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El Museo del Holocausto, al alcance de los latinos de Los Ángeles

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Durante la invasión a la Unión Soviética, los alemanes llegaron a las comunidades judías y sacaron a las personas de sus casas a punta de pistola, los reunieron en plazas públicas para después llevárselos sin decirles a dónde iban, simplemente caminaban o eran transportados a un lugar donde tendrían que cavar una fosa; enseguida, los hacían desvestirse y pararse en la orilla de lo que sería su tumba.

A muchos niños los asesinaban de un balazo en los brazos de su madre, a otros los aventaban vivos a la fosa y en seguida el resto de los judíos eran aniquilados, uno por uno, bala por bala. En muchos casos todavía no habían muerto, pero de todas formas les prendían fuego y/o enterraban vivos para tratar de borrar toda evidencia de la masacre.

De esta forma, de 1942 a 1944, fueron asesinados más de dos millones de judíos soviéticos por las unidades militares alemanas conocidas como Einsatzgruppen, pero de la cual ahora se rescata su historia.

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Gracias a una investigación de la organización Yahad-In Unum, dedicada a encontrar la verdad acerca de los judíos, se pudo hablar con cientos de personas que fueron testigos directos de los crímenes y que ahora el Museo del Holocausto en Los Ángeles presenta y en español, la exhibición “Holocausto por balas”, una de las etapas más crueles del intento de exterminio judío en el mundo.

Jordanna Gessler, directora de los programas de educación del museo, dijo que la exhibición “Holocausto por balas” le da la oportunidad a los visitantes de aprender de las ejecuciones realizadas en forma sistemática y masiva contra los judíos y otros grupos minoritarios como los gitanos y ancianos, enfermos y minusválidos.

Además de los testimonios, la exhibición cuenta también con fotografías, mapas y las cinco etapas de los crímenes cometidos por las unidades militares: El arresto, el camino, el desnudo, el fusilamiento y el saqueo, momentos que recrean como murieron los judíos antes de crear los campos de concentración y hasta el final de la Segunda Guerra Mundial.
Por otro lado, Gessler enfatiza que la masacre, más que ser parte de la herencia judía, es parte de una herencia humana de uno de los muchos genocidios que han sucedido a través de la historia en el mundo.

Más importante ahora, es para que la gente se de cuenta de cómo los gobiernos en determinado momento pueden dividir y crear odio entre los diferentes grupos que habitan en un país para después tratar de terminar con alguno de ellos con el apoyo o indiferencia del resto de la sociedad.
“Esto [Holocausto] paso porque la gente lo permitió”, expresó Gessler.

“Es muy importante que las diferencias de las personas no las dividan porque cuando la gente permite esa división, cosas como estas [el genocidio] pasan”.

“Holocausto por balas” es parte de la exhibición permanente del museo que fue creado en 1961 por un grupo de sobrevivientes de la masacre, renovado en el 2010 y ahora cuenta con 27 horas de narración donde las personas podrán conocer la vida de los judíos antes, durante y después del Holocausto.
El Museo del Holocausto en Los Ángeles cuenta con una exhibición permanente donde se puede conocer el antes, durante y después de la masacre judía en Europa. Foto: Agustín Durán / HOY.
El Museo del Holocausto en Los Ángeles cuenta con una exhibición permanente donde se puede conocer el antes, durante y después de la masacre judía en Europa. Foto: Agustín Durán / HOY.

Con la presentación de “Holocausto por balas”, la organización Yahad-In Unum espera llegar a un gran segmento de la comunidad y que las nuevas generaciones hablen de los temas de la violencia o el anti-semitismo que pudieran enfrentar en estos tiempos.

Según información del museo, cada año visitan el inmueble unos 15 mil estudiantes de los cuales un 70% son de escuelas públicas.

El día de hoy, la organización Yahad-In Unum ha identificado más de 1350 lugares de asesinatos masivos en la Unión Soviética y ha entrevistado a más de 3,800 personas, no judías, que fueron testigos de la persecución. A diferencia de los campos de concentración, hay muy pocos sobrevivientes que pueden decirle al mundo lo que paso en esta etapa. Se cree que en cinco años estos testigos ya habrán muerto.

Durante la Alemania nazi murieron alrededor de 6 millones de judíos de 1941 a 1945.

Las etapas del crimen:

El arresto

El día de la ejecución en los pueblos soviéticos donde eran encontrados los judíos, los soldados alemanes del grupo Einsatzgruppen llegaron con la policía local a los hogares de todas las personas judías. Rodearon las casas y sacaron a las familias a punta de rifles. No los dejaron que se llevaran nada de pertenencias ni tampoco les dijeron hacia dónde los llevaban. De esta forma reunían a todos los judíos en una plaza pública, mientras llegaba el momento de partir.

El camino

Una vez reunidos, los judíos eran llevados al lugar de la ejecución a pie, en camiones o carretas confiscadas de los campesinos locales para transportar a los ancianos y a los más débiles. Ellos son llevados a golpes y bajo las órdenes del grupo alemán Einsatzgruppen y ante la mirada de las personas no judías que vivían en el área. A los que intentan escapar les disparan en el acto. El resto de los judíos no saben que están siendo llevados a su muerte hasta que se detienen en el camino para cavar una zanja, una fosa donde más tarde serán ejecutados y/o quemados.

El desnudo

Cuando las víctimas llegan al sitio de la ejecución, las fosas en donde serán ejecutadas acaban de ser cavadas por otros judíos o por pobladores reclutados del área. Algunas veces tenían que cavar las fosas ellos mismos. Luego, bajo golpes y gritos de los guardias, los hombres, mujeres, niños y los ancianos son obligados a desvestirse completamente, inclusive en el invierno, Ellos colocan toda su ropa y pertenencias en el suelo hasta que eran despojados de todos sus objetos de valor.

El fusilamiento

Después de desvestirse, las víctimas eran obligadas a alinearse en la orilla de la fosa o dentro de ella para que en forma casi inmediata los miembros de las unidades nazis les disparan en la espalda, el cuello o en la cabeza. A menudo los niños más pequeños eran lanzados vivos en la fosa o les disparan en los brazos de sus madres. Grupo tras grupo, todas las víctimas caen a la zanja tras los disparos de los alemanes. Muchos de ellos aún están vivos, mientras campesinos locales tapan la fosa.

El saqueo

Mientras las víctimas están siendo asesinadas y las fosas las empiezan a tapar, los ejecutores y la policía buscan entre las pertenencias de las víctimas objetos de valor. Lo que sobra es llevado a Alemania o subastado entre la población local. Las casas de los judíos también son invadidas por la policía o pobladores locales hasta quedar completamente desmanteladas.
El Museo del Holocausto en Los Ángeles está ubicado en el 100 S. The Grove Dr. L.A. CA, 90036. Más información al 323-651-3704 o en info@lamoth.org.

La entrada es gratuita y el museo está abierto toda la semana: De sábado a jueves de 10 a.m., a 5 p.m. y los viernes de 10 a.m., a 2 p.m.

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