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Prevalece “ambiente obesogénico” en escuelas básicas en México, dicen ONG’s

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EFE

A pesar de las regulaciones y el creciente aumento de la obesidad infantil, la venta de refrescos (gaseosas) y comida chatarra en las escuelas de educación básica en México continúa, denunciaron este miércoles organizaciones civiles.

En conferencia de prensa, las organizaciones el Poder del Consumidor y la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) presentaron los resultados de la plataforma “Mi Escuela Saludable”, los cuales muestran que “prevalece un ambiente obesogénico” en las escuelas del país.

Ambas organizaciones pidieron a las secretarías de Educación Pública (SEP) y de Salud (SSA) “la implementación de una política de alimentación escolar para prevención de obesidad y sobrepeso que derivan, entre otras enfermedades, en diabetes infantil”.

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La coordinadora de Salud Alimentaria del Poder del Consumidor, Katia García, detalló que durante el ciclo escolar 2018-2019 recibieron 4.748 reportes de 4.126 escuelas públicas y privadas, los cuales indicaron la venta de comida chatarra en 98 % de los casos.

Mientras que en 74 % se reportó la presencia de refrescos y en el 75 % se denunció que no se cuenta con oferta suficiente de fruta ni verdura.

Además, señalaron que en el 94 % de los reportes se revela la ausencia de la figura del comité de establecimientos de consumo escolar, que regulan la oferta de alimentos y bebidas en las escuelas.

Esto, dijo García, preocupa pues de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Medio Camino 2016, uno de cada tres escolares viven con obesidad en México, lo cual representa un 30 % de esta población.

Sin embargo, esa prevalencia aumenta a 50 % cuando concluyen la educación primaria y, de no hacer nada, uno de cada dos infantes nacido a partir de 2010 desarrollará diabetes.

García señaló que se debe cumplir con lo establecido por la Ley General de Salud de 2015 y garantizar el cumplimiento de lo establecido sobre la instalación y mantenimiento de bebederos escolares.

Por su parte, el director del Poder del Consumidor, Alejandro Calvillo, señaló que la política de alimentación deberá involucrar a la Secretaría de Salud en la calificación de los resultados e impactos a la salud.

Ambos señalaron que todas estas acciones se deben realizar sin conflicto de interés ya que se sabe que la industria de alimentos y bebidas pretende elaborar un acuerdo con la Secretaria de Educación.

Esto, dijo, les permitiría entrar a las escuelas con el pretexto de promover estilos de vida saludables, “cuando esa claramente no es su labor”.

Calvillo consideró necesario realizar campañas de capacitación y sensibilización permanentes en las que se incluyan talleres en el curriculum escolar con temas relacionados a la educación nutricional y de alimentación saludable, el derecho a la salud y a la alimentación.

Además, explicó que la política de alimentación en entornos escolares “debe establecer y promover” un sistema de compras con pequeños productores locales que garanticen la disponibilidad de alimentos regionales y de temporada en las escuelas.

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