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Por qué algunos estados importan más que otros en las elecciones de Estados Unidos

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En Estados Unidos viven más de 300 millones de personas, pero los candidatos a la presidencia no hicieron campaña por igual en todos los estados del país.

En las últimas semanas los esfuerzos de la demócrata Hillary Clinton y del republicano Donald Trump se concentraron en unos pocos territorios: esos en donde aún no se sabe quién ganará.

Alabama, por ejemplo, es un bastión de los republicanos, mientras que en California ha ganado el Partido Demócrata en todas las presidenciales desde 1992.

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Pero en estados como Ohio, Nevada y Florida, de acuerdo con las encuestas, cualquiera de los dos podría conseguir la victoria este martes.

Estos últimos son lo que se conoce en inglés como swing states (estados péndulo), ya que en ellos ninguno de los dos partidos tiene la victoria asegurada.

Fue allí donde Clinton y Trump invirtieron millones de dólares en propaganda y en eventos para atraer la atención de los electores.

De los 50 estados del país, este año hay una decena que se consideran“péndulo” y serán clave para las aspiraciones de demócratas y republicanos.

¿Por qué?

Votos que hacen falta

En Estados Unidos la elección se gana tras conseguir 270 votos del llamado Colegio Electoral.

Cada estado, dependiendo de su importancia, otorga más o menos votos.Así, el que gane en Florida se llevará 29 votos, mientras el que se imponga en New Hampshire logrará sólo 4.

De ahí que sea más importante lograr la victoria en determinados “estados péndulo”, ya que dan más votos de cara a alcanzar la cifra mágica de 270.

Esto quiere decir que los candidatos dependen de estados cuya postura política no está definida en las encuestas y varía día a día.

En las últimas décadas en ellos han ganado en algunas ocasiones los demócratas y en otras los republicanos.

Algunos de esos estados en donde todo puede suceder este martes son: Colorado, Florida, Iowa, Nevada, Nuevo Hampshire y Ohio.

Tomemos el ejemplo de este último. En las últimas diez elecciones presidenciales (desde 1976), el estado situado en el medio-oeste del país ha votado cinco veces por el candidato republicano y otras cinco por el demócrata.

De hecho, ningún republicano ha ganado la Casa Blanca sin Ohio.

Nevada, por otro lado, ha votado por el ganador desde 1980. Y Florida ha hecho lo mismo desde 1996. Es decir, quien ganó en Florida se quedó con la Casa Blanca.

En la elección de 2000, disputada entre Al Gore y George W. Bush, la contienda terminó de definirse a favor de Bush por los 29 votos electorales que le otorgó Florida.

Iowa y Colorado reúnen a la mayoría de votantes demócratas en las áreas metropolitanas mientras que las zonas rurales han apoyado a los republicanos.

Y New Hampshire ha votado demócrata desde 2004, pero muchos de sus jóvenes demócratas apoyaron a Bernie Sanders al principio de esta elección y ven a Hillary Clinton con escepticismo.

Pero hay otros estados que, aunque no presentan un panorama tan dividido, también son decisivos para los aspirantes de este año.

Los 8 estados “interesantes”

En estados como Carolina del Norte, Georgia y Virginia se han dado cambios demográficos en años recientes, lo que podría incidir en la votación presidencial.

Carolina del Norte fue durante años una fija para los republicanos pero Barack Obama obtuvo una ajustada victoria en 2008 y perdió por poco en 2012.

A este estado sureño han llegado trabajadores altamente calificados, liberales del norte e hispanos que tienden a inclinarse hacia los demócratas.

Georgia, donde ganó el republicano Mitt Romney en 2012, parece estar más en duda este año con una población más diversa con el crecimiento del área metropolitana de Atlanta.

Por ejemplo, 25,6% de la población era de raza negra en 2000 pero en 2015 los afroestadounidenses suponen el 31,7%.

Virginia ha sido republicano desde la década de 1960, pero el reciente crecimiento de la población en los suburbios más residenciales fuera de Washington D.C. y el aumento de la inmigración hispana podrían servirle de ayuda a Hillary Clinton.

Michigan sufre de alto desempleo desde el declive de su industria en los años 80, y aunque los republicanos no ganan allí desde 1988, quizá este año sorprendan.

Por su parte, Arizona ha estado casi siempre del lado republicano, pero la creciente población hispana y la oposición a Trump del senador John McCain, quien representa al estado en el Senado, podrían hacer cambiar la tendencia.

En cuanto a Pensilvania ha apoyado a los demócratas en cada elección presidencial desde 1992. Sin embargo, la campaña de Trump ha invertido esfuerzos este año en el estado, cuyos 20 votos asignados podrían ser de gran utilidad para cualquiera de los dos aspirantes.

Wisconsin ha apoyado a los demócratas desde 1988. Pero el margen de victoria de Obama se redujo a la mitad en 2012, en parte gracias a la presencia del nativo Paul Ryan en la papeleta republicana como aspirante a la vicepresidencia.

Pero es justamente Ryan, ahora presidente de la Cámara de Representantes, una de las figuras más prominentes que ha criticado a Donald Trump.

Los candidatos tuvieron meses para intentar convencer a los residentes de estos estados de votar por ellos. Este martes veremos el resultado de ese esfuerzo.

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