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Los medios defienden su cobertura de la “trama rusa” en plena tormenta

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EFE

Los medios de comunicación del país, en el ojo de huracán desde que se diera a conocer parte del resultado de una investigación que ha concluido que nadie de la campaña de Donald Trump conspiró con Rusia, están defendiendo su cobertura de la llamada “trama rusa” ante un alud de críticas.

“Es tan dolorosamente obvio que querían que (la trama) fuera cierta a toda costa, que los últimos dos años de sus vidas y los últimos dos años de sus coberturas han sido un desperdicio total”, dijo un portavoz de la Casa Blanca, Hogan Gidley, después de que el fiscal especial Robert Mueller diese por terminada su investigación.

Según Gidley, solo entre los diarios The New York Times y The Washington Post, y las cadenas CNN y MSNBC, se han publicado más de 8.500 noticias relacionadas con la “trama rusa”, varias replicadas en los medios internacionales.

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Muchas de estas informaciones no han sido desmentidas, pero a la luz de la conclusiones de Mueller -de las que de momento solo se conoce un resumen elaborado por el secretario de Justicia de Trump, William Barr- la cobertura puede parecer un exceso.

Ya desde antes de la llegada de Trump a la Casa Blanca en enero de 2017, los medios han dedicado sus recursos a informar sin tregua sobre la supuesta injerencia del Kremlin en las presidenciales y en los presuntos contactos del equipo de campaña del ahora presidente con funcionarios rusos.

“Es la peor debacle periodística de mi vida y llevo 50 años en el negocio. No he visto nada tan malo durar tanto”, dijo a Fox News el veterano periodista Brit Hume, que fue corresponsal en la Casa Blanca para ABC News entre 1989 y 1996.

“En este nuestro negocio debemos mirar hacia atrás y preguntarnos ?Cómo diablos muchos medios de comunicación, televisiones, periódicos, dedicaron tanto tiempo a lo que ha resultado ser una total especulación sin fundamento?”, añadió.

El conservadurismo y el “trumpismo” están aprovechando esta situación para arremeter contra los medios y acusarles de haber “mentido” y difundido “teorías conspiratorias” durante dos años.

En opinión de Rich Lowry, editor de la revista conservadora National Review, “los tres grandes perdedores del informe de Mueller en este orden son: los medios, los medios y los medios”.

Mientras, al otro lado de la trinchera ideológica, Glenn Greenwald, de The Intercept, ha afirmado que los medios “se han ganado” que se les acuse de difundir “noticias falsas” o de ser “fuerzas tóxicas y destructivas”. “Si no hay un reconocimiento, que no se vuelvan a quejar”, añadió.

Por su parte, Matt Taibbi, autor del libro “Insane Clown President” (2017), comparó la “trama rusa” con las “armas de destrucción masiva” que justificaron la invasión de Irak en 2003, pero que nunca aparecieron.

Pese al alud de críticas, los medios que han cubierto los pasos de Mueller están defendiendo un trabajo que, en el caso concreto del Times y del Post, les valió en 2018 el Premio Pulitzer.

El galardón lo recibieron por una “cobertura sin descanso, profundamente documentada y de interés público que mejoró sustancialmente la comprensión del país de la interferencia rusa en las elecciones de 2016 y sus conexiones con la campaña de Trump, el equipo de transición del presidente electo y su eventual Gobierno”.

El presidente de CNN, Jeff Zucker, ha dicho que se siente “del todo cómodo” con la cobertura de su cadena: “No somos investigadores, somos periodistas, y nuestro trabajo es informar de los hechos tal como los conocemos, que es exactamente lo que hemos hecho”.

En ese sentido, el editor ejecutivo de The New York Times, Dean Baquet, ha asegurado que “no lamenta” haber escrito mucho sobre Rusia. “No es nuestro trabajo determinar si hubo o no delito”, ha defendido.

Del mismo modo, el editor ejecutivo de The Washington Post, Martin Baron, ha puesto énfasis en que el trabajo del rotativo ha consistido “en poner hechos a la luz”.”La investigación del fiscal especial documentó, tal y como publicamos, una extensa injerencia de Rusia en las elecciones de 2016”.

No obstante, la inmensa cobertura de dos años también ha contado con noticias que se han evidenciado erróneas, múltiples desmentidos e insinuaciones de que la investigación de Mueller podría terminar con Trump fuera de la Casa Blanca.

Munición para un Trump, por ahora “exonerado”, en su guerra contra los medios de comunicación.

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