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‘Hobbs & Shaw’ toma una ruta distinta para lograr resultados entretenidos pero poco memorables

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A estas alturas, tal y como van las cosas en Hollywood, nadie debe sorprenderse de que siga en pie la saga “The Fast and the Furious”, ni de que el éxito impresionante de la que continúa siendo una de las sagas cinematográficas más exitosas en la Historia provoque en los productores el deseo inmediato de hacer películas que aprovechen del modo que sea la popularidad de las aventuras sobre vehículos imparables y héroes fornidos en misiones imposibles.

Por ese lado, es incluso de extrañar que haya pasado tanto tiempo para que se haga un ‘spin-off’ o título relacionado, lo que sucede justamente con “Hobbs & Shaw”, que prescinde completamente de Vin Diesel (el ya habitual intérprete de Dominic Toretto) para enfocarse en los tipos que dan nombre a la cinta, es decir, el agente federal encarnado por Dwayne Johnson y el exmercenario encomendado a Jason Statham.

Los que están familiarizados con la saga saben ya perfectamente que estos sujetos no son precisamente grandes amigos, por lo que unirlos como figuras estelares en una cinta da pie a esa clase de historia de ‘parejas disparejas’ que siempre tienen algo interesante que ofrecer, sobre todo si las cosas se toman con mucho sentido del humor, algo que se encuentra garantizado de antemano en las producciones de la franquicia.

Johnson y Statham no son grandes actores, pero tienen un carisma evidente, sobre todo en el caso del primero, quien se encuentra lejos de ser un actor versátil pero que es siempre capaz de arrancarle una sonrisa al espectador con sus gestos y sus ocurrencias.

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Pero quien se roba la pantalla en este caso es Idris Elba, quien sí sabe hacer muy bien cada rol que se le encomienda, por más distinto que sea, y que la da vida a un villano de consideración que resulta realmente temible, pese a que este no se siente nunca demasiado original y a que, debido a sus peculiares características físicas, remite de inmediato tanto a los ‘malos’ de las películas de superhéroes como a cierto grandulón proveniente del Lado Oscuro.

La película trata también de darle algo nuevo a los fans al meterse por primera vez en la vida familiar de Hobbs y mostrar sus raíces samoanas, así como la tierna relación que tiene con su hija; eso no es suficiente como para darle seriedad a una película que no busca tampoco tenerla, pero resulta un agregado cultural interesante, a diferencia de lo que ocurre con Madam M, el ampliamente promocionado personaje de la mexicana Eiza González, que pasa prácticamente desapercibido.

Finalmente, nadie va a ver una de esta cintas para encontrar arte ni complejidad narrativa, y en ese sentido, fuera de una escena que luce demasiado cercana a un videojuego, “Hobbs & Shaw” tiene muchas de esas escenas de acción absolutamente espectaculares pero inverosímiles que hacen las delicias de los seguidores de la serie.

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