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¿Qué significado tuvo Hugh Hefner para la comunidad latina?

Hugh Hefner al lado de dos de sus novias rubias, reafirmando una reputación que lo acompañó hasta el fina de sus días.

Hugh Hefner al lado de dos de sus novias rubias, reafirmando una reputación que lo acompañó hasta el fina de sus días.

(TIZIANA FABI / AFP/Getty Images)
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No debería ser una sorpresa para nadie que Hugh Hefner haya muerto; a fin de cuentas, el dueño de la influyente revista Playboy tenía 91 años, y según todos los indicios, vivió una vida sumamente placentera, rodeado de toda clase de lujos y de mujeres hermosas.

Para quienes trabajamos en el área del entretenimiento en Los Ángeles, se trataba también de una figura inevitable en el panorama cultural de esta ciudad, así como un personaje que tuvimos la oportunidad de ver de cerca cuando nos tocó acudir a su fastuosa mansión para cubrir eventos auspiciados por él mismo, empezando por el Playboy Jazz Festival, un evento de dos días que se realiza anualmente en el Hollywood Bowl y que, además de ser extremadamente popular, le ha dado cabida a un gran número de artistas latinos, no solo de las filas del latin jazz, sino también de la salsa.

Más allá de eso, Hefner era probablemente visto con envidia o con rechazo por los integrantes de nuestra comunidad, dependiendo de la forma de pensar de cada uno; y es que, según el cristal con que se lo mirara, el tipo podía ser considerado un símbolo inmejorable del sueño americano o un anciano libertino que promovía la promiscuidad y se aprovechaba de jovencitas desesperadas por la fama.

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Curiosamente, en lo que respecta a su logro mayor -la revista-, tenemos la impresión de que esta fue siempre demasiado elegante y recatada para los gustos de unos latinoamericanos que, a partir de la década de los ’80, preferían acudir al porno directo y duro. Pero eso no quiere decir que Playboy no tuviera muchos seguidores entre los nuestros, ni que la misma publicación nos haya dejado de lado.

En el plano más directo, lo recién señalado se plasmó en las damas hispanas que accedieron a aparecer en sus páginas desnudas o con pocas vestimentas, aunque hay que destacar que la mayoría de ellas lo hicieron en versiones ‘regionales’ de la revista, ya que Playboy tuvo ediciones propias en México, Venezuela, Brasil y Colombia, lo que le dio oportunidad de lucimiento a figuras como Alejandra Guzmán, Alicia Machado, Erika García, Aylin Mujica y Vanessa Bauche.

En lo que respecta a la edición original, el caso más extraño y controvertido fue el de Jessica Alba, que apareció en una portada del 2006 luciendo un bikini pero que nunca hizo una sesión para la revista, lo que la llevó a hacer una demanda legal (las fotos provenían de la promoción de una película) que terminó ganando.

Y si eres un estadounidense de sangre azteca que reclama inclusión, debes saber que, en el 2013, Raquel Pomplun, criada entre Tijuana y Chula Vista pero radicada actualmente en L.A., se convirtió en la primera Playmate del Año en ser mexicoamericana. Tras el hecho, lejos de ocultarse del ojo público, Pomplun se mostró orgullosa de lo que consideraba un aporte relevante para su comunidad.

Pero no hay que olvidar que Playboy no era solo una “revista de encueradas”, sino que tenía también un alto contenido intelectual y analítico, representado en las famosas y extensas entrevistas hechas por sus reporteros, incluyendo la de Fidel Castro de 1985 y la del líder sandinista Daniel Ortega de 1983, que demostraron un interés por temáticas políticas y ciertamente controvertidas durante una época en la que Estados Unidos se encontraba dominado por el anticomunismo rabioso de Ronald Reagan.

Hay que recordar también que, además de haber sido entrevistado por la revista en 1982 (meses antes de recibir el Nobel de Literatura), el escritor colombiano de ideales socialistas Gabriel García Márquez empleó las páginas de Playboy más de una década antes, en 1971, para dar a conocer su aclamado relato “El ahogado más hermoso del mundo”.

Para terminar, hay que señalar que la publicación le dio algunas veces su portada a hombres vestidos, y que uno de ellos fue ni más ni menos que Donald Trump, quien apareció en traje (y al lado de una mujer semidesnuda) en una edición de 1990. Pero pueden respirar tranquilos: hace un mes, Cooper, el hijo de Hefner que se encarga ahora de la revista, manifestó públicamente sentirse avergonzado de esa decisión, al declarar que el actual presidente defiende justamente todo lo que su familia rechaza.

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