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Las empresas españolas piden a Sánchez mediar en esta nueva etapa en México

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EFE

Las empresas españolas instaladas en México pidieron este jueves al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que les ayude en esta nueva etapa política en el país con la Presidencia del izquierdista Andrés Manuel López Obrador, en un momento en que reclaman seguridad jurídica y estabilidad para seguir trabajando.

Sánchez, por su parte, se ofreció a prestarles su ayuda en este momento en el que está convencido de que López Obrador dará un “impulso nuevo” al país y se abrirán nuevas oportunidades económicas para las compañías españolas.

En su segunda jornada de viaje oficial en México, Sánchez participó en un desayuno de trabajo con empresarios españoles en el que puso en valor la importante presencia en este país -en el que hay 6.000 empresas españolas, en su mayoría pymes- y recordó que México es el mercado más importante para España en Latinoamérica.

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Y añadió que los datos económicos son de “tal profundidad” que para España este país es una “prioridad absoluta”.

Sánchez recordó además que la balanza comercial de ambos países es en este momento equilibrada y también México tiene muchos intereses en España -es el sexto inversor-, de modo que abogó por apostar por la “multilateralidad” en las relaciones económicas.

“No estamos de modo alguno en el punto de llegada, esto está empezando”, consideró Sánchez, quien dijo a los empresarios españoles que pueden contar con el Gobierno en este periplo.

En este encuentro, los empresarios transmitieron al presidente una inquietud compartida por muchos intervinientes, la de asegurar sus inversiones y sus negocios en este momento en el que México acaba de cambiar de Gobierno.

Por eso, el presidente de la patronal española, Antonio Garamendi, habló de “dos palabras clave, seguridad y estabilidad”.

Garamendi advirtió de la necesidad de que las empresas españolas en México tengan seguridad jurídica para trabajar y “seguridad real” en el caso de sectores como el turístico, como también necesitan estabilidad política para continuar sus actividades.

Y lamentó que con el cambio de Gobierno se han suspendido importantes contratos de obra pública en los que iban a participar empresas españolas, como el aeropuerto de Texcoco. “Queremos saber qué se va a hacer”, dijo.

En su respuesta, el presidente del Gobierno español recordó que en su reunión bilateral con López Obrador este se comprometió a dar garantías a las empresas españolas.

Sánchez apuntó además que hay proyectos en marcha en los que pueden entrar como la mejora de la cobertura de telefonía móvil en el país -ahora solo alcanza al 25 por cierto del territorio- o una nueva red ferroviaria en el sureste del país, conocido como el “tren maya”.

Fuentes del Ejecutivo recalcaban en este sentido que los propios empresarios españoles reconocen que el Gobierno de López Obrador acaba de formarse y hay que darle un tiempo prudencial.

La ministra de Industria, Reyes Maroto, que ha acompañado a Sánchez en este encuentro volverá en marzo para estudiar con el Gobierno mexicano en qué “proyectos país” pueden colaborar las empresas españolas.

El presidente de la Cámara española de Comercio en México, Antonio Basagoiti, también insistió en su mensaje a Sánchez en la importancia que tiene en este momento la relación de los dos Gobiernos, sobre todo cuando el Ejecutivo de López Obrador pretende acometer cambios profundos.

E insistió en la necesidad de que se trasmita una “imagen correcta” de las empresas españolas en México, que no son como otros inversores que desaparecen cuando vienen mal dadas sino que siguen “a las duras y a las maduras” y están “muy comprometidas socialmente con el país”.

En una línea similar habló Antonio Garamendi sobre la necesidad de echar por tierra una idea que “se repite como el mantra” pero que es falsa, la de que las empresas españolas han llevado la corrupción a México.

“No es verdad, los españoles no somos así”, sentenció el presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) ante los asistentes, entre los que se encontraban directivos de grandes empresas como OHL, Sacyr, FCC, Abengoa o Iberdrola, entre otros.

Una idea que Pedro Sánchez subrayó compartir.

“Los españoles nada tenemos que ver con la corrupción” en México, añadió Sánchez, quien puso en valor la “ejemplaridad” que día a día están demostrando las empresas españolas en este país.

En su intervención en la que llamó a los empresarios españoles en el exterior “embajadores fundamentales” del país, pidió por otra parte a los presentes que se sumen a los objetivos de la Agenda 2030 de desarrollo sostenible que promueve Naciones Unidas y con la que España se ha comprometido “con entusiasmo”.

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