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Revelan cómo funciona la ventilación de los “rascacielos” de las termitas

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EFE

Las termitas viven en nidos que construyen ellas mismas a modo de “rascacielos” equipados con túneles para ventilar, enfriar y drenar la “vivienda”, cuyo funcionamiento fue descubierto por un estudio de la Imperial College London publicado este viernes en la revista Science Advances.

Estas construcciones, conocidas también como “montículos”, pueden llegar ser de una altura de hasta 7 metros.

También son capaces de enfriarse, ventilarse y drenarse por sí mismas, según identificó el grupo de ingenieros, biólogos, químicos y matemáticos británicos junto a compañeros del Centro Nacional de Investigación Científica de Toulouse (Francia).

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Hasta ahora, los mecanismos que se esconden detrás de estas funciones de control del clima eran completamente desconocidos.

Con sus escáneres de rayos X y análisis en 3D, los científicos encontraron pequeños orificios, o poros, en las paredes de los “montículos” que ayudan a las termitas a mantenerse frescas, ventiladas y secas.

“Los nidos de termitas son un ejemplo único de la perfección arquitectónica de los insectos”, aseguró el autor principal de la investigación, Kamaljit Singh.

Para Singh el diseño de estos nidos incluye sistemas de control de temperatura y ventilación autosuficientes que son “fascinantes”, porque “funcionan durante todo el año sin utilizar ningún aparato mecánico o electrónico”.

Los nidos de termitas sometidos al análisis, procedentes de Senegal y Guinea, poseían una serie de poros conectados a lo largo de sus paredes que eran capaces de expulsar dióxido de carbono (CO2) al exterior.

El equipo de investigaciones determinó así la existencia de un sistema de orificios de diferentes tamaños para garantizar la ventilación ante vientos rápidos y lentos.

Estas perforaciones también sirven para que los “montículos” se mantengan frescos, puesto que regulan la temperatura al llenarse de aire, reduciendo así el calor que entra y queda retenido en las paredes.

Según los científicos, ese tapón de aire funcionaría de manera similar a las ventanas de doble vidrio de nuestras casas.

En otro análisis, la investigación determinó que los nidos también tenían sistemas para conducir y drenar el agua sin necesidad de seguir la gravedad.

Por todo ello, el científico Bagus Muljadi, de la Universidad de Nottingham, resumió que el estudio “muestra que hay mucho más que aprender de la naturaleza para resolver, incluso, los problemas más importantes del siglo XXI”.

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