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“Fake” llega a las tablas de Miami en defensa de la verdad

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EFE

La actriz, escritora y dramaturga cubano-estadounidense Carmen Peláez recurre en su última obra a su tía abuela, la pintora Amelia Peláez (1896-1968), para romper una lanza por la verdad cuando el signo de los tiempos es su antítesis.

“La verdad importa”, sentencia en una entrevista con Efe en un descanso de los ensayos de “Fake” (Falso), una producción de Miami New Drama, dirigida por Carl Andress y escrita y protagonizada por Peláez, que se estrenará mundialmente el sábado 26 de enero.

El teatro Colony, una de las joyas de la arquitectura Art Decó que abundan en Miami Beach, acogerá hasta el 17 de febrero esta obra en inglés que plantea un dilema moral: ?Qué hacer cuando uno debe elegir entre actuar correctamente o poner en peligro su carrera?

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Carmen Peláez, que es capaz de escribir y actuar en español e inglés, pero sus obras teatrales, como “Rum and Coke”, o sus guiones televisivos, como el premiado “The Acting Lessons”, siempre los escribe originalmente en el segundo idioma, ha mezclado en “Fake” hechos reales con elementos de ficción.

Amelia Peláez, que tras haberse graduado de la Academia de Bellas Artes de San Alejandro en Cuba estudió en The Art Student League de Nueva York y vivió en París de 1927 a 1934, fue realmente la tía abuela de Carmen y una permanente fuente de inspiración para ella por “su disciplina y su arte”.

Pero, además, el arte de Amelia Peláez, que se hizo reconocido internacionalmente a partir de los años 80, es objeto de numerosas falsificaciones que su sobrina lleva años rastreando y denunciando.

En la web de la Fundación Amelia Peláez, creada en Estados Unidos por Carmen, antes incluso de hablar de la pintora, ceramista y muralista se advierte a los interesados en hacerse con un “Amelia” que existe un “gran mercado” de obras falsas y “muchas” de esas falsificaciones tienen como vidriera la plataforma ebay.

“En cinco años de monitoreo de ebay solo ha habido cuatro piezas auténticas, de las cuales dos las ha comprado la Fundación. El dicho es ‘demasiado bueno para ser cierto’ recuerda que nadie va a vender un Amelia valorado en 250.000 dólares en ebay por unos pocos miles de dólares”, dice la fundación.

También hay un sinfín de tratantes de arte y expertos dispuestos a certificar obras de Amelia Peláez por dinero sin tener certeza de su autenticidad y por eso la Fundación solo reconoce las de la Fundación de Arte Cubano, que desde 2008 está catalogando sus obras.

De autenticidad y falsificación en el arte se habla en “Fake”, en la que, además de Carmen Peláez, actúan Philip Hernández, Carole Monferdini, James Puig, Vivian Ruiz y Tom Wahl.

En la obra, “Camila” acaba de ser ascendida a jefa del departamento latinoamericano en una casa de subastas neoyorquina cuando a sus manos llega un cuadro de Amelia Peláez.

Enseguida le asaltan dudas sobre su autenticidad y se las transmite a su jefa, pero después de investigaciones y debates hay instrucciones superiores para que salga a la venta de todas maneras.

“Hay cosas por las que merece la pena perder lo que sea”, dice Peláez, quien se exalta cuando habla del “descaro” de hacer pasar una “basura” por una obra de quien dedicó su vida entera al arte.

Del arte como “inversión” y como “mercancía” y de cómo los intereses económicos influyen en el reconocimiento de un artista también se habla en “Fake”, pero los planteamientos éticos de la obra sirven no solo para el arte en una época en la que las “fake news” y las verdades a medias están a la orden del día, dice.

A juicio de esta partidaria del diálogo con Cuba, que apoyó la política de Barack Obama hacia la isla, pero no obstante es muy crítica con la “revolución” y sus “logros”, es tan malo o peor quien dice mentiras como quien, sabiendo que lo son, no solo no lo denuncia sino que saca ventaja de ellas.

“El cinismo está acabando con nosotros”, es “lo peor” y está en “nuestros gobiernos y en nuestros barrios”, subraya Peláez, convencida de que todos somos capaces de distinguir lo auténtico de lo falso y lo correcto de lo equivocado si llegamos al fondo de las cosas.

Después de Miami, la dramaturga confía en poner en escena la obra en Nueva York o Londres y una vez que la traduzca también le “encantaría” llevarla a España.

“En Miami no me tengo que explicar artísticamente. Esta ciudad me ha hecho ser quien soy”, dice sobre la decisión de estrenar en la llamada “Ciudad mágica”, donde nació y donde compañías como New Drama están “elevando el teatro”, señala.

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