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Alertan de deterioro medioambiental por megaproyectos en el sureste de México

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EFE

Distintos megaproyectos inmobiliarios y turísticos en la península de Yucatán, en el sureste de México, están provocando un fuerte deterioro medioambiental, alertó este jueves el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (CCMSS), que también criticó el futuro Tren Maya.

En conferencia de prensa, este organismo presentó una herramienta de visualización cartográfica en línea que permite observar la interacción de los proyectos con los ecosistemas de la región y constatar sus nefastas consecuencias medioambientales.

El CCMSS alertó del avance paulatino de los proyectos sobre los ecosistemas y territorios habitados por indígenas y campesinos mayas de la región.

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Estos proyectos fomentan el fin del sector rural en la península y ponen en aprietos la permanencia de las mencionadas comunidades indígenas, indicaron.

Sergio Madrid, director del CCMSS, apuntó que con la herramienta presentada este jueves esperan “ayudar a investigadores, activistas y comunidades campesinas e indígenas a fortalecer su defensa del territorio”.

En la presentación estuvieron presentes representantes de las distintas comunidades que viven en las zonas naturales de la península, reclamando que se ponga fin a la destrucción de su forma de vida.

Al hablar del Tren Maya, uno de los principales proyectos de infraestructura del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador para el sureste, los voceros de distintas comunidades denunciaron que el proyecto del ferrocarril sigue “el mismo proceso” que los grandes proyectos impulsados anteriormente, con “un modelo de desarrollo basado en el despojo”.

“Diferentes proyectos despojan a nuestros pueblos no solo de los territorios y de los recursos naturales, sino también de nuestras propias identidades como pueblos originarios”, dijo Ángel Sulub, un hombre maya del Centro comunitario U Kuuchil K Chibalom, en Carrillo Puerto, estado de Quintana Roo.

La herramienta diseñada por el CCMSS y la organización Geocomunes permite ver cómo la explotación de la naturaleza ha ido transitando en los últimos 30 años de un sector a otro.

Cuando la inversión en un sector deja de ser rentable, el capital transita hacia otros sectores.

Así ocurrió cuando, a raíz de la crisis del sector agrícola, las inversiones se recondujeron hacia el turismo y a la agroindustria de la soja transgénica, el sorgo y a la palma aceitera.

El sector energético también ha explotado parte de los recursos naturales de la península a raíz de la reforma energética impulsada en 2013 por el expresidente Enrique Peña Nieto (2012-2018).

“Los megaproyectos eólicos y fotovoltaicos han llegado a instalarse en las tierras de propiedad ejidal, ocupan miles de hectáreas para la generación industrial de energía. El territorio donde se han empezado a construir es maya, es nuestro”, denunció Pedro Uc, habitante de Buctzotz, en el estado de Yucatán.

Asimismo, lamentó que, “con la llegada de estas actividades a las que llaman desarrollo”, su propia tierra les sea arrebatada.

“Nos engañan, nos acosa la inseguridad y nos persigue la pérdida de nuestra lengua y cultura”, concluyó. E

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