Anuncio

Distritos de mayoría latina, pero sin poder político

Share

LOS ÁNGELES.- Al caminar por las calles al suroeste de Los Ángeles se escuchan algunas radios con música regional mexicana, que se combinan con el aroma de los tacos de adobada y la pupusas de queso de los restaurantes que conforman lo que, hasta el día de hoy, se cree que es un distrito de mayoría afroamericana.

Caminando al sur de la avenida Western, en el parque Martin Luther King Jr., se alcanza a ver grupos de niños y niñas pateando un balón, mientras que las ‘marketas’ con nombres latinos han florecido; y no es raro ver los domingos las iglesias católicas y evangélicas llenándose de personas que hablan español.

Es el Distrito 8, que está limitado al norte por la autopista 10, al oeste por el bulevar Crenshaw, al sur por la avenida Imperial y al este por la autopista 110. Es uno de los 15 distritos que conforman la segunda ciudad más grande de Estados Unidos, donde las costumbres latinoamericanas terminaron de predominar en lo que en un tiempo fue uno de los barrios afroamericanos por tradición.

Anuncio

“Antes este parque era polvoso, tenía basura y nadie lo ocupaba”, manifiesta Carlos Hernández, entrenador de futbol, asegurando que desde hace dos años cuentan con una cancha sintética. “La mayoría de los niños que juegan son latinos”.

Este cambio ha sido paulatino. A finales de los ‘70, en los alrededores de la Universidad del Sur de California (USC), sólo había un puñado de negocios latinos, pero con la constante ola migratoria de México y la llegada de los salvadoreños en la década de los ‘80, la actividad empresarial se incrementó.

“La zona estaba desolada”, recuerda María Isabel Montenegro, propietaria del restaurante El Migueleño, inaugurado en 1977. “Nuestra especialidad es la comida salvadoreña, pero comencé vendiendo platillos mexicanos”.

En un principio, el Sur de Los Ángeles fue únicamente la puerta de entrada para los migrantes. Durante el proceso de adaptación y asentamiento, la convivencia entre latinos y afroamericanos generó tensiones raciales, pero poco a poco la gente de ambos grupos se ha ido adaptando.

“Aquí sólo éramos dos familias latinas; los afroamericanos fueron vendiendo sus casas y hoy ellos son la minoría”, asegura Rosalinda Ramos, oriunda de Oaxaca, México, quien llegó a este distrito en 1992.

En la actualidad, en el Distrito 8 viven alrededor de 250 mil habitantes. De ellos, el 53.8% son latinos y el 36.8% afroamericanos.

De acuerdo a Celia Lacayo, socióloga de UCLA, el conflicto racial entre ambas comunidades se transformó en apoyo mutuo, al darse cuenta de que carecían de servicios públicos, fuentes de empleo y acceso a la educación por igual. “Lo que ha pasado es que tienen un mejor entendimiento”, asegura la especialista.

Los afroamericanos que encontraron mejores oportunidades abandonaron este distrito, mientras los latinos siguen llegando interesados en los bajos precios de la renta y las propiedades, aunque las condiciones sociales no sean las más óptimas.

Al ser el grupo étnico mayoritario, los latinos ahora piensan en los puestos de liderazgo, siguiendo los pasos de Gordon Hahn, el primer afroamericano en convertirse en concejal en 1953, después de 28 años de líderes anglosajones.

“Es importante tener a un líder latino para que se ocupe de nuestras necesidades, porque no tenemos acceso a entrenamiento laboral, carecemos de trabajos adecuados y el salario mínimo es deplorable”, plantea Arturo Ybarra, director de Watts/Century Latino Organization.

Después de 12 años de concejal, Bernard Parks entregará su cargo a otro afroamericano, debido a que en las elecciones del 3 de marzo están inscritos cuatro miembros de esa comunidad.

El aspirante que lleva la delantera es Marqueece Harris-Dawson, director de Community Coalition, organización fundada por la ahora congresista Karen Bass, que realiza trabajo comunitario con los dos grupos poblacionales más grandes.

