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Elecciones estadounidenses, marcadas por la inconformidad del pueblo

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Quedan 100 días para que los estadounidenses elijan su Presidente, y las estrategias con las que los candidatos afrontan esta recta final son diametralmente opuestas.

Mientras la demócrata Hillary Clinton busca llevar a cabo una marcha metódica que movilice a las bases que votaron por el Presidente Obama en 2008 y 2012 con la promesa de continuidad, el republicano Donald Trump continuará con su enérgico discurso lleno de promesas de cambiar por completo el sistema político de Estados Unidos.

“La estrategia de Clinton es llevar a cabo una carrera tradicional: actuar sobre el terreno, recopilar datos y analíticas, emitir propaganda televisiva, dar discursos sobre sus políticas y reunirse con diferentes grupos de interés que añadir a su coalición”, explicó a The Washington Post Russ Schriefer, un estratega republicano.

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“La campaña de Trump va a continuar organizando grandes mítines y tuiteando”, dijo, agregando que el magnate ha obtenido resultados muy efectivos comunicándose de esta manera, especialmente entre los votantes de clase trabajadora.

Ambos candidatos centrarán su arsenal en los principales campos de batalla electorales: los estados de Ohio, Pennsylvania y Florida, claves para lograr la Casa Blanca.

Con las Olimpiadas de Río de Janeiro que comienzan el próximo viernes y muchos estadounidenses disfrutando de sus vacaciones, es probable que la campaña de ambos partidos se mantenga estable y con un perfil bajo hasta la semana previa al primer debate presidencial, el cual tendrá lugar a finales de noviembre.

Trump se quejó el viernes en Twitter de la fecha de este evento, el cual coincidirá con un partido de la NFL, y afirmó que el Partido Demócrata estaba intentando amañar los debates, lo que evocó la posibilidad de que el magnate se niegue a participar, algo que ya hizo una vez durante las primarias.

Como si fueran la noche y el día, el empresario neoyorquino -un novato en el mundo de la política- y la ex Secretaria de Estado -vastamente experimentada en ese terreno- ofrecen dos visiones del país diametralmente opuestas.

La semana pasada, en la Convención Nacional Republicana, Trump trazó un dibujo sombrío de unos Estados Unidos en decadencia a causa de las políticas de Obama.

Frente a este pesimismo, Clinton, quien hizo historia como la primera mujer que logra la nominación de uno de los dos grandes partidos, pintó esta semana en Filadelfia un cuadro luminoso de un país vibrante y diverso.

Tras caer el telón en ambas convenciones, los candidatos afrontan una intensa carrera que, marcada por la descalificación del adversario, la mayoría de los expertos vislumbran como la más negativa de la historia reciente de Estados Unidos.

En la última encuesta de Gallup esta semana, por primera vez el magnate está empatado con la candidata demócrata, ambos con un 37% a favor, mientras que el 58% dice tener una opinión negativa de Trump, y un 59% en contra de Clinton.

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