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Érica de Sena y un bronce que significa mucho para Brasil y nada para ella

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EFE

Frustración, injusticia, falta de motivación, así resumió este domingo la brasileña Erica Rocha de Sena el incidente que antecedió al desenlace de la prueba femenina de marcha de 20 kilómetros con ella con la medalla de bronce, un metal que para su país, a su juicio, significa “bastante”, pero para ella no.

“Mi objetivo aquí era el oro, no tenía motivación para pelear por otra medalla”, declaró a Efe la fondista nacida hace 34 años en la ciudad Camaragibe, en el estado nororiental de Pernambuco.

Rocha de Sena, medalla de plata en los Juegos Panamericanos de Toronto, explicó que el incidente comenzó con una advertencia de los jueces a falta de poco menos de cuatro kilómetros para la meta.

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La reconvención y su reclamo a los jueces por lo que consideró fue una injusticia le hicieron perder tiempo y el primer lugar con la colombiana Sandra Lorena Arenas, a la postre ganadora de la medalla de oro con tiempo récord de 1 hora, 28 minutos y 3 segundos.

En ese momento la medallista de bronce en la Copa del Mundo de Marcha Atlética de 2016 celebrada en Roma resolvió abandonar la prueba.

“Le dije al árbitro que iba a parar, pero las personas del Comité Olímpico Brasileño comenzaron a gritarme: vuelve, vuelve, vuelve. Lucha por el bronce”, manifestó.

“Mi objetivo era el oro. No era ni la plata ni el bronce. No tenía mas para pelear, había perdido tiempo”, dijo tras admitir su frustración y dejar en duda su deseo de volver a disputar unos Juegos Panamericanos.

Consultada si el metal obtenido hoy no tenía valor para ella, puntualizó: “Para Brasil sí, bastante. Para mí, como atleta no”.

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