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Chimal y su libertad para la imaginación

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Este sábado a las 3 p.m., LéaLA será escenario del panel “Literatura contemporánea mexicana”, en el que participará Alberto Chimal, un escritor oriundo de Toluca que, de hecho, es uno de los representantes más interesantes de la vanguardia literaria actual en territorios aztecas, como lo prueba el libro que traerá bajo el brazo, “Gente del mundo”.

Curiosamente, ésta es una reedición corregida y aumentada de una obra que se presentó por primera vez en 1998, pero que hasta antes de esto estaba agotada y se había convertido en objeto de culto. En todo caso, el interés primordial radica en el hecho de que este tomo es una suerte de tratado sobre etnias del mundo que simplemente no existen, aunque la experta mano de Chimal logra que resulten completamente verosímiles.

“El origen de este trabajo tuvo que ver con mi interés en la antropología y la Historia, que no es realmente profesional, sino que corresponde más bien al de cualquiera al que le gustan textos de esa clase o los programas del Discovery Channel”, nos dijo Chimal desde Buenos Aires, donde se encontraba participando en otra feria.

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“Pero también se relaciona al modo en que me atraen los relatos de viajes de descubrimiento de otras épocas, tanto verdaderos como imaginarios, como es el caso de la tradición de las ‘Crónicas de Indias’ hechas por los conquistadores y de los ‘Bestiarios’, documentos más o menos inventados por los exploradores de la Edad Media, en los que las descripciones de seres ficticios como el unicornio y la sirena se combinaban con las de animales reales como el pelícano y el león”, detalló el entrevistado.

“Gente del mundo” tiene un tono más realista, ya que sus relatos se basan en comportamientos humanos que podrían ser posibles o que tienen evidentes ecos de comunidades que todavía existen en el mundo, incluyendo la nuestra. “Claro que todos los nombres y los idiomas [que se citan] son inventados, y se hicieron jugando a que las palabras sonaran remotas y ajenas, para dar la impresión de que se relacionan a algo que todavía no se ha descubierto”, detalló.

Los segmentos de “Gente del mundo” son muy breves, a veces de media página, lo que es una muestra de la tendencia a los microrelatos que Chimal ha mantenido a lo largo de su trayectoria, aunque también ha escrito cuentos convencionales y novelas. “Me interesa la

brevedad extrema, que tiene antecedentes en la literatura hispanoamericana, pero que sirve ahora para presentar una imagen múltiple de las cosas”, mencionó.

“Funciona de modo análogo a una novela, y aunque puede ser difícil porque hay que imaginar más situaciones, te permite insinuar mucho en lugar de desarrollar todo por completo, lo que constituye para mí un proceso creativo muy satisfactorio”.

Chimal es consciente de que, en momentos como el que atraviesa su país, hay muchos que exigen un acercamiento estricto a la problemática actual y rechazan cualquier tipo de escapismo. “Es sumamente importante tomar una postura frente a la violencia tanto criminal como gubernamental que se vive en México, y que nos causa una gran angustia; pero creo que, aparte de documentar la realidad, también se necesita que nos vayamos entrenando para imaginar una realidad distinta”, prosiguió el autor.

“Venimos de una raíz muy autoritaria, como consecuencia de un país [España] que forzó la ortodoxia religiosa por medio de métodos violentos como la Inquisición, y eso provocó que se crearan gobiernos muy cerrados que no permitían la descripción de nada que no correspondiera a la imagen del mundo que ellos tenían”, prosiguió. “Tiene sentido elaborar historias en las que la imaginación vaya por delante, no porque vayan a provocar un cambio en sí mismas, sino porque no tenemos que aceptar todo de manera absoluta y pasiva”.

En ese sentido, promueve la necesidad de una aproximación a la escuela del fantástico que no se limite al modelo reciente de las series estadounidenses dirigidas a los adolescentes. “La noción del género era más rica en el pasado, y ahora, ha sido secuestrada por esas sagas; hay que rescatar el concepto mas amplio, es decir, el que practicaban José Luis Borges, Juan José Arreola, Francisco Tario y el mismo [Gabriel] García Márquez”, enfatizó.

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