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Ambiciones de Rubio y Cruz complican la vida a senadores

El aspirante a la nominación presidencial republicana Ted Cruz hablando en un acto en Orlando, Florida, el 13 de noviembre del 2015.

El aspirante a la nominación presidencial republicana Ted Cruz hablando en un acto en Orlando, Florida, el 13 de noviembre del 2015.

(John Raoux / AP)
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El aspirante a la candidatura presidencial republicana Marco Rubio fotografiado durante un acto proselitista el 13 de noviembre del 2015 en Orlando, Florida.

El aspirante a la candidatura presidencial republicana Marco Rubio fotografiado durante un acto proselitista el 13 de noviembre del 2015 en Orlando, Florida.

(John Raoux / AP)

La estrella de los senadores Marco Rubio y Ted Cruz están creciendo en la campaña presidencial. Pero en el Senado, sus ambiciones políticas pueden complicarles la vida a sus correligionarios, sobre todo a los que enfrentan campañas de reelección difíciles.

El último ejemplo: Rubio y Cruz impulsan proyectos para anular la ley de seguros médicos del presidente Barack Obama que van más allá de lo que propone la cámara baja. Quieren cumplir su promesa de anular el programa conocido como “Obamacare” en su totalidad, y no solo porciones de él, como hizo la Cámara de Representantes hace poco.

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Otros senadores republicanos resisten esas propuestas, objetando en particular la anulación de la expansión del plan llamado Medicaid, que cobija a personas de bajos recursos. Varios senadores republicanos representan estados donde Medicaid fue expandido bajo la nueva ley y ofrece atención médica a los más pobres.

“No quiero que esto sea anulado y lo vengo pregonando desde hace un par de semanas. Veremos qué pasa. No estoy solo en esto”, afirmó la senadora de Virginia Occidental Shelley Moore Capito la semana pasada. Hizo notar que millones de personas podrían quedarse sin cobertura médica y señaló: “Si no ofrecemos nada a cambio, eso es un problema para mí”.

En cuanto al impacto de las pretensiones presidenciales de los candidatos, Capito dijo: “Obviamente eso incide”.

Otros estados que serían afectados si se anula la expansión del Medicaid son Ohio, New Hampshire, Pennsylvania e Illinois, en todos los cuales hay senadores republicanos que encaran duras batallas reelectorales el año que viene.

Pero Cruz, de Texas, y Rubio, de la Florida, van de la mano en esto, a diferencia de lo que ocurre con las políticas hacia la inmigración. “Si este proyecto no puede ser modificado de modo tal que anule totalmente Obamacare, no podemos apoyarlo”, dijeron el mes pasado en un comunicado conjunto que firmó también otro senador conservador, Mike Lee, de Utah.

La disputa es apenas un ejemplo de cómo los senadores que buscan la presidencia y los que simplemente intentan conservar sus bancas tienen distintos objetivos. Cruz, en particular, ha irritado a varios colegas que creen que usa el Senado para promover sus ambiciones políticas y, a diferencia de Rubio, se ha ido aislando. El senador Kelly Ayotte, de New Hampshire, quien encara una reñida contienda, difundió una carta pública que le envió este año exigiéndole saber “cuál es su fórmula para tener éxito” al negarle fondos a la organización Planned Parenthood, que ofrece una serie de servicios relacionados con la reproducción, exponiéndose a forzar una paralización del gobierno.

“Hay senadores que quieren ser el nominado del Partido Republicano y senadores que tratan de ser reelegidos, y esas son dos prioridades muy diferentes”, declaró Brian Walsh, consultor republicano, “que se reflejan en la forma en que abordan las legislaciones”.

El senador Rand Paul, de Kentucky, otro aspirante a la candidatura presidencial republicana, enfureció a sus colegas este año cuando dejó sin efecto temporalmente la Ley Patriota, que ayuda a los servicios de seguridad a hacer frente a amenazas terroristas.

El senador Roger Wicker, quien encabeza la comisión de campañas del Partido Republicano, restó importancia a las divisiones entre los aspirantes a la presidencia y los que buscan la reelección en el Senado.

“En todo caso, eso no sería nada inusual”, expresó. “Hay gente en algunos estados que ven las cosas de un modo y gente que la ve de otro modo”.

Para Wicker y el líder de la mayoría del Senado Mitch McConnelly la prioridad no es la campaña presidencial sino asegurarse de que los demócratas no logran las cuatro o cinco bancas que necesitan para recuperar el control del Senado.

Hay cinco senadores republicanos que enfrentan serios desafíos y su partido debe analizar el impacto de cualquier legislación en sus posibilidades de ser reelegidos. Rubio, Cruz y Paul, por su parte, se enfocan en los electores republicanos que votarán en las primarias.

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