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“La hija olvidada”, nueva entrega de la trilogía histórica de Armando Correa

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EFE

El escritor y periodista cubano Armando Lucas Correa, editor de la revista People en Español, vuelve a visitar la Historia del turbulento siglo XX en su segunda novela, “La hija olvidada”, porque no solo quiere “entretener”.

“Yo quiero que con mis libros el lector aprenda algo o recuerde algo rezagado en la memoria”, dice Correa en una entrevista con Efe una semana antes de que “La hija olvidada” (Atria) salga a la venta en Estados Unidos, tanto en inglés, con el título de “The Daughter’s Tale”, como en español.

Parte de una trilogía todavía inconclusa, la nueva novela de Correa no es una continuación de la primera entrega, la exitosa “La niña alemana” (2016), traducida a 15 idiomas, pero ambas historias están enlazadas por un episodio histórico de 1939.

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El viaje del “St. Louis”, un barco con más de 900 judíos huidos del nazismo a los que no se permitió bajar en ningún puerto, por lo que debió regresar a Europa y al peligro nazi, ejerce sobre Correa una gran fascinación debido a su abuela materna, una gallega emigrada a Cuba a la que estuvo muy unido.

La abuela estaba embarazada de la madre de Correa cuando el “St. Louis” llegó a La Habana y siguió con mucho interés y preocupación lo que sucedió con ese barco, que permaneció fondeado en la rada habanera desde el 27 de mayo al 2 de junio de 1939.

Las autoridades cubanas solo permitieron tocar tierra a 28 de los 937 pasajeros, algo que la abuela de Correa lamentó hasta el punto de que le decía que Cuba iba a pagar con 100 años de desgracia lo que “había hecho a los judíos”.

Viendo lo sucedido en su isla natal, de la que se trasladó a los Estados Unidos en 1991, Correa piensa ahora, según dice a Efe, que las ideas de su abuela no eran tan “locas”.

Al igual que en “La niña alemana”, el escritor cubano le da todo el protagonismo a las mujeres en “La hija olvidada”, algo que atribuye al hecho de que su familia era un “matriarcado”.

“El poder femenino está en las tres novelas, es un homenaje a las mujeres de mi familia”, subraya.

En la segunda novela se cuenta la historia de una madre que huye de los horrores de la Alemania nazi con lo único que le queda: dos hijas y su libro más preciado.

Una de las niñas es embarcada en el “St. Louis” al cuidado de una familia judía y es una de las pasajeras a las que se le permite bajar a tierra en Cuba, mientras la madre y la otra hija se asientan en Oradour sur Glane, un pequeño pueblo francés cercano a Limoges que en 1944 fue escenario de una brutal matanza de civiles por parte de las SS e integrantes de las milicias colaboracionistas francesas.

Este episodio poco conocido de la II Guerra Mundial, que “casi borró de la faz de la Tierra” a Oradour sur Glane, es recuperado por Correa, a quien le interesan los sucesos históricos en los que la responsabilidad es compartida, como sucede en este caso en el que no solo los nazis fueron los verdugos.

Correa, que escribe sus obras en español y sigue “muy de cerca” y “edita” la traducción al inglés, trabaja ya en la última entrega de la trilogía, a la que ha dado el título de “La viajera nocturna”, pero seguramente antes de que se publique, sus lectores tendrán la oportunidad de disfrutar de una obra de ficción muy diferente.

Según dice a Efe, ya tiene terminado “El silencio en sus ojos”, un “thriller psicológico” que empezó después de “La niña alemana” como una manera de limpiarse “el paladar”.

El gran éxito de su primera novela, que según dice le tomó por sorpresa, ha hecho que “La hija olvidada”, que saldrá a la venta en España el 20 de junio y después en América Latina, esté “ya vendida” en Portugal, Brasil, Alemania, Italia, Suecia y Hungría para ser traducida.

En su opinión, parte del éxito de “La niña alemana” radica en que habla de “relaciones familiares”, de separaciones y decisiones difíciles que deben tomar a veces los padres para “salvar” a sus hijos, algo que a todo el mundo le llega.

Las novelas de esta trilogía también tienen el atractivo de que rescatan del olvido hechos históricos y “de la Historia siempre se aprende”, dice Correa, quien escribe sus obras de ficción de una manera “cinematográfica”.

“Me encanta que el lector vea, sienta y huela los espacios literarios”, señala el escritor, que ya tiene una oferta de “una productora muy conocida” para llevar “La niña alemana” al cine o a la televisión.

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