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Llega a L.A. muestra de cineasta peruano radicado en la Costa Este

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Al comienzo, JuanMa Calderón alcanzó reputación en el circuito del rock peruano independiente de los ‘90 al hacer videoclips para algunos de sus artistas más celebrados, como Rafo Ráez, Radio Criminal y Los Mojarras; y eso le dio el valor necesario para emprender un proyecto de ficción que, en sus propias palabras, terminó siendo un desastre absoluto debido a sus desmedidas ambiciones.

Ese fracaso lo llevó a meterse de lleno en la creación de trabajos completamente abstractos y experimentales, hasta que, poco antes de tomar la decisión de mudarse a Nueva York como producto de su matrimonio con una periodista estadounidense, se despidió de su país haciendo un cortometraje llamado “Rec” en el que le daba la cámara a los actores, quienes no entendieron la propuesta y decidieron renunciar en masa.

Pero esto tuvo una consecuencia especialmente positiva: uno de esos actores, Giovanni Ciccia, quien es toda una estrella en Perú, lo ayudó a convencer a los demás de terminar el trabajo haciendo una escena ante la misma cámara como si se tratara del director, y él mismo se convirtió posteriormente en protagonista de los dos largometrajes dirigidos por Calderón en la Costa Este e inspirados en sus propias experiencias como inmigrante en busca del “sueño americano”.

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Pese a ser rabiosamente independientes y a estar hechos en blanco y negro, “Razones para el exxxilio” (2004) y “Amores gatos” (2015), que se exhiben este jueves a partir de las 8 p.m. en el Echo Park Film Center (1200 N. Alvarado St., Los Ángeles), tienen en su reparto no solo a Ciccia, quien es algo así como el alter ego de Calderón, sino también a otros actores sumamente conocidos en Perú, como Sergio Galliani, Vanessa Saba, Denisse Arregui y Lita Baluarte, quienes viajaron a la Gran Manzana y no cobraron nada por su labor, al menos en el primer caso.

“Ellos están metidos ahora en un medio tan comercial que necesitan tener un balance del otro lado”, le dijo a HOY Calderón, quien se encuentra en el Sur de California desde hace una semana. “De todos modos, no fueron específicamente a Nueva York para hacer esto, sino como parte de unas vacaciones, porque les interesa siempre explorar la escena de Broadway como aporte a sus carreras”.

Disponer de los intérpretes por tiempo reducido es una circunstancia que ha marcado también a los dos largos, grabados de igual manera en un brevísimo periodo de cuatro días. “Eso surgió porque la idea del primero era colocarlo en un concurso para hacer una película en 48 horas; no lo aceptaron, pero como ya estaba planeado de ese modo, decidimos mantenerlo así, y pasó lo mismo con el segundo”, retomó Calderón. “Me gustaría a veces tener un par de días más, pero lo cierto es que ese límite te obliga a resolver las cosas bajo presión, y eso te vuelve más creativo”.

Temáticamente, lo más interesante de estas obras es que si bien ambas se desarrollan en ambientes estrictamente neoyorquinos y convierten a estos lugares en personajes adicionales de la historia, el sentido de la peruanidad es muy fuerte en ellas. “Creo que mis protagonistas siempre van a depender todavía de su origen, pese a que el de ‘Amores’ está mucho más integrado a la sociedad estadounidense que el de ‘Exilio’, y tiene incluso amistades que andan en las mismas”, reflexionó el director.

En “Exilio”, Ciccia encarna a un inmigrante reciente que anhela hacer una película y que, ante los consejos de un amigo, decide crear una “porno con argumento” que le sale muy mal, empezando por el hecho de que el financista principal lo obliga a usar como protagonista a su novio travesti. “La gente piensa que fue una idea muy loca, pero la verdad es que nosotros mismos lo hicimos así porque no encontrábamos a una actriz y nos sobraba un actor”, dijo Calderón con una risa, reconociendo con ello que algunos de los momentos de sus obras que pueden lucir provocativos son simples productos de la casualidad.

Pero si la trama señalada recuerda a la “Bullets Over Broadway” de Woody Allen, no se trata de algo gratuito, porque el sudamericano reconoce la influencia del veterano cineasta, aunque asegura que su director favorito es John Cassavetes y que puede pasarse el día entero viendo cintas mexicanas baratas sobre narcos sin remordimiento alguno. “Pero claro, poner a otro como si se tratara de mí y usar esa clase de humor en el que te ríes de ti mismo es muy típico de Allen”, señaló.

“Exilio” se hizo sin presupuesto alguno ni permisos para usar espacios públicos, con la cámara a cargo de Calderón y cualquiera que estuviera por ahí al mando del ‘boom’ de sonido. “Amores gatos” no se alejó demasiado de esta tendencia, aunque se valió de un camarógrafo profesional (el también peruano Mario Vizcarra, quien vive en Washington) que le dio una puesta en escena mucho más cuidadosa, y recurrió además a una campaña de Kickstart para obtener ciertos medios económicos.

“El guión surgió de lo que me pasó durante mi segunda soltería, cuando me separé de mi entonces esposa y me dedicaba a cuidar gatos y pasear perros para sobrevivir”, recordó Calderón, en alusión a un relato en el que Ciccia se pone en la piel de un inmigrante que es contratado para encargarse de la mascota de unas mujeres que salen de viaje, pero que se interesa mucho más en invitar a chicas al elegante departamento ajeno de Chelsea en el que se encuentra que de asumir las responsabilidades pactadas, lo que lo mete en toda clase de enredos.

Sea como sea, el peruano, que vive actualmente en Cambridge, Massachussetts, con su nueva novia (la arquitecta guatemalteca María Rondau, productora de “Amores gatos”), parece haberse asentado finalmente en este país. “Yo me quise ir de Estados Unidos inmediatamente después de llegar, porque lo hice un día antes del 911”, comentó. “Ahora, ya me acostumbré a estar aquí, pero no corto los lazos con Perú, porque de un modo u otro, quiero que mis amigos sepan que no los he abandonado”.

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