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Los Bichir se vuelven a unir en un escenario gracias a LéaLA

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Ya lo habían hecho antes. Pese a que cada uno de ellos tiene su propia carrera artística, unos con más éxito que otros, los integrantes masculinos del clan Bichir, encabezados por el patriarca Alejandro, coincidieron en un mismo escenario durante la puesta en escena de “Malcolm contra los eunucos”, que se exhibió tanto en 1994 como en el 2001 en distintas ciudades de la república mexicana.

Y si bien lo que ha pasado este año con el montaje de la obra de origen polaco “El último preso” les ha dado una segunda oportunidad para hacer lo mismo, lo cierto es que las funciones que se han producido ya en México, país de origen de todos ellos, no los han tenido completamente reunidos, porque el más famoso de todos, Demián, no pudo participar en esas fechas debido a compromisos laborales en Estados Unidos. Pero ésa es una falta que se va a subsanar justamente con la presentación única que la misma obra tendrá en Los Ángeles el 16 de mayo dentro del Teatro Montalbán, como parte de la nueva edición de LéaLA, la cada vez más celebrada feria local del libro en español.

“La idea original era que Demián nos acompañara en todo el proceso, pero cuando él finalmente pudo, yo estaba trabajando en otra cosa; ha sido muy difícil que coincidamos, y nos sentimos muy afortunados porque vaya a darse ahora”, le dijo a HOY Bruno Bichir a través de una conexión telefónica con el DF. “Hemos ensayado con Demián a través de internet y lo que la tecnología nos permite hacer hoy en día”.

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Tanto Bruno como Demián viven actualmente en Los Ángeles, donde trabajaron juntos en la teleserie “The Bridge”; pero el primero se encontraba en estos días en la capital azteca (donde radican Alejandro y el hermano restante, Odiseo) para participar justamente en la gira de “El último preso” por toda la nación. “La verdad es que, a estas alturas, uno es ciudadano del mundo; por eso, es incomprensible que los temas migratorios sigan generando discordia y tantas dificultades en el mundo. Históricamente, México ha recibido con los brazos abiertos a muchos inmigrantes, y en lugar de perjudicarlo, eso ha enriquecido enormemente su cultura”, agregó Bruno.

En las presentaciones mexicanas, Alejandro, que está ya cerca de las ocho décadas, se ha encargado tanto de la dirección como del rol principal, que recaerá en las manos de Demián en Los Ángeles. “Pero mi padre estará de todos modos allí; no frente a la audiencia, pero sí detrás de escena, cuidando que todo salga bien”, dijo Bruno.

“El último preso” es un trabajo original del dramaturgo polaco Slawomir Mrozek, que se inspiró supuestamente en la situación de su propio país pero no se ubica en un lugar definido, como no lo hace tampoco la adaptación de los Bichir, cuya traducción al español evita “mexicanizarla”. “Pero lo hermoso del teatro y del arte es que emplean figuras poéticas para referirse a realidades que terminan siendo mundiales”, dijo Bruno. “Es terrible que la Humanidad tenga que seguir sufriendo con regímenes autoritarios que atentan contra sus derechos más básicos, incluso en lo que respecta a gobiernos que pretenden ser democráticos y aseguran buscar equidad para toda la población”.

La obra trata sobre un sistema represor cuyo poder es tan grande que ya nadie quiere oponerse a él. “Aparentemente, todo el mundo es feliz con lo que tiene, hasta el punto de que el último preso dice que quiere estar como todos y quiere firmar su acta de adhesión al sistema”, detalló el actor con el que conversamos, quien interpreta justamente a un agente del orden. “Entonces, la policía se encuentra frente a un dilema: si no hay a quién reprimir, ¿cuál es el sentido de ser represor? Finalmente, la obra es un canto a la libertad”.

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