“Si estamos divididos no podemos lograr ningún progreso, pero cuando traemos a las dos comunidades a la mesa podemos crear un movimiento social que tenga poder”, señala Harris-Dawson, cuyos principales asesores de equipo de campaña son latinos.

En este distrito existen 126,046 votantes registrados; de ellos, 78,373 son afroamericanos y 36,694 son latinos. En las elecciones de 2011, participaron 18,515, y la mayoría de ellos fueron afroamericanos.

Ahora el reto es incrementar el voto de forma disciplinada y la creación de organizaciones latinas enfocadas en la participación cívica, plantea Jesús Andrade, exempleado de la Asamblea de California e hijo de migrantes de origen mexicano.

“Los afroamericanos no van a entregar el poder sin lucha; habrá cierta resistencia”, asegura el profesional graduado de la Universidad Estatal de California Sacramento.

En contraparte, el concejal Parks considera que si hay un candidato latino preparado no es necesario tener la mayoría de votantes registrados; lo importante es que convenza con su mensaje a miembros de uno y otro grupo étnico.

“Creo que la comunidad está preparada para cualquier transición de la manera en que la mayoría de los votantes hable”, indicó.

Además, se tiene que enfrentar a problemas como la seguridad y la pobreza, para lo cual debe tener un programa bien agresivo, sostiene Earl Ofari Hutchinson, presidente de Los Angeles Urban Policy Roundtable.

“Para que un líder latino sea considerado un serio candidato, tendrá que ser un constructor de coaliciones”, concluye Hutchinson.

En el Distrito 9, la comunidad latina también es mayoría

De 250 mil residentes en el Distrito 9, el 79% son de ascendencia latina, convirtiéndose así en la mayor concentración de personas de este origen en todo Los Ángeles. No obstante, esa presencia no se ve reflejada en el gobierno municipal.

En las elecciones de 2013, en este distrito, por primera vez, una inmigrante latina luchó hombro a hombro en la contienda en la que al final se impuso, por tan sólo 588 votos, el afroamericano Curren Price, superando a la salvadoreña Ana Cubas.

En esa ocasión, algunas comunidades latinas y los sindicatos le dieron el apoyo fuerte a Price, mientras que Bernard Parks y la exconcejal Rita Walters apoyaron a la candidata latina, reconociendo no sólo la capacidad de la candidata, quien recaudó 500 mil dólares en la campaña, sino también la necesidad de la alternancia política.

“Hubo un esfuerzo muy calculado de no apoyar a un latino”, destaca Cubas en relación al apoyo que el supervisor Mark Ridley-Thomas y el concejal Herb Wesson brindaron a su adversario, figuras que influyeron para la captación de donaciones.

De acuerdo al Centro para el Estudio de Los Ángeles de la Universidad Loyola Marymount, en todo el condado existen más de 100 distritos, desde el nivel local hasta el federal, donde los latinos son mayoría o el grupo poblacional más grande, pero el que los representa es afroamericano.

Fernando Guerra, profesor de Ciencias Políticas y director del centro, cuestiona que los líderes digan que lo que importa es el candidato. “Esto sólo ocurre en los distritos latinos; no dicen que un latino puede representar a las dos comunidades”, afirma.

Según el politólogo, esto se debe en parte a que los oficiales latinos electos en Sacramento no han demandado esos puestos y se interesan más en las alianzas que les garantizan continuidad en sus cargos.

¿Qué es más importante: tener el candidato o los votos?, se le pregunta.

“Es más difícil tener el candidato, que sea popular y tenga dinero”, advierte Guerra. “Si me dieran a mí la oportunidad [de rediseñar los distritos], podría aumentar la representación de los latinos al doble”.

Entretanto, Elisa Sequeira, directora de participación cívica del Fondo Educativo NALEO, manifiesta que esta transición se logrará en la medida que los votantes adquieran conciencia del poder que tienen en sus manos.

Si en estas elecciones no hay candidatos latinos, advierte que es importante que las personas registradas para votar participen, de modo que los funcionarios que resulten elegidos no ignoren las necesidades en los vecindarios.

“Hay un poder transformador en el voto”, asegura Sequeira. “El que no haya un candidato latino [en estos distritos] refleja que todavía no se tiene la participación necesaria”.

Anuncio