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Dark Harbor mantiene el perfil bajo, pero los sustos arriba

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Al final del condado de Los Ángeles, en la frontera con Orange County, el Halloween viene celebrándose a lo grande desde el 2010 con un evento producido por los propietarios actuales del Queen Mary que se llama Dark Harbor y que ofrece una excelente alternativa para los amantes de esta clase de atracciones que buscan algo más íntimo… y menos costoso que lo que se presenta en otros recintos.

Como se lo comentó a HOY Steve Sheldon, director de Eventos de Entretenimiento del célebre barco construido en 1936 y enclavado desde 1967 en las costas de Long Beach -donde se ha convertido en una de las mayores atracciones turísticas del Sur de California-, las actividades relacionadas a esta fecha en el mismo lugar datan de hace dos décadas, cuando recibían primero el nombre de Queen Mary Halloween Terror Fest y, posteriormente, el de Haunted Shipwreck.

Pero Dark Harbor es una evolución de las celebraciones anteriores, así como una que Sheldon ha visto crecer en el transcurso de los últimos cinco años, con agregados estratégicos que, sin embargo, mantienen una identidad específica y recurren a algunos personajes que ya se han vuelto conocidos, pese a que son originales y, a diferencia de lo que ocurre con la atracción equivalente de Universal Studios, no dependen de grandes producciones hollywoodenses, aunque se inspiran en algunos sucesos relacionados a un barco que se encuentra cargado de historias y tiene incluso la reputación de ser escenario de sucesos paranormales.

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“Tenemos algo que nadie más tiene en esta parte del mundo, y es que nuestro evento toma lugar en una locación encantada que no se puede reproducir artificialmente”, nos dijo Shelton. “Nuestros competidores hacen lo suyo muy bien y, de hecho, somos fans de sus atracciones, pero sabemos lo que tenemos y tratamos siempre de investigar el pasado y las experiencias recientes de nuestros visitantes para que formen parte de lo que ofrecemos”.

De ese modo, en la presente edición, que se inauguró el 29 de septiembre y concluye el 31 de octubre, figuras ya habituales como The Captain, Samuel the Savage, Graceful Gale, Half-Hatch Henry y Scary Mary se ven incrementadas con la aparición del Iron Master, basado en la persona que fundió el material destinado al casco de la nave. Los creadores del Dark Harbor han aumentado los datos reales de esta leyenda al transformar al sujeto -llamado Ivan- en un espíritu errante y monstruoso con la mitad del cuerpo hecha de metal.

“La inspiración real es remota, claro, porque nuestro Iron Master, que participa en un nuevo laberinto, ‘Intrepid’, hizo supuestamente un pacto con el Diablo para que el Queen Mary nunca se hundiera”, dijo Sheldon, para precisar que otro de los laberintos, “Deadrise”, repetido este año con algunas modificaciones, no se inspira realmente en el hundimiento de un barco que se produjo muy cerca del Queen Mary durante la Segunda Guerra Mundial (cuando este se convirtió en un transporte de tropas) y que cobró muchas víctimas, sino que es un relato ficticio sobre los fantasmas de un naufragio que intentan apoderarse del mismo navío.

“Pese a que hay muchas circunstancias interesantes del pasado que podríamos emplear con fines terroríficos, tratamos siempre de respetar a las personas que fallecieron a bordo de este barco, y que fueron muchas”, precisó nuestro entrevistado. “Sometemos nuestras ideas a varios filtros con el fin de no ofender a nadie, porque eso es parte de nuestra responsabilidad”.

Otro aspecto interesante de Dark Harbor es que, en medio de sus esfuerzos de producción, genera en el asistente una sensación mucho más independiente y menos corporativa que otros eventos locales de Halloween, lo que resulta siempre refrescante, en medio de las evidentes limitaciones del caso.

“No estamos tratando de ser Universal ni Knott’s Scary Farm, porque no contamos con sus presupuestos, y es por eso que ofrecemos una experiencia completamente distinta”, admitió Sheldon. “Nuestros laberintos tienen la intención de sentirse auténticos, y tratamos también de que el nivel de ‘gore’ no sea demasiado intenso, porque nos gustan los sustos reales”.

Finalmente, un atractivo indiscutible es el de los precios, ya que las entradas generales pueden conseguirse en línea a partir de $20 (aunque las de VIP cuestan $99). “Tratamos de mantener nuestros precios a un nivel muy accesible, y nos damos cuenta de que eso nos ha servido para que muchas personas regresen año tras año”, agregó el ejecutivo. “Además, las encuestas que hacemos nos han permitido notar que tenemos una gran cantidad de asistentes latinos, del mismo modo en que los tenemos para otros eventos que hacemos en el Queen Mary”.

Más información en https://www.queenmary.com/events/dark-harbor.

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