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Rebeca Orozco: “Para mí, la literatura está en el detalle”

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EFE

Para la escritora mexicana Rebeca Orozco no es casual que su novela “El aire en que se crece”, sobre la vida de la poeta Rosario Castellanos, gire alrededor de las historias mínimas, porque así asume su oficio de creadora.

“Para mí la literatura está en el detalle, la forma en la que tira un cigarro contra la pared puede decir mucho de un personaje, asegura la autora en entrevista a Efe.

Dividida en 17 capítulos repartidos en 329 páginas, la obra editada por la editorial Planeta retrata a Castellanos, una de las autoras latinoamericanas más versátiles del siglo XX, más allá de su obra y detiene la mirada en los conflictos existenciales, la manera de amar y la maternidad de la mujer.

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“Yo me propuse hacer un homenaje a Rosario a partir de su palabra poética, luego iba a la librería, veía sus libros y decía, voy a escribir sobre ella. De las escritoras mexicanas del siglo XX yo la pondría en el grupo más importante junto a Inés Arredondo, Amparo Dávila, Elena Garro y otras”, asegura.

Orozco comienza la historia con la muerte del hermano de Rosario, víctima de un ataque de apendicitis.

En los primeros capítulos recrea la niñez de una niña solitaria despreciada por una madre devastada por el fallecimiento del preferido hijo varón y cuenta los detalles de los años de formación de la intelectual junto a algunas de las principales plumas mexicanas de la época.

“Fue un proceso de tejer la información. Mi intención no era una biografía estricta, sino es una recreación de la vida de Rosario pero no solo en el exterior, sino en su proceso interno”, señala.

Para ajustarse a la verdad, la autora entrevistó a personas cercanas a la también periodista, entre ellas la poeta Dolores Castro, mejor amiga de Rosario en algún momento de su vida.

Así como el ensayista y traductor Raúl Ortiz y el historiador Luis Suárez, quienes se relacionaron de manera estrecha con la protagonista.

“El proceso duró unos cuatro años y medio. En ese tiempo yo intenté armar el escenario, los diálogos, pero también ese interior de ella que obviamente es el interior de ella como yo lo veo y como lo muestran sus poemas”, cuenta.

Además de dedicar horas a entrevistas, Orozco estudió la obra de Castellanos, sus escritos para el diario Excélsior y leyó entre líneas su poesía para formar un retrato a cuerpo entero de una mujer de importancia cardinal en la historia cultural de México.

Un recurso que aporta fluidez al texto es la inclusión de pedazos de poemas de Rosario en reiterados pasajes de la historia.

“Me dije, la voz de ella y su poesía deben estar aquí conmigo. Entonces, a veces el ritmo de sus poemas me hizo esforzarme por emparejar la escritura con mi prosa”, revela.

La autora de “El aire en que se crece” cuenta aspectos íntimos de Rosario.

Por ejemplo, recrea la escena de cuando entregó la joven la virginidad al filósofo que años después fue su marido.

Y deja entrever las contradicciones de una mujer, por un lado feminista, valiente y atrevida y por otro dependiente del amor de un hombre egoísta al cual aceptó una y otra vez después de sus infidelidades

“Eso me inquietó durante toda la novela. Una mujer feminista, tan clara y lúcida. Una mujer inteligente, pero aceptó una sumisión, contradictoria con su posición”, dice.

Nacida el día del cumpleaños 42 del argentino Julio Cortázar, uno de sus maestros, Rebeca Orozco se considera como una perfeccionista obsesionada con los primeros párrafos porque le dan el tono de la historia como si fueran las primeras notas de una sinfonía.

Para su novela dedicó mucho tiempo al proceso de investigación, forma de garantizar los pequeños detalles de una Rosario Castellanos de carne y hueso, con la brillantez de su obra y también las inseguridades comunes en cualquier hija de vecina.

La versión más aceptada de la muerte de Rosario Castellanos es que cuando era embajadora en Israel quedó electrocutada en su casa, aunque otras voces hablan de un asesinato o un suicidio.

Al contar el fallecimiento, Orozco trae a escena a la bruja de Chactajal, que en un lance de realismo mágico tiene un diálogo con la escritora, segundos antes de la partida.

“Lo que más me costó trabajo escribir fue la muerte. Puse a la bruja y así no me casé con una versión. A mí se me hace fabuloso el realismo mágico”,confiesa.

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