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Miguel Poveda: En el flamenco tienen que convivir lo clásico y lo moderno

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EFE

El cantante español Miguel Poveda defiende que en la música flamenca tiene que haber espacio para la vanguardia, la experimentación y la fusión, al tiempo que apuesta porque el género siga vivo en sus formas más tradicionales.

En entrevista con Efe en Ciudad de México, donde el artista regresa después de 5 años para ofrecer dos conciertos este viernes y sábado, expone que “el flamenco va renovándose, aprendiendo de otras disciplinas, pero al final su esencia es tan fuerte y poderosa que ninguna otra música lo eclipsa”.

“Yo creo que tiene que haber un rincón para el flamenco tradicional clásico y luego respeto también al artista que se siente libre para hacer otro tipo de propuestas”, cuenta el cantaor, nacido en Barcelona en 1973.

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Él, por su parte, se siente “un amante de lo clásico” que, no obstante, “necesita alas para volar”.

También tuvo palabras para artistas como su compatriota Rosalía, a quien admira mucho y de quien dice que “utiliza algunos elementos del flamenco para meterlos en su coctelera”.

“Dentro de ese cóctel que ella tiene, la parte del flamenco la lleva a lugares donde antes, de forma tradicional, sería impensable”, dice sobre la artista catalana, con quien se lleva 20 años.

Ambos han recibido admiración por abordar el género desde perspectivas innovadoras, pero también críticas de los más ortodoxos por no ser andaluces ni tener raíces flamencas.

Poveda no oculta nunca su admiración por el poeta y dramaturgo español Federico García Lorca (1898-1936) a quien dedicó uno de sus más recientes trabajos, “Enlorquecido” (2018).

Del autor andaluz se queda con todo: “Su teatro, sus dibujos, su amor por la música, su filosofía de vida”.

Y es que desde muy niño escuchó los versos del dramaturgo a través de estrellas del flamenco como Camarón.

Fue en un cumpleaños cuando le regalaron “Sonetos del amor oscuro”, y empezó a leerlo y a “llegar al Federico más puro”.

“A partir de ahí empiezo a interesarme por él, por su obra, por su vida, a transitar los lugares que él transitó, y ahí empieza la obsesión si se puede llamar así”, relata.

También le inspiran “poetas como Antonio Machado, Luis Cernuda, Rafael Alberti”.

Pero será Lorca el que protagonice una gran parte de sus conciertos en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, escenario que dará cobijo a la poesía y a sus ritmos flamencos en la capital mexicana.

“Hay una primera parte muy lorquiana, con la música que le he hecho no solo a su poesía, sino a su correspondencia”, apunta.

En cambio, la segunda parte se compondrá de “un recital de cante con mucha improvisación” y donde, confiesa entre risas, que ni él mismo sabe bien “qué va a ocurrir”.

Con 30 años de carrera, 15 discos en el mercado y multitud de premios en su haber, el artista posa su ilusión en América Latina, destacando países como México pero también Colombia o Argentina, a donde tiene ganas “de poder venir mucho más”.

Sobre su encuentro con el público mexicano, comenta que no es difícil conectar con ellos por “la afición y el amor” que sabe sienten hacia el flamenco.

“Hablamos de músicas populares que se dan la mano”, apunta, ejemplificando que los cantaores también se han atrevido a versionar “por bulerías u otros ritmos flamencos” rancheras y otras músicas populares mexicanas.

“Todas las músicas populares, ya sea el tango, la ranchera o el bolero son géneros que no son extraños y que incluso los incluimos en nuestro repertorio flamenco desde la admiración”, insiste.

El catalán define el flamenco como “una música de raíz pero también de culto, con la que el mundo entero se emociona”.

Con todo el año repleto de conciertos, de muchos viajes y movimiento, en el futuro Poveda sabe que necesitará “el silencio, la calma y la desconexión para recargar la pila y que aparezca la inspiración para volver a componer”.

“Porque en el día a día es muy complicado, necesito regenerarme otra vez después de este año”, agrega.

Ese tiempo de reflexión, “de barbecho”, es necesario para “volver con algo sólido, algo real”.

En otros temas, Poveda comenta que algunos rituales a la hora de escuchar música que permitían un disfrute íntegro del concepto propuesta por el artista en un álbum se han perdido con el auge de la música a través de plataformas digitales.

Aunque valora que ahora la música pueda acompañar tareas como hacer ejercicio o ir en el automóvil, él se considera un romántico en ese aspecto.

“Ese ritual era maravilloso, el poner (el disco) en casa con un vino, analizar con compañeros o con la familia cada canción, leer las letras, ver toda la obra que ha hecho el músico”, recuerda con nostalgia el Premio Nacional de Música en 2007.

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