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En el nombre de nuestra princesa (un recuerdo personal de Carrie Fisher)

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No era necesario tener más de 40 años para conocerla, ya que si bien la saga original de “Star Wars” en la que interpretó al legendario personaje de la Princesa Leia se estrenó desde 1977 hasta 1983, la misma serie trascendió toda clase de barreras geográficas y temporales para volverse inmensamente popular entre sucesivas generaciones debido a sus frecuentes reestrenos en salas y a su larga vida en los formatos caseros de video.

Como si esto no fuera suficiente, el año pasado, la resurrección de estas aventuras a través de la precuela “The Force Awakens” la tuvo como uno de los personajes principales al lado del también veterano Harrison Ford (el intérprete del pistolero espacial Han Solo); hace solo un mes, ella misma publicó un libro autobiográfico en el que revelaba haber tenido en el lejano pasado un romance con Ford que todo el mundo parecía ignorar; y actualmente, la cinta paralela “The Rogue One” incluye a su personaje más celebrado en la última toma, completamente realizado de manera digital al igual que el del ya fallecido Peter Cushing, lo que tiene ahora una ominosa carga premonitoria.

El asunto no iba a quedar ahí, claro; a diferencia de Han Solo, que moría en “The Force Awakens” (porque ya todos vieron esa cinta, ¿verdad?), Leia -convertida en generala- seguía de pie al mando de la Resistencia (ex Alianza Rebelde) y, de hecho, se sabe que llegó a filmar todas las partes que le correspondían en el siguiente episodio todavía sin título oficial, que saldrá el 15 de diciembre del 2017.

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Debido al nivel de misterio que rodea a la franquicia, es imposible saber lo que pasará en esa entrega con la princesa, aunque era de esperar que los planes de los productores se inclinaran a mantenerla con vida al menos hasta la conclusión de la trilogía en el 2019, lo que, en vista de las lamentables circunstancias de hoy, solo podría lograrse con la técnica digital señalada, despertando probablemente de paso un enojo mucho mayor que el que los fans mostraron de manera limitada con lo de Cushing.

Las tentaciones

Debemos confesar que, a diferencia de muchos de los que nos rodean y de quienes vienen diciendo en las redes sociales que estaban enamorados de la princesa cuando eran niños (y probablemente después), la jefa de los rebeldes no nos pareció nunca demasiado atractiva en el plano físico. Éramos todavía muy chicos para notar algo así cuando se lanzó la entrega del ‘77, pero cuando le llegó el turno a la tercera, “The Return of the Jedi” (1983), el aspecto de la muchacha en ese bikini metálico que le fue colocado por sus captores del momento no nos impresionó, porque, como buenos latinos en formación que éramos, la notoria escasez de curvas era para nosotros un motivo de desaliento.

Pero lo cierto es que, al elegir a Fisher, George Lucas (el padre de todo esto) logró pisar un poco de tierra en medio de un relato altamente fantasioso, ya que, además de probar que hasta una integrante de la realeza intergaláctica podía lucir como una de nuestras vecinas -bueno, dependiendo del país y del barrio en el que se viva-, la dama en cuestión era no solo la voz de la razón y de la lucha justa contra la tiranía (es decir, una mujer especialmente fuerte para los parámetros de ficción de la época), sino que empezó a demostrar una complejidad mayor a partir de “The Empire Strikes Back” (1980), el mejor capítulo de la saga, en el que bajaba finalmente sus defensas señoriales y sucumbía a los encantos del sarcástico pero irresistible Solo sin perder la dignidad.

No es un secreto para nadie que Fisher, cuya vida personal fue complicada, no logró nunca alcanzar ni por asomo la popularidad de Leia con otro personaje, y que eso tendría que haber sido motivo de toda clase de frustraciones, aunque, curiosamente, ella declaró luego que el nivel de celebridad alcanzado por la princesa fue más bien una incomodidad, ya que quienes la trajeron a la vida (el cantante Eddie Fisher y la actriz Debbie Reynolds) sufrieron supuestamente mucho debido a la fama, aunque lo que sabemos con certeza es que el primero abandonó a la segunda para casarse con la espectacular Elizabeth Taylor, lo que dejó a Fisher con dos padres divorciados cuando tenía 2 años de edad.

Fisher durante la promoción de "The Force Awakens", la secuela de la trilogía original que la encontró nuevamente en el papel de Leia.

Fisher durante la promoción de “The Force Awakens”, la secuela de la trilogía original que la encontró nuevamente en el papel de Leia.

(FACUNDO ARRIZABALAGA / EFE)

Pero la actriz, que hizo por primera de Leia con solo 19 años, se las arregló para que sus propios problemas tuvieran saludables consecuencias artísticas; si bien declaró abiertamente que pasó buena parte del rodaje de “The Empire Strikes Back” inhalando cocaína y que poco después sufrió una sobredosis de medicamentos recetados y pastillas para dormir, todo esto le sirvió para escribir “Postcards from the Edge” (1987), una novela semi-autobiográfica que, tres años después, terminó convertida en una alabada película dramática en la que el personaje relacionado a Fisher fue interpretado ni más ni menos que por Meryl Streep, y en la que ella misma escribió el guión.

Una larga trayectoria

La página de Wikipedia que se encuentra dedicada a ella menciona más de 40 cintas de cine, así como una lista semejante de intervenciones televisivas, por lo que sería injusto decir que no trabajó considerablemente a lo largo de su carrera. Sin embargo, fuera de los dominios del cosmos, se la recuerda esencialmente por un papel secundario en “Hannah and Her Sisters” (1986), uno de los mejores filmes de Woody Allen; y hubo que esperar hasta “Scream 3” (2000), la historia de terror del gran Wes Craven, para verla en un pequeño papel que la presenta como un personaje sumamente cercano a ella misma. Curiosamente, en “Maps to the Stars” (2014), de David Cronenberg, se autointerpretó directamente, lo que quiere decir que estaba más dedicada a vivir de su reputación que de lo que pudiera ofrecer en un plano realmente novedoso.

En todo caso, en los últimos años, las novedades llegaron por el lado de ciertas revelaciones de tinte escandaloso, ya que además del reciente dato sobre su romance de tres meses de duración con Ford a inicios de los ‘80, Fisher dijo en algún momento que tuvo que “acostarse con un nerd” para lograr el papel de la Princesa Leia y que tuvo relaciones sexuales con algunos fans de la saga para cumplir de ese modo sus más preciosas fantasías.

En realidad, no hay manera de saber si esto es cierto; pero lo que sí es verdad es que, con su natural picardía e irreverencia para salirse del formato supuestamente familiar (o PG) de eventos como la Celebración de Star Wars de Anaheim en abril del 2015 y la conferencia de prensa de “The Force Awakens” en L.A. de fines del mismo año, la Sra. Carrie nos hizo pasar grandes momentos estando incluso fuera de las salas. Sea como sea, no será olvidada. Que descanse en paz.

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