘Cronos’ [1993], donde la coprotagonista era una niña de 11 años y el protagonista era un hombre de 65 años, porque me interesan los personajes invisibles, los personajes sin voz a los que se no suele atender [en el cine]”, precisó. “Lo que sucede es que, en este género [el fantástico], normalmente no hay un protagonismo femenino; no lo había por ejemplo de ninguna manera en la ciencia ficción clásica de los ’50, que fue la que inspiró esta historia, salvo como objeto de amor”.

“La idea con Sally Hawkins en esta película es que ella fuera el motor de todos los cambios, de todas las aventuras; y que lo hiciera además de una manera no idealizada, lo que quiere decir que se trata de una figura que puedes encontrar en cualquier parada del autobús”, prosiguió. “Es una mujer con una rutina muy cotidiana, con una vida pequeña pero muy completa, y era muy importante para mí que en esta historia de ‘La Bella y la Bestia’ -otra de las inspiraciones directas-, fuera la Bella la que liberara a la Bestia, y no la que es hecha prisionera por la Bestia”.

Para llevar a cabo el proyecto, Del Toro eligió a Hawkins, una actriz británica que ha demostrado previamente en la pantalla su enorme talento a través de títulos como “Happy-Go-Lucky” y “Blue Jasmine”, pero que posee una sensibilidad particular (sabemos que se pone muy nerviosa durante las entrevistas de prensa) y que no responde precisamente a los cánones estéticos de Hollywood.

“Es una mujer que vive realmente frente a la cámara, que yo encuentro fascinante y que tiene uno de los rostros más cinematográficos de la Historia”, retomó nuestro entrevistado. “Pero lo más importante para mí era que [la protagonista] no respondiera al estándar de belleza de un comercial de perfume”.

Del Toro al lado de Sally Hawkins, la protagonista de su nuevo filme, disponible desde este viernes en salas de L.A.

Del Toro al lado de Sally Hawkins, la protagonista de su nuevo filme, disponible desde este viernes en salas de L.A.

(VALERIE MACON / AFP/Getty Images)

“Yo no quería que la Bestia se transformara finalmente en un príncipe aburrido para consumar su amor con la princesa, sino que se mantuviera como es desde el principios”, agregó. “Por ese lado, nuestra princesa es cotidiana, de andar por casa; tiene su propia sexualidad y su propio dinamismo, lo que hace que la historia de amor sea infinitamente más liberadora”.

Finalmente, Del Toro estuvo de acuerdo con nosotros en que “The Shape of Water” (sobre la que se ciernen ya rumores del Oscar) vuelve a establecer ese delicado balance entre la violencia y la delicadeza que ha caracterizado a lo mejor de su obra.

“Yo he sido testigo de la violencia toda mi vida, desde que era un niño”, precisó el cineasta, que se mudó de hecho a los Estados Unidos en 1998, luego de que su padre fuera secuestrado en México. “Mis películas reflejan lo que ha pasado en mi vida, que podía ser muy artística, muy llena de imaginación y de magia, pero que estuvo marcada a la vez por la brutalidad que se producía en las calles”.

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