Anuncio

Serena Williams, ni robó el protagonismo a Andreescu, ni alcanzó a Court

Share
EFE

La tenista Serena Williams vio como por segundo año consecutivo, una adolescente, esta vez la canadiense Bianca Andreescu, de 19 años, le impidió ser la protagonista en la final del Abierto de Estados Unidos y también conseguir la meta de ganar su vigésimo cuarto título de Grand Slam y alcanzar la marca de la legendaria australiana Margaret Court.

Nada de eso pudo lograr porque Andreescu la venció con total justicia en dos sets corridos de 6-3 y 7-5, al desarrollar sobre la superficie dura de la pista central Arthur Ashe Stadium el mejor tenis.

Algo que Williams sólo quiso admitir a “medias”, dado que si bien cumplimentó el juego de Andreescu, Williams insistió en que no jugó su mejor tenis y parecía pensar que el resultado final tenía más que ver con sus fracasos que los éxitos de la adolescente canadiense, que fue la primera a su edad en conseguir el título desde que lo ganó la rusa Maria Sharapova en la final del 2006.

Anuncio

“Sentí que podría haber hecho muchas cosas un poco mejor”, comentó Williams, aunque luego admitió que “tal vez” no lo hizo porque “mi rival jugó muy bien y se merece este campeonato”.

Andreescu, a diferencia de lo que sucedió en la final ante Osaka, cuando la tenista japonesa también dominó a Williams, no sólo la superó con su tenis sino que tampoco le dio opción a que le robase el protagonismo, ni tuviese oportunidad que surgiese algún tipo de polémica como la del juez de silla de la del 2018.

No le pudo quitar el protagonismo en el campo, pero si lo hizo en la sala de prensa, cuando de manera contradictoria por un lado alababa la figura de Andreescu y por el otro insistía y daba a entender que el triunfo de su rival se debió más a sus errores que aciertos de la nueva campeona.

“Amo a Bianca. Creo que es una gran chica. Pero creo que este fue el peor partido que he jugado en todos los torneos. Es difícil saber que podría haber hecho mejor. Debo aceptar la realidad, pero no se que decir”.

No mucho ante un rival que ha tenido una temporada increíble después que pudo avanzar en la primera ronda de clasificación en el Abierto de Estados Unidos del 2018 y terminó el año en el puesto número 178 del mundo, el próximo lunes será la número cinco en la clasificación de la WTA.

La manera como ganaba a las rivales Top 10 a las que se enfrentó con los títulos de Indians Wells y Toronto, donde en la final con un 3-1 a su favor, vio como la propia Williams abandonaba por lesión, quedó confirmada con el triunfo en la final del Abierto.

Andreescu tras ganar en Indian Wells su primer torneo Premier 5, donde venció en la final a la alemana Angeline Kerber, tres veces campeona de un Grand Slam, consolidó la confianza que podría ganar a la mejores del mundo en cualquier momento y pista.

Una lesión en el hombro derecho que le impidió competir en Miami y Roland Garros, no la alejó de su mejor tenis y lo demostró con el triunfo en su ciudad natal de Toronto al conseguir su segundo título Premier 5.

Donde no sólo ganó sino que también dio toda una lección de deportividad cuando tras el abandono por lesión de Williams, que se mostró abatida y envuelta en lágrimas, Andreescu se fue a consolarle y su acción se convirtió en algo viral en las redes sociales.

La propia Williams, después, dijo que era “oficialmente fanática de Bianca”, y estaba claro que todavía se sentía así después de haber perdido el título de Grand Slam que se le resiste y que le impidió llegar a la cima donde se encuentra Court con sus 24 títulos de Grand Slam.

“Bianca jugó un partido increíble”, declaró Williams. “Estoy muy orgullosa y feliz por ti. Fue un tenis increíble, pero si alguien pudiera ganar este torneo, fuera de Venus (su hermana), estoy feliz de que sea Bianca”.

Pero no se sintió satisfecha consigo misma por haberse quedado por cuarta vez, en dos años, a un peldaño de la gloria, que a partir de ahora le será más difícil alcanzar si la tenista por la que siente “admiración”, la adolescente Andreescu, mantiene el protagonismo ganador de nueva campeona de Grand Slam y reina del Abierto de Estados Unidos.

Anuncio