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Cantante transgénero defiende la diversidad para que la ópera sobreviva

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EFE

La cantante de ópera Lucía Lucas, la primera mujer transgénero en obtener un papel principal en Estados Unidos, considera que los repartos deberían reflejar la diversidad de un público agotado por la falta de propuestas novedosas de la música clásica.

“Cuando más claramente reflejemos en los escenarios lo que está pasando en nuestras comunidades, en nuestros países, vamos a atraer más audiencia”, dijo a Efe Lucas en una entrevista telefónica desde Alemania.

La cantante nacida en Sacramento (California), acaparó titulares y atrajo las miradas hacia la ópera cuando hizo historia al ser la primera mujer transgénero en interpretar un papel protagónico en un escenario estadounidense, el mes pasado.

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En la ópera de Tulsa (Oklahoma), Lucas, de 38 años, dio vida al protagonista de Don Giovanni, una de las obras más populares de Mozart.

El personaje del mujeriego más conocido de la ópera dio a la cantante la posibilidad de llevar al escenario una propuesta fresca y actual, que atrajo nuevo público al teatro, en momentos en que la ópera en general “tiene menos y menos audiencia”, subraya.

“Por eso necesitamos más gente (cantantes) con diferentes historias, de otro color de piel, más representación de minorías; entonces, tendremos una audiencia más diversa, y eso le sirve a todos”, insiste.

Ante su logro, Lucas cree que es importante celebrar los momentos que representan una nueva etapa, “especialmente cuando son comunidades que no siempre tienen esta clase de oportunidades”.

Sin embargo, la cantante aclara que no obtuvo el papel principal por ser una mujer transgénero con voz de barítono, sino porque era lo “suficientemente buena” para ello.

“Hay quienes pueden decir: ‘Usted sólo lo está haciendo porque es un momento histórico’, pero yo he estado trabajando en esto por tiempo completo durante diez años, y esa es la razón por la cual llegué ahí”, reiteró.

Actualmente, Lucas tiene su agenda de trabajo ocupada hasta el 2022.

Para llegar a tener este éxito, Lucas dejó su hogar en Sacramento, donde comenzó sus estudios de canto, para radicarse desde hace diez años en Karlsruhe (Alemania).

La californiana inició su trabajo en Europa como Lucas Harbour, en 2013 hizo la transición femenina y encontró en Lucía Lucas la fuerza y tenacidad para ser una de las estrellas en ascenso más prometedoras en el mundo de la ópera.

Además de su poderosa y dramática voz, y su capacidad de interpretación, Lucas cree que los directores encuentran en ella una forma de llegar a nuevas audiencias.

La barítono considera que llegó el momento de tener una nueva estrategia para atraer al público a la ópera. Ella lo ve casi como una estrategia de ventas.

“No vendes lo que tu quieres, sino lo que ellos (el público) quieren”, explica.

La artista cree que los numerosos llamados que tiene de los directores y productores se deben al interés que el público tiene en verla en el escenario y sentirse de alguna forma “representados”.

Como ejemplo pone su experiencia en Tulsa, donde antes de presentar su obra, los residentes se acercaron a preguntarle por su presentación. “Estaban interesados y llegaron allí y se acercaron a un mundo que ellos veían lejano, y les gustó”, advirtió.

“Estados Unidos necesita encontrar más espacios para la ópera y reflejar a todas las audiencia en sus obras”, añade.

Una de las razones por las que la cantante tuvo que salir de Estados Unidos fue precisamente la falta de trabajo a la que se enfrentan los cantantes de música clásica en el país.

“No creo que pudiera en California tener un trabajo de tiempo completo en la ópera y vivir de ello”, advirtió con cierta nostalgia de haber dejado su hogar para convertirse en una emigrante en busca de realizar sus sueños.

El próximo octubre Lucas hará su debut con la Ópera Nacional Inglesa con “Orfeo en los Infiernos”, de Jacques Offenbach, donde irá con el mismo objetivo: “Mi gran meta es mantener viva la ópera, y atraer más audiencia a los teatros” concluyó.

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