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Lendoiro, ‘padrino’ de Mauro Silva y Bebeto, propone partidos de 70 minutos

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EFE

Augusto César Lendoiro, presidente del Deportivo de La Coruña entre 1988 y 2014 y que lideró al club en su época más gloriosa consiguiendo una Liga, dos Copas del Rey, tres Supercopas de España y una Intertoto, gracias al rendimiento de jugadores brasileños como Mauro Silva, Bebeto y Donato, ha propuesto que los partidos se disputen a 70 minutos de juego real.

Este es el artículo de Lendoiro, facilitado hoy a Efe:

“?PAREN EL RELOJ DEL FÚTBOL!

El despertador de los legisladores futbolísticos está sonando, aunque de todos es conocido lo reacios que son para modificar incluso reglas decimonónicas, como la duración de los encuentros, pero tienen que ser conscientes que la vida actualiza todo, incluso el fútbol.

Hace unos 25 años, iniciábamos desde el R.C.Deportivo una ‘cruzada’ para modificar normas ancestrales de la FIFA, porque alguien tenía que exigir el poder ejercer los derechos básicos de las SAD sobre sus jugadores. Expusimos una idea que contaba con la aprobación generalizada pero todos nos tildaban de ilusos, cuando no de iluminados.

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Aparecíamos como ‘sindicalistas de la patronal’ que peleaban contra el poder omnímodo por algo tan elemental como en su día fue en el mundo laboral la lucha por el derecho a la huelga. Era imprescindible despertar a un colectivo que admitía ese auténtico ‘derecho de pernada’ de una FIFA, que, después de acusarme de llamarles ‘mafiosos’, me premió esa rebeldía con 18 meses de inhabilitación, lo que me otorga un cierto pedigrí reivindicativo contra Blatter y Cía.

Mis ‘pecados’ habían sido acudir a la justicia ordinaria y exigir a las federaciones un seguro que cubriese a los clubes las indemnizaciones que pudiesen corresponder por lesión o accidente del futbolista y que garantizasen la cantidad a abonar por la cesión.

En plena reclamación, Brasil ‘obligaba’ a Mauro Silva a jugar, con una gravísima lesión de rodilla, varios encuentros del Mundial-94. Habían puesto en riesgo su vida deportiva, pero, tras el título, los canarinhos se olvidaron del jugador. El Deportivo se vio obligado a prescindir de su ‘trinco’ durante 17 meses, en su mejor momento, a hacerse cargo del salario del jugador y hasta, tiene gracia, del coste de la cirugía.

El de Mauro es un ejemplo increíble, pero, ni mucho menos, fue el único. Padecimos, entre otros, la grave lesión que sufrió Roy Makaay en el Europeo de 2000 con Holanda, lesión que nos obligó a fichar, cuando no estaba previsto, a Diego Tristán, al que, pasados un par de años, España nos lo devolvió con un tobillo destrozado del Corea-Japón 2002. Estaba en plenitud y Pichichi. Nunca volvió a ser el mismo.

Pero nuestra lucha, aunque no hayamos disfrutado sus logros, valió la pena. Hoy un club recibirá por un lesionado Mauro, Makaay, Tristán ... hasta siete millones y medio de euros y se acaban de repartir 200 M€ entre los equipos que han cedido atletas para el Rusia-2018.

Si aquella pelea supuso un cambio radical en los derechos de los clubes, la que propongo ahora -70’ de juego efectivo- significaría un enorme beneficio para el árbitro y una significativa reducción de la violencia. Así se desprende de ese 76% de opiniones favorables que mereció para los cerca de 50.000 participantes en la encuesta que, sobre mi idea, publicó Marca y de los comentarios de los lectores de As, Sport, Mundo Deportivo ...

Parece que el punto débil de mi propuesta -el detectado por ese 24% de detractores- reside en que consideran excesivo el disputar 70’ de juego efectivo al aducir que si la duración media de los encuentros en la actualidad se acerca a la hora de juego real, se podrían hacer muy largos los partidos. No lo creo, pero una simple regla de tres facilitaría el acuerdo sobre la duración idónea.

Para rebajar la violencia LaLiga y la Comisión se han inclinado por imponer fuertes sanciones por insultos o por mostrar bufandas, banderas ó pancartas de grupos denominados ultras... mientras la generamos reglamentariamente en el campo y en las gradas permitiendo la pérdida escandalosa de tiempo en los minutos finales de los partidos.

Por eso detener el reloj sería mucho más efectivo, porque tranquilizaría al público al evitar infinidad de esas pérdidas deliberadas de tiempo que generan esos insultos que tratamos de evitar y que indignan al aficionado. ?Por qué “extraña razón” a partir del minuto 80 se producen los calambres o “lesiones” en los jugadores del equipo al que le favorece el resultado -si puede ser el portero es perfecto- y casi nunca se le sube el gemelo a los jugadores que van por detrás en el marcador... y, qué curioso, al colegiado, que es el único que no para de correr -me gustaría conocer los datos kilométricos- ?oh milagro!, no les dan nunca calambres en los minutos añadidos.

?Quién puede entender que se prolonguen 30” por cada cambio efectuado, que suelen suponer los tres minutos de añadido, y, sin embargo, se añada muy poco, o nada, por el tiempo perdido por celebrar un gol, discutir un penalti, expulsar a un jugador, atender a un lesionado, visionar el VAR, ... o, ni siquiera, se lleguen a disputar de forma efectiva esos ridículos minutos que incrementó el colegiado?

Si nadie duda que, a pesar del VAR, los árbitros seguirán sufriendo las muchas dificultades de su profesión ?por qué, al menos, no les eliminamos la responsabilidad del control del tiempo como han hecho otros deportes? Hagámoslo. Esta medicina carece de contraindicaciones. Todas son ventajas.

Lo dicho. Ha sonado el timbre. Ya va siendo hora de que ‘los suizos’ de FIFA paren el reloj del fútbol para ayudar a los árbitros y contribuir a reducir la violencia en los estadios. Que sea la tecnología la que decida si se ha cumplido el tiempo o si se lanza la falta o el córner ... o si el jugador puede conseguir el gol antes de que suene la bocina. Al final todo se reduce a aplicar,esa vieja regla, que nadie discute, que ordena que, cumplido el tiempo de juego, tan sólo puede ser lanzado un penalti”.

